“La denuncia se presentó en el juzgado de faltas de la ciudad, allí se abrió un expediente. La empresa negó que el hecho fuese real, dijo que la botella pudo ser adulterada o saboteada”, sostuvo el juez en diálogo con Radio Provincia. “Luego de muchos años, a través del INTI (Instituto Nacional de Tecnología Industrial) pudimos hacer estudios que determinaron que la botella no había sido abierta”, agregó.
Rusconi explicó que no se pudo precisar en qué parte del proceso de llenado ingresó el objeto a la botella y dijo que según la Ley de Defensa al Consumidor “los elaboradores son responsables de los productos que llevan al mercado. Por esto luego de muchos años se le ha ejecutado una multa a la empresa”.
“Se constató que la empresa no contaba con las medidas de seguridad adecuadas para evitar este hecho. No interesa si existió la intensión de introducir el objeto, importa que no se cumplió con los controles necesarios. No se juzga la intención, sino la responsabilidad”, indicó.
El objeto se encontró en una botella de litro y 14, de vidrio y el INTI realizó distintas pruebas hasta llegar a la conclusión de que no había sido previamente abierta para que el denunciante introdujera el objeto.
“Alejada la idea de un obrar doloso por parte de quien realizó la denuncia, la responsabilidad es de la empresa”, sostuvo el juez y añadió que “es muy común que las empresas traten de resolver estos problemas porque significan una falla de la seguridad en el sistema de producción”.
“Siempre hay que observar el producto antes de abrirlo, porque una vez abiertos es muy difícil probar que la falla no se produjo con posterioridad a la apertura”, finalizó Rusconi.