El estudio no contempla a quienes viven en edificios tomados, conventillos, hoteles-pensión y personas en situación de calle. Del total de asentamientos, unos 260 (24,8 por ciento) se encuentran en ciudades del interior, mientras que el resto en el Conurbano (59,2) y en el Gran La Plata (16 por ciento), que incluye a la capital provincial, Berisso y Ensenada. En tanto, de las 327.600 familias que viven en este tipo de lugar, 47.830, un 14,6 por ciento, están en terrenos del interior.
Del total de 135 de municipios bonaerenses, 81 cuentan con asentamientos (48 en el interior). Entre los que más tienen se destacan La Plata con 135, La Matanza 89, Quilmes 57, Moreno 42, San Martín 38 y Florencio Varela con 36.
En lo que respecta a los distritos fuera del Conurbano, General Pueyrredón tiene 32 barrios informales con 10.635 familias viviendo allí, seguido por Bahía Blanca (29 con 10.420 familias); Zárate (27 con 6.855); Junín (18 con 450); Pergamino (13 con 2.265); Campana (11 con 3.180); Mercedes (10 con 1.530) y San Nicolás (10 asentamientos con 1.300 familias).
Un caso comparable por el nivel de desarrollo industrial similar se da en el centro: Junín tiene 18 asentamientos, y Olavarría 5 a pesar de que este último distrito cuenta con un 20 por ciento más de población que el anterior, de acuerdo a los datos del último Censo. Y además se destaca que en las ciudades localizadas entre la Ruta 9 y el Río Paraná se observan una alta concentración de los asentamientos del interior: San Nicolás, Zarate, San Pedro y Campana concentran un alto número y se encuentran localizadas en el corredor Buenos Aires-Rosario.
A la hora de analizar “la infraestructura” o los servicios con los que cuentan los asentamientos, se desprende que el 51 por ciento del total de los que están en el interior tiene una conexión irregular de energía eléctrica. En lo que respecta al agua corriente, sólo el 17,4 por ciento puede acceder, mientras que el 68,2 cuenta con pozo ciego. Además, el 94,6 por ciento de los asentamientos se maneja con garrafa y en sólo el 38 por ciento de los casos el Estado se encarga de recolectar residuos.
Techo es una organización presente en Latinoamérica y el Caribe, que busca superar la situación de pobreza que viven miles de personas en los asentamientos precarios, a través de la acción conjunta de sus pobladores y jóvenes voluntarios.
En Argentina, ya trabajó junto a más de 5.575 familias y 18 mil voluntarios, con quienes lleva construidas más de 5.575 viviendas de emergencia.
Frente a la alta cifra que tiene déficit de acceso a una vivienda, a principios de octubre, el Gobierno provincial promulgó la ley de Acceso Justo al Hábitat, que exige a los grandes emprendimientos inmobiliarios ceder el 10 por ciento del valor total del terreno para la realización de planes de vivienda social. La importancia de ley radica en el impulso dado a programas de construcción, autoconstrucción, reparación, remodelación o ampliación de viviendas tanto urbanas como rurales, así como el fomento a créditos para la mejora de hábitat a través de un fondo fiduciario que financiará a aquellas familias imposibilitadas de acceder al crédito bancario.