Cuando el partido estaba once contra once, fue de ida y vuelta, con mucha velocidad por parte de los locales y con destellos argentinos.
- Temas del día
- CFK
- Corte Suprema
- Axel Kicillof
- Javier Milei
- Gobernadores
Cuando el partido estaba once contra once, fue de ida y vuelta, con mucha velocidad por parte de los locales y con destellos argentinos.
Hasta que hubo una jugada que marcó el antes y el después en el desarrollo del juego, porque el 1 alemán bajó a Sosa en el área cuando se estaba terminando el primer tiempo: penal y roja directa. Nadie discutió. Entró el suplente, pateó Messi y se lo atajó.
Pero a partir de ese momento el partido cambió. Con 10, Alemania no fue el mismo y Argentina lo supo aprovechar, al principio con ambición desmedida pero después con tranquilidad, y claro está, con espacios.
Khedirá obsequió un hermoso gol en contra antes de que pite el árbitro, y así terminaban los primeros 45.
En el complemento se vio lo mejor del equipo de Sabella, ya con Agüero en cancha, sentenciando una vez más que si jugara desde el vamos, sus paredes con Messi serían prácticamente letales para los rivales durante 90 minutos, y no en 45, como viene sucediendo hasta ahora.
Golazo de Messi y terrible golazo de Di María. Pudieron ser más. Pero como también pudieron ser más los de Alemania, que descontó sobre el final, y que a pesar de haber jugado todo el segundo tiempo con 1 hombre menos, llegó varias veces al arco, confirmando nuevamente que el punto más flojo en la Selección es la defensa.
Fue 3 a 1. Gran resultado, de visitante y contra una potencia que siempre juega bien, y que además nos eliminó de los últimos dos mundiales, primero por penales y después con un baile a toda máquina.
Foto: Javier Mascherano, enviado especial de LetraP a Frankfurt.