Firmada por él mismo, el jefe comunal repartió este domingo por debajo de las puertas una hoja con un breve texto en donde dice, entre otras cosas, que “comenzamos la búsqueda de fondos nacionales e internacionales que financien las grandes obras hidráulicas que necesita nuestra ciudad”.
Además habla de que se necesitan mil millones de pesos “para compensar a quienes perdieron sus bienes”. “Hemos pasado nuestra noche más oscura. Estamos preparados y necesito que estés informado. Tu opinión es decisiva para afrontar estos meses que se vienen”, dice el último párrafo, antes de pedir apoyo y ayuda no sólo a los vecinos, sino también “a todas las jurisdicciones”.
Otra de las promesas es “la necesaria modificación” del polémico Código de Ordenamiento Urbano, apuntado por la opinión pública como uno de los principales responsables de la inundación.
“En ese camino estamos, juntos”, se despide el intendente que desde que mintió en su cuenta personal de twitter -publicando una foto en donde supuestamente ayudaba a damnificados de la lluvia cuando en realidad vacacionaba en Brasil-, y ahora intenta cambiar drásticamente su manera de dirigirse a la gente.
Así, continuando su estrategia de mostrarse como un dirigente arrepentido que ha “escuchado con atención y humildad” a los vecinos -según esta carta-, apuesta a tratar de recuperar al menos un poco la confianza perdida después de la catástrofe y su posterior accionar inmediato.