No es legitimidad vs legalidad, sino legitimidad más legalidad

Por Alberto Esnaola (*)

En la democracia la conjunción en el ejercicio de la legitimidad de origen con la legalidad en el ejercicio del mandato, le confiere calidad institucional al sistema político.

 

Desde el gobierno nacional se pretende desde el primer día, junto con sus HOUSE ORGANS imponer la idea que una negativa a una medida de gobierno tiene por finalidad alterar el orden legal y desconocer la voluntad popular. Nada más falaz, pero aún peor, nada más calculado.

 

Si esa idea se impone, con ella caería también la del control republicano, y se estaría hiriendo de muerte a la división de poderes.

 

Quienes se escudan en la legitimidad de origen (cantidad de votos con que son electos) para violar la legalidad (conducta que la ley vigente exige en el ejercicio del poder) en verdad creen estar por encima de la LEY y se adjudican una infalibilidad y representación de intereses superiores que nadie más que ellos pueden alcanzar. Quienes pierden nada valen y carecen de porción alguna de razón. Primer paso para anular la pluralidad y sembrar el germen de la intolerancia.

 

Recordemos que la pluralidad, junto con la periodicidad de los mandatos, la publicidad de los actos de gobiernos, la división de poderes, inamovilidad de los jueces, conforman los atributos del sistema republicano de gobierno, artículo primero (1) de la Constitución Nacional.

 

Quienes ocupan una banca por la minoría en el Congreso, tienen igual legitimidad de origen que el Poder Ejecutivo Nacional, es el pueblo de la Nación quien los votó, y además deben ejercer el control que la LEY les otorga, dentro de la legalidad que  ella impone.

 

Legitimidad y legalidad no son términos que se contraponen, por el contrario su conjunción es la garantía que los ciudadanos tenemos para lograr una democracia de calidad y plena vigencia dela Ley.

 

Debemos generar una sociedad que mire el futuro con reglas claras de juego, ya hemos probado con liderazgos excluyentes, o con alineamientos irracionales y nos han conducido al fracaso y la decepción.

 

Hoy una porción importante del pueblo se convoca a caminar por las plazas del país, no para derrocar o cambiar un gobierno, pero sí para exigir que quienes invocan su legitimidad de origen (54%) para cambiar el sistema jurídico en SU EXCLUSIVO BENEFICIO, también hagan honor a la legalidad con la cual se debe hacer por mandato de nuestra Constitución.

 

(*) Concejal necochense por la UCR.

 

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