Hace un par de años, en la provincia de Buenos Aires se hablaba del nacimiento de un superministerio que incluiría a Economía e Infraestructura. Esta megaestructura ministerial era una bomba que manejaba el gobernador Daniel Scioli previo a las elecciones de 2011 y que posicionaba al por ese entonces titular de Economía Alejandro Arlía como cabeza poderosa de la ambiciosa fusión.
Los trascendidos por aquel momento surgían desde dentro de la mismísima Casa de Gobierno, indicando que el hoy ministro de Infraestructura era el que diseñaba ese incipiente superministerio.
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Pero eso no se llegó a concretar y es más, con el correr del tiempo al brandseño pareció haberle jugado en contra todo ese potente impulso que amagó a tomar. Es que los hombres y mujeres que históricamente le respondieron, se fueron alejando por las circunstancias de la política misma.
La actual ministra de Economía Silvina Batakis milita en Peronistas sin Fronteras –la agrupación liderada por Arlía- y lo conoce desde hace muchos años. Pero ella reporta exclusivamente al Gobernador. Algo que también ocurre con el director de Arba MartínDiBella y la directora general de Cultura y Educación, Nora de Lucia.
Con Di Bella se peleó tras protagonizar un enfrentamiento con su jefe de Gabinete, que por momentos operaba en su contra, incluso frenándole algunos de los pedidos del oriundo de Brandsen. Arlía se enojó y casi terminan a las trompadas. La relación terminó muy mal y Di Bella hoy reporta estrictamente a Scioli, además de cobrar 100 mil pesos por mes en el Banco Provincia.
Otro ejemplo: Juan Manuel Pignocco. Fue muy cercano a Arlía hasta que lo dejó para pasar a trabajar con el vicegobernador Gabriel Mariotto, y hoy es secretario administrativo en el Senado bonaerense.
En síntesis, Arlía perdió aquella estrecha relación que supo tener con Pignocco, Di Bella, De Lucia y Batakis.
Hoy, uno de los rumores post elecciones y previo al entra y sale en la Legislatura del mes que viene es que, según se hizo eco Ámbito, se estudia la creación de un holding con empresas públicas como la que administra autopistas provinciales, con Franco Laporta a la cabeza.
De esto se desprende que el rol de Alejandro Arlía se vería reducido exclusivamente a la obra hidráulica y vial. No más que eso. En realidad una obviedad, porque es el ministro de Infraestructura, pero que es poco si se tiene en cuenta todo el pasado no tan lejano, en el que el líder de Peronistas sin Fronteras amagaba con ser uno de los más poderosos dentro del Gabinete naranja, derribando precisamente las fronteras de sus tareas cotidianas para dirigir y encabezar proyectos más ambiciosos.