Por Gabriela Pepe / @gabyspepe
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El secretario de Seguridad, Sergio Berni, viajó a Córdoba para evitar que el estallido de diciembre vuelva a repetirse. Ante el retorno de las presiones por parte de los uniformados, y de la convocatoria, a través de mensajes de texto y redes sociales, a una manifestación a la jefatura provincial, a pedido del gobernador José Manuel de la Sota, el Gobierno nacional tomó cartas en el asunto. La Presidenta decidió el envío de mil gendarmes a la provincia, y del secretario de Seguridad, como gesto de apoyo.
Esta vez no hubo teléfono descompuesto ni malentendidos. Alrededor de las 19 del jueves, el gobernador De la Sota se comunicó al celular del jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, para pedirle formalmente el envío de fuerzas federales a su provincia. El nuevo jefe de la Policía, el comisario Julio César Suárez, fue quien advirtió y denunció que un grupo de efectivos intentaba promover un nuevo acuartelamiento de la fuerza.
“Hay un grupo minúsculo que no tiene vocación de servicio”, dijo Suárez. Como resultado de las “maniobras extorsivas” identificadas por el jefe policial, cuatro agentes fueron pasados a disponibilidad, otros cinco fueron retirados, y hay 14 personas procesadas. Además, Adriana Rearte, una de las líderes del “las Rosas azules”, el grupo de esposas de policías que en diciembre comenzó la protesta que terminó en el acuartelamiento, fue detenida por su participación en ese episodio.
Desde el Ministerio de Seguridad explicaron que el envío de los gendarmes fue decidido por la Presidenta “en virtud del pedido del gobernador, sobre la identificación del riesgo” hecha por el jefe policial. Los efectivos pertenecen a un grupo de reserva de las unidades móviles de Gendarmería.
Más allá de la presencia de los agentes, Berni decidió viajar personalmente a Córdoba, para marcarle la cancha a la policía. “El secretario viajó para reforzar la legitimidad democrática del poder político de la provincia. La instrucción de la Presidenta fue darle respaldo al Gobernador”, explicaron fuentes cercanas a Berni.
En Córdoba, en principio, la situación ya estaría controlada. Después de su encuentro con De la Sota, el secretario de Seguridad volaría a Entre Ríos, otra de las provincias donde se registraron conflictos en diciembre. Con la premisa de “supervisar a las fuerzas federales” presentes en esa provincia, Berni buscaría, con su presencia, desalentar cualquier nuevo intento contagio de la protesta policial.