La iniciativa, que tenía media sanción en la Cámara de Diputados, fue votada por unanimidad en la Cámara Alta y dispone la instalación de centros de entrenamientos de perros de asistencia en el país y establece el libre acceso y permanencia de los animales, que acompañan a personas con distintas discapacidades, a lugares y transportes públicos o privados.
Para las personas que presentan alguna discapacidad, el perro guía es de vital ayuda y su compañía les permite manejarse de una forma más independiente y tener una mejor calidad de vida, por ese se intentó por muchos años la aprobación de esta Ley.
Si bien en varias provincias como San Luis, Misiones, Santa Fe, Río Negro, Neuquén y en algunas zonas de Buenos Aires se había aprobado una ordenanza que permitía el libre ingreso de los perros guías a todos los lugares públicos, no existía una ley a nivel nacional.