Nacido en Mar del Plata el 11 de marzo de 1921, pasó su infancia en Nueva York y a los 16 años regresó a Buenos Aires para llevar a la práctica la música que perfeccionó en Estados Unidos.
Nacido en Mar del Plata el 11 de marzo de 1921, pasó su infancia en Nueva York y a los 16 años regresó a Buenos Aires para llevar a la práctica la música que perfeccionó en Estados Unidos.
Entre sonidos urbanos, la orquesta de Aníbal Troilo, Alberto Ginastera, Bartok, Stravinsky, Bach, París, el jazz y el rock progresivo, Piazzolla le dio su mirada particular a la música de su tiempo, construyó su propio sonido.
Una música que entraba y salía del tango con libertad, pero que inevitablemente respiraba aires de ciudad y modernidad, en el espacio que quedaba entre el texto y su interpretación.
“No es Tango, es Música Contemporánea de Buenos Aires”, decía frente a las críticas que la “Vieja Guardia” del tango de la década del ‘40 le hacía.
Fue la renovación del género del Río de la Plata, compuso su primer tango a los 11 años.”Adiós Nonino”, pieza dedicada a su padre que falleció en un accidente mientras él estaba de gira, “María de Buenos Aires” y “Balada para un Loco” son algunas de sus obras más recordadas y reconocibles.
Murió en Buenos Aires, a los 71 años, tras una trombosis cerebral que dos años antes lo había atacado en París, con la esperanza de poder alcanzar la eternidad musical: “Tengo una ilusión: que mi obra se escuche en el 2020. Y en el 3000 también. A veces estoy seguro, porque la música que hago es diferente. Porque en 1955 empezó a morir un tipo de tango para que naciera otro, y en la partida de nacimiento está mi Octeto Buenos Aires”.