Mariotto: crónica de un desgraciamiento

(*) Por Daniel Bilotta

Señal inconfundible de su alejamiento de la Casa Rosada, la llegada de Sabbatella a la Afsca implica que su antecesor tendría un guiño del oficialismo para disputar la Facultad de Ciencias Sociales. Junto al club Banfield, son sus últimos reductos. Desviarse, descomponerse con quien se tenía amistad, son algunos de los significados de desgraciamiento. Esta es la crónica del que le toca el vicegobernador.

 

Si la venganza es un plato que se sirve frío, Juan Gabriel Mariotto no llegó a degustarlo. La salida de Santiago Aragón de la Afsca y su reemplazo por Martín Sabbatella es bastante más que la  señal definitiva de su alejamiento de la Casa Rosada,  con  Jorge Ferraresi y Darío Díaz Pérez como deudos destacados: los intendentes de Avellaneda y de Lanús  martirizan a colegas para expiar el temor  a quedar demasiado cerca del vicegobernador ahora que estiman inevitable el derrumbe político de su proyecto de suceder a Daniel Scioli con el aval del gobierno nacional.

 

Pero la llegada al antiguo Comfer del diputado nacional de Nuevo Encuentro, socio menor en la mesa K “Unidos y Organizados”, encierra además otros mensajes para el vicegobernador. La insinuación de que el kirchnerismo duro podría tomar partido por Aragón en la renovación de autoridades de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora.

 

Mariotto hizo correr en las últimas horas la versión desesperada del fin de su enemistad con Aragón, preludio para designarlo asesor en el Senado bonaerense, en el marco del respaldo que le daría a su reelección como decano. Fue tarde: quienes abastecen de información al complejo circuito del PJ de Lomas sabían de su ex subordinado que su destino será la agencia de noticias Télam.

 

Quedó así desbaratada la estrategia para uno de los dos temas que aborda de forma obsesiva en los almuerzos que los días viernes comparte desde hace unos meses con un íntimo grupo de reflexión en un restó de Temperley al comando del senador provincial Santiago Carreras y que congrega también a Néstor Pan y Alfredo Omar Szulak, dos damnificados directos de la emancipación de Aragón.

 

El titular de la Comisión nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (Coneau), es auxilio político desde que ocupa la vicegobernación y sostén emotivo en la pelea con Aragón, a la que también aporta el ex rector de la Universidad.

 

La otra es la gestión que cumple su amigo Eduardo Espinosa como presidente del club Banfield, quien aprovechó un diálogo con “Olé” para enviar señales de amistad a Martín Insaurralde. Oficializado el deslizamiento en pendiente de Mariotto en el kirchnnerismo tal vez precise un nuevo escudo político si queda al desnudo que solo es una bravuconada la amenaza de enviar sabuesos de la AFIP a los acreedores de esa institución que pretenden documentar deudas, como dicen haberle escuchado.

 

Dos funcionarios municipales de tercer orden cumplieron funciones en la gestión de  Carlos Portell, respaldada al comienzo  por el Intendente para oponerse a Espinosa. El 27 de junio una patota agredió sus domicilios particulares con la intención de forzar su renuncia y adelantar elecciones. En la reunión previa que los agresores mantuvieron en la céntrica avenida Maipú de Banfield, habría estado Espinosa según testimonian otras autoridades, que pidieron no ser mencionadas.

 

La peor parte la llevó el director de Turismo, Esteban Muñiz. Los agresores ingresaron a la cochera de su vivienda para tajear los neumáticos del auto particular. Para eso debieron llegar al subsuelo de un moderno edificio dotado de medidas de seguridad y portón automático.

 

Enigma todavía sin resolver  por los efectivos de la comisaría Primera de Banfield, ubicada a la vuelta del domicilio de Muñiz quien radicó allí la denuncia. Aunque es posible que el trámite se agilice al ritmo de otro. Insaurralde, como otros intendentes del Conurbano, prevé asumir el control político de la gestión de seguridad de la policía en su distrito.

 

Desavenirse, desviarse,  descomponerse del amigo con quien se tenía amistad o unión, son algunos de los significados que la Real Academia atribuye al término “desgraciamiento” al que apeló una fuente consultada  y que aceptaron otras para describir la situación de Mariotto. No pudieron ponerse de acuerdo, en cambio, sobre el orden cronológico de los acontecimientos que lo pusieron  en ese trance.

 

Quienes aseguraron haber escuchado la versión de Juan Manuel Abal Medina, todo comenzó con una irrupción televisiva en una señal de la prensa amiga, donde se despachó con las valijas que iban y venían en la Cámara de Diputados de la Legislatura bonaerense, en medio de la controversia por la sanción del revalúo inmobiliario.

 

“No tanto molestó la figura utilizada como la impostura intelectual que asumió y que irritó mucho a la doctora”, habría confiado a esos interlocutores el jefe del Gabinete. “Ese rol está solo reservado a ella”, añadieron con un asentimiento quienes habrían escuchado la sentencia del funcionario.

 

El tema de supuestas irregularidades con la sanción de leyes en Diputados terminó por caerle encima luego del acercamiento de José Ottavis a Daniel Scioli con la prolongación de licencias a las casas de juego. Vicepresidente de la Cámara con el aval de la Casa Rosada para ejercer el control sobre sus movimientos administrativos, Ottavis terminó involucrado por las sospechas de sobornos en la sanción del incremento fiscal al campo.

 

Ottavis tiene los días contados en La Cámpora” aseguró un legislador de buena llegada a esa corriente. Julián Álvarez, viceministro de Justicia y uno de sus fieles exponentes, viene voceando entre los intendentes que Mariotto ya no representa sus intereses. Oscar Laborde y Edgardo Depetris se lo confirmaron a varios de ellos  pero con un añadido inquietante: “Mariotto espanta a la gente”.

 

Como en la mancha venenosa, la presidente Cristina Fernández viene suspendiendo contacto con todo aquel  que despierte esa sensación en los sectores medios. Bien lo sabe Echegaray quien, a diferencia de Mariotto, está a tiro de decreto cuando venza su mandato en diciembre.

 

De todas las que circulan, esa versión parece la más sólida: los estudios de opinión pública que maneja en reserva la Casa Rosada, demostrarían que cuando el vicegobernador  dejo de reiterar que su obra se explica por la gracia de la Presidente, la caída  de su imagen comenzó a detenerse.

 

Los almuerzos de los viernes en Temperley se ligan a la sospecha de una supuesta conspiración para valerse de una excusa que le permitiese a Mariotto un acuerdo con Scioli para mejorar su nivelde conocimiento en la sociedad atacándolo de forma indirecta. Táctica que habría quedado oficializada por la presentación del informe sobre el caso Candela, donde las alusiones al gobernador y el cuestionado ministro de Seguridad, Ricardo Casal, son solo alusivas.

 

A Pan y a Carlos Germano se les atribuye el rol de instigadores en esa hipótesis. Uno por  el pasado como asistente de Julio Aurelio y al otro por el oficio de consultor y el vínculo profesional que mantendría con el gobernador bonaerense, confirmado de forma sugestiva  por alguien que lo conoce. “Carlitos es así: trabaja un rato para Scioli y otro para Mariotto.”

 

Si es por echar mano a excusas, el oficialismo podría argüir sin temor a equivocarse que su malestar expresa al resto de la sociedad como pocas veces. Después de Amado Boudou, otro vice desgraciado, es el dirigente oficialista que recoge más rechazos en el electorado bonaerense.

 

“Después de la ley de Medios, Cristina creyó que era el iluminado político de toda su generación”, confió un legislador bonaerense, quien grafica la mutación experimentada en los últimos meses: “Pasó de la reunión que tenía todos los viernes en Olivos con la Presidente a mirar por la ventana del  restó en Témperley.”

 

El nombre del local gastronómico de Carreras le otorga dimensión alegórica a la circunstancia que atraviesa: se llama “No me olvides.”

 

de escribas y escribanos

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