Un horizonte gris parece para el Movimiento Obrero ser planteado por ciertos sectores del poder económico y político, seguramente añorando épocas totalitarias o momentos de confusas políticas nacionales.
Sin embargo, tanto la historia como la práctica más reciente, demuestran que, pese a las notables diferencias de criterio e incluso doctrinarias entre los diversos sectores que coexisten en la CGTRA, los Trabajadores en general y la enorme mayoría de los dirigentes no ponen en duda la unidad, y aún menos la continuidad del funcionamiento democrático de la histórica central sindical de la Argentina.
Algunos sectores creen beneficiarse de las divergencias naturales entre dirigentes, pero olvidan que en los peores momentos del país, en los más aciagos tramos de la historia reciente -más allá de estos matices- resurgió en cada rincón de la Nación, la estructura sindical, la militancia gremial y el compromiso de lucha para recuperar el estado de derecho, y con ello, las conquistas que se usurparon para concentrar la riqueza y extinguir el Movimiento Nacional.
Hoy, con casi treinta años de recuperación cívica y social, los Trabajadores ratificamos el compromiso nacional, recordando a nuestros mártires y reclamando nuestros derechos cívicos, laborales y sociales pendientes, poniendo de relieve la actividad fabril, de servicios y gubernamental donde el aporte del sector laboral posibilita que cada día el país crezca y active la maquinaria del consumo cumpliendo el ciclo fundamental de retroalimentar la economía.
Pero también celebramos la recuperación del sector petrolero para el interés público y la planificación estratégica, y allí, los Trabajadores tenemos disponible un aporte generoso de ideas y proyectos que permitan devolver al Pueblo no solamente la soberanía energética, también la posibilidad de reutilizar los beneficios del sector con destino al crecimiento social como lo fuera por más de 70 años y hasta la negra etapa de las privatizaciones.
Para quienes sostenemos nuestro pensamiento justicialista desde el activismo sindical, no existe posibilidad de crecimiento de la Nación sin el necesario fortalecimiento de la estructura representativa de los Trabajadores, toda vez que, como señaló reiteradamente el General Perón y lo demostró reiteradamente la historia reciente de nuestro país, el Movimiento Obrero resulta naturalmente el eje vertebral que legitima las políticas nacionales y populares, dando vida cotidiana a la movilización social, el crecimiento equitativo y la perspectiva consolidada de la democracia, donde la justicia social –como queda demostrado por estos días- está ligada directamente con la independencia económica y la soberanía política.
Como siempre. Como desde sus orígenes, los Trabajadores seguimos un camino de unidad –más allá de estos matices que referimos- y continuamos poniendo cada día nuestra formidable capacidad colectiva de motorizar el país, manteniendo la memoria pero avanzando decididamente hacia una mayor participación en las decisiones nacionales que permitan transferir hacia el Pueblo los beneficios de un modelo económico que debe permitir el crecimiento con equidad.
*Secretario General de SOSBA y de la CGT Regional La Plata “J.I. Rucci”