Del cierre de la jornada de debate sobre la reforma judicial realizada en la Universidad Nacional de La Matanza puede desprenderse que la primer mandataria comparte un diagnóstico de esa naturaleza al que le es sumamente funcional las definiciones ambiguas como la que ofreció allí sobre una reforma constitucional: si bien aseguró que no la propondrá estimó que es la vía idónea para profundizar la democratización de la Justicia.
Que la apertura estuviese a cargo de Juan Gabriel Mariotto es otro indicio del doble estándar que le permitiría mantener en estado de suspenso al grueso de los jefes comunales que se corrió hasta allí para escucharla: con su figura desgastada a fuerza de traspiés propios en su intento por consolidar un espacio kirchnerista en la Tercera Sección Electoral, su vuelta al primer plano de la escena pareció una advertencia agitada frente a ellos, que en amplia mayoría mantienen una relación crispada con el vicegobernador.
Perdura en el gobierno nacional el recuerdo amargo de la derrota en los comicios legislativos del 2009 donde la lista de diputados nacionales que lideró Néstor Kirchner fue superada por un estrecho margen por la de Francisco De Narváez. Resultado que no se reflejó en la Tercera Sección donde el Frente para la Victoria se impuso por casi 10 puntos a la de Unión Pro. La lista de diputados provinciales refleja, como pocas otras cosas, los intereses de los jefes comunales f rente al gobierno provincial.
La especulación sobre Cristina no se agota en una eventual reforma de la Constitución para la que el oficialismo precisa de una victoria contundente en las elecciones de octubre. Alcanzan también a la sancionada modificación al Consejo de la Magistratura y a la probabilidad de que sus miembros sean electos en forma directa por el voto de los ciudadanos.
Como la nueva ley de Mercado de Valores que estuvo en estos días en el ojo de la tormenta luego de que el grupo “Clarín” agitase el fantasma de una eventual intervención en sus empresas periodísticas, la ley que introduce ese cambio sustancial tiene pendiente su reglamentación para ser promulgada por el Poder Ejecutivo. Dilación que deja también en estado latente la aparente avalancha masiva de apelaciones que presentaría la oposición en forma coordinada.
Con un cierre de listas para las PASO que, según versiones, podría adelantarse para el 19 de junio, lo que ocurra en las próximas tres semanas en materia de candidaturas y alianzas será lo que defina ese mapa político. Tal vez por eso Sergio Massa volvió a posponer cualquier anuncio sobre sus eventuales pasos políticos hasta la primera semana del otro mes.
La especulación que circula entre los intendentes es que la Presidente podría convertirse en candidata testimonial de la lista de consejeros del oficialismo si los recursos judiciales en contra no prosperasen. También que si la Corte Suprema fuese forzada a intervenir y se expidiese sobre la inconstitucionalidad de esa reforma, son firmes las posibilidades que le asignan a que las PASO sean suspendidas.
Es la primera hipótesis la que mantiene en vilo a los jefes comunales: con Cristina de candidata, la unidad del oficialismo se vería sellada casi sin discusiones por el temor reverencial que les despierta la idea de enfrentarla no ya en forma dialéctica y en diálogos informales sino en forma abierta y en competencia por los votos.
Aún con la caída significativa de su imagen positiva en abril que arrojan los sondeos y del discreto cepo sobre la prensa local con la que preservan la suya en cada distrito, difícilmente alguno se atreva a llevar adelante una empresa semejante.
Entre los intendentes comunales que discuten y disputan lugares en la lista de diputados nacionales es un hecho que el de Tigre confirmará que será parte de la competencia: Las dudas comienzan cuando se trata de precisar dónde lo hará: dentro o fuera del oficialismo. De nuevo, que Cristina sea o no parte de ella parece ligarse a esa disyuntiva.
Quienes desde el oficialismo aceptarían resignar posiciones a favor de Massa lo harían persuadidos de que no cuentan con otro candidato con su nivel de aceptación en los sondeos y de que, puesto en competencia en otra lista, se convertiría en un serio rival electoral.
También porque están al tanto de lo avanzado de las conversaciones que mantiene con otros de sus pares, quienes aguardarían la evolución de los acontecimientos para hacer pública su adhesión. De concretarse esa fisura en un frente que, como el de los intendentes, no tiene otra cohesión que el temor a Cristina, el gesto podría dar inicio a un éxodo que se imagina indetenible.
Por eso varios recibieron con sorpresa que algunos de sus pares se hiciesen representar por otros funcionarios en la reunión convocada por Oscar Parrilli en su despacho el pasado 7 de mayo para ajustar detalles de la masiva movilización que prepara el oficialismo para el día 25. Las inusuales ausencias en el encuentro con el secretario General de la Presidencia fueron interpretadas como un indicio de que el peor escenario podría estar montándose mientras se resuelven los preparativos de ese acto.
(*)Periodista, analista político. Profesor Universitario