Cartes y las comparaciones odiosas en la política

Por Lisandro Sabanés (*).- No entiendo mucho de política, pero sí de crear trabajo”. Horacio Cartes, flamante Presidente del Paraguay, repitió una y otra vez esta frase como slogan y, según los analistas, esta expectativa puede ser clave para entender el porqué del amplio triunfo de los “colorados” – 46% contra 31% de la alianza oficialista encabezada por los liberales según los últimos cómputos oficiales- que de esta manera, tras cinco años vuelven al Palacio de los López, sitio que ocuparon durante la mayor parte del siglo XX hasta que en 2008 el ex sacerdote tercermundista Fernando Lugo, aliado con los liberales, los desalojara.

Cartes remite inmediatamente a Mauricio Macri, de hecho los referentes colorados entrevistados por este corresponsal preguntan por él, fuera de micrófono, es multimillonario, empresario, no había participado de política hasta hace 3 años atrás (al punto de que votó por primera vez en esta elección) fue Presidente del club Libertad y Director de selecciones de futbol (“Tata” Martino, que fue DT de la selección con él le expreso públicamente su apoyo al igual que José Luis Chilavert). Claro que a diferencia del alcalde porteño, el procesamiento que tuvo por contrabando a Brasil fue grave, lo llevo a exiliarse del país por varios años y estuvo además involucrado en investigaciones de la DEA por lavado de dinero proveniente del narcotráfico.

 

Su ascenso fue meteórico. En la interna duplicó en 30 puntos al representante del ala histórica de la ANR (Asociación Nacional Republicana, nombre oficial de los colorados, Javier Zacarías) y antes de eso había forzado una modificación del estatuto que exigía 10 años de antigüedad como afiliado para postularse a un cargo electivo. Los colorados vieron en él la persona indicada para dejar la incomodad del llano y poco les importo la falta de pergaminos de Cartes y el dudoso origen de su fortuna.

 

Tampoco les importó a los paraguayos quienes por el contrario, pueden haberlo respaldado con fuerza atento a las críticas que llegaban desde Argentina y Brasil para con el candidato. Paraguay tiene aun abierta la llaga de la Guerra de la Triple Alianza en la que Argentina, Brasil y Uruguay enfrentaron a Paraguay al punto de casi exterminar su población adulta masculina. Los liberales sobre todo y los colorados también, remitieron la sanción impuesta por el Mercosur a Paraguay tras la legal mas no legitima destitución de Lugo a un “deja vu” de la guerra y el nacionalismo paraguayo se expresa tradicionalmente en los colorados.

 

La sorpresiva muerte de Lino Oviedo, caudillo populista ex colorado, tras la caída del helicóptero que lo transportaba en plena campaña electoral, abrió especulaciones sobre que sucedería con el oviedismo sin Oviedo. Los números parecen marcar que aunque la cúpula partidaria – incluido hijos y sobrinos del polémico militar – acordaron con Efraín Alegre, candidato liberal, el “voto útil” sus votantes, como suele ocurrir, tomaron su propia decisión y volvieron a las fuentes.

 

Parte de los simpatizantes de Lugo también podrían haber apoyado a Cartes, enojados con los liberales quienes de ser aliados de Lugo pasaron a destituirlo en concordancia con los colorados. La traición no suele pagar ni en Roma ni en Asunción. La izquierda y centroizquierda que acompañó a Lugo en su gobierno se presento dividida en tres listas de las cuales la mejor posicionada (que no era la que apoyaba el ex sacerdote que fue como candidato a senador y estaba entrando) saco menos de 6 puntos.

 

De todos modos sus referentes valoraban que por primera vez en su historia tendrían representación en el Congreso paraguayo desde donde se esperanzan en construir una alternativa más consistente a colorados y liberales que la frustrada experiencia de Lugo.

 

Pero la comparación con Macri, facilitadora a ojos argentinos, puede ser engañosa. Las necesidades y expectativas en las que llega montado Cartes podrían llevarlo a tomar medidas que sorprendan a quienes leen la política exclusivamente desde lo ideológico. Paraguay tiene previsto crecer al 14% y su deuda externa es irrisoria, supera apenas los U$3Mil Millones, no tiene altos índices de desocupación y espera una ola de inversiones desde Brasil atraídas por los bajos costos laborales del país.

 

Pero el Estado paraguayo destina prácticamente mas del 90% de sus recursos a pagar sueldos, su infraestructura es poca y obsoleta, tiene 17% de pobreza extrema y 40% de pobreza, una histórica demanda por tierras (que empujo el ascenso de Lugo) y la demanda laboral busca trabajadores capacitados que no encuentra en un país con flojos índices educativos.

 

Gustavo Leite, principal asesor económico de Cartes, el ahora Presidente buscara incrementar la recaudación fiscal, tradicionalmente débil en este país, no de la mano de nuevos impuestos pero si buscando que se paguen los ya existentes. Cuando el existe Presidente colorado Nicanor Duarte Frutos, intento cobrarles un impuesto a los poderosos sojeros paraguayos y “brasiguayos” (los que viven en la zona de frontera) choco con una cerrada oposición en el Parlamento donde, hace unos meses, encabezados por el senador Cartes termina ro de desechar el proyecto.

 

Dicen los historiadores que Richard Nixon, por su procedencia conservadora, era el único Presidente estadounidense en condiciones de visitar China, acordar con Mao Tse Tung y no recibir represalias por eso. Puede que Cartes, definido como un pragmático por su entorno más intimo, sea quien pueda aumentar los ingresos fiscales paraguayos y combatir las urgencias sociales de Paraguay combinando obras y ayuda social con políticas conservadoras.

 

Por lo pronto ya dijo que no tiene inconvenientes en volver al Mercosur e incluso a Unasur y todos aquí prevén que el “nuevo” Senado paraguayo que tendrá una amplia mayoría colorada terminara por aprobar el ingreso de la bolivariana y chavista Venezuela al mercado común. “Después de todo – señala off te récord un importante dirigente colorado – el principal comprador del petróleo revolucionario no es Cuba sino EE.UU”.

 

(*) periodista. Enviado Especial

 

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