En los últimos años, la deuda de la Ciudad ha tenido un incremento exponencial, multiplicándose cuatro veces. Esto en sí mismo, no es bueno ni malo, aunque sí es preocupante.
Cambio de los destinos de los fondos, ingreso a cuentas corrientes de recursos que, originariamente, eran para obra pública, y finalmente pago de deuda contrayendo más deuda, muestran un derrotero complejo. Si, además, sumamos fuertes aumentos de impuestos y un dólar devaluacionista en el presupuesto, los porteños deberían comenzar a mirar la deuda pública.
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Los datos arrojan que, en 7 años de gobierno, el PRO logró complicar la situación fiscal de la Ciudad. Los sectores postergados, que más necesitan de la inversión del Estado porteño, sufren recorte en el gasto. Construcción de vivienda social, urbanización e infraestructura hospitalaria y subtes, prevención de inundaciones, son los rubros más afectados. Y hay más datos, la inversión en vivienda y urbanismo, en el presupuesto 2015 alcanza al 0,8 por ciento del presupuesto, mientras que en el 2008 era de 3,8 por ciento.
Las patentes llegarán con un 50% de aumento, en tanto, el ABL cuyo aumento autorizó la Legislatura hasta un 30%, será de esa misma cifra. Se ve que Macri entiende lo mismo por tope que por piso. Esta es su gestión, engolosinada por globos. Sabemos que cuando los recursos fueron en aumento, la velocidad de endeudamiento fue aún mayor, razón por la cual la relación deuda respecto de los recursos totales ha empeorado.
En campaña, hace ya varios meses, se despreocupa del cargo que los porteños le adjudicaron. Como Jefe de Gobierno, Mauricio Macri aumenta los impuestos en niveles record, por el contrario, como candidato propone bajar los impuestos y las retenciones al campo. Además, dejó en claro que a los usureros de los Fondos buitrese les debe pagar todo lo que reclaman.
Desde el FpV, en conjunto con la diputada Gabriela Alegre, presentamos un proyecto de Ley para crear una Comisión de Seguimiento de la Deuda por la imperiosa necesidad de analizar su evolución, controlar su destino y la aplicación de los fondos tomados, así como revisar los procedimientos administrativos y legales relacionados con la adquisición de la misma. Desde 2007 a la fecha el monto de la deuda se incrementó más de 400%, alcanzando un récord histórico.
Alrededor 570 millones que es el momento en el que asumió, a más de 2100 millones. Dicho aumento nos genera una preocupación y convierte al Ejecutivo porteño actual en el que más contrajo deuda pública. Se esperan vencimientos fuertes de 4897 millones de pesos para el 2015, de 1293 millones de pesos para el 2016 y de 5414 millones de pesos para el 2017. Una concepción netamente neoliberal desde su origen hasta su ejecución y una bomba de tiempo para los futuros gobiernos.
Si la gestión en la Ciudad se reprodujera a nivel nacional, la lógica de solventar deuda con deuda puede que esté a la orden del día y nos acarree recuerdos poco agradables de la época del mega canje y el 1 a 1 de Domingo Cavallo, donde el círculo vicioso de endeudamiento hizo insostenible a la Argentina. Todos sabemos cómo terminó esa historia.