Alrededor de cuatro mil personas, llegaron hasta plaza moreno en la tarde de hoy para reclamar a las autoridades municipales; reclaman por la desidia sufrida el 2 de abril del 2013, reclaman por la cantidad de muertos oficiales, reclaman por obras. Piden por Bruera, Scioli y Cristina.
La municipalidad está vallada en su entrada principal. A la vuelta, sobre calle 11, el acceso trasero está custodiado como pocas veces, tres camiones de infantería de la policía bonaernese marcan presencia en el estacionamiento del edificio municipal en donde decenas de efectivos policiales con escudos se organizan en fila.
Por estos días el intendente platense Pablo Bruera se encargó de desfilar en los medios de comunicación al punto de tener que pedir perdón a los platenses; el enojo contra su gestión es grande. La Provincia cerró la cifra de víctimas fatales oficiales en 52 personas, dijo que tuvo un comité de crisis que funcionó -según el Ministro de Seguridad Ricardo Casal- desde el 2 de abril hasta el 8. En el medio, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner llegó 3 veces a La Plata en menos de un mes, la primera vez fue hasta su barrio natal, Tolosa, y enfrentó cara a cara a los vecinos. Hoy una de las asambleas barriales de inundados fue la de Tolosa, una de las zonas más castigadas. Hoy también se escuchó más de una vez “Cristina ladrona La Plata no perdona”.
Cerca de las 18 horas, los paraguas se mezclaron con las banderas de las organizaciones sociales y de los partidos políticos de izquierda. Esta vez no hay pecheras de Unidos y Organizados ni de La Cámpora. Un señor de Tolosa, pantalón pinzado azul y zapatos náuticos le dice a su señora de acercarse a la gente. Ginés Martínez, tiene una vela encendida en su mano y con la voz serena explica: “nunca vino nadie, tuve un metro veinte de agua adentro de mi casa, perdí muebles, electrodomésticos, tengo las paredes rajadas de la humedad”. Ella vive en la esquina de 22 y 60 y espera que se “adecuen los planes de obras en relación a la cantidad de gente que vive en La Plata” y avisa “vemos que cada vez hay más edificios, pero no vemos abajo lo que está pasando”.
Algunos políticos de la oposición se ven con los manifestantes, tienen el libreto de manual y marchan entre la columna de gente que se desplazó por avenida 51 desde calle 12 hasta la avenida 7 para terminar con la palabra de Rocío en la puerta de la Casa de Gobierno. Antes, y todavía con la luz del día, sobre la plaza moreno se vio una cruz de globos celestes, gente con snorkel, la imitación de la mochila de Bruera, y móviles televisivos que buscaban la voz de los inundados, mientras la municipalidad, resguarecida, cerraba sus ventanas. A un mes de la inundación, para los damnificados poco cambió.
Facundo Cottet
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