Ni los dichos de Javier Milei, ni la falta de resultados de los mecanismos de control impulsados por el gobierno: en el Misterio de Finanzas de la Provincia de Córdoba entienden que la disparada del dólar se explica por la política económica de Sergio Massa. Incluso, hasta corren del escenario el clima electoral. “Si no estuvieses en medio de una elección, pasaría lo mismo”, afirman.
En el equipo del ministro Osvaldo Giordano entienden que las últimas medidas del candidato presidencial de Unión por la Patria terminan “echando más leña al fuego” y lo explican en dos movimientos que atentan contra el mandamiento del superávit fiscal que pregona Juan Schiaretti cada vez que interviene públicamente sobre el tema.
“Si vas a bajar los impuestos y subir el gasto, la única que te queda es imprimir y ese es el problema”, señalan desde la pata económica del cordobesismo que corre del centro de las responsabilidades a los dichos del libertario, que el mundo político analiza como uno de los principales impulsores y beneficiario de la disparada que, en Córdoba, llevó el precio de la divisa estadounidense a $1.061.
Como gatitos mimosos
Como viene contando Letra P, el cordobesismo no quiere confrontar con el candidato libertario. Schiaretti elige como blanco predilecto a Massa y también cuestiona a Patricia Bullrich. Su objetivo es terminar con “la Argentina de la grieta” y, de hecho, entiende que los únicos dos proyectos que expresan esa posibilidad son los que encarna junto a Florencio Randazzo y el libertario que ganó las primarias en casi todo el país, Córdoba inclusive.
En ese marco, tanto el gobernador como su sucesor, Martín Llaryora se imaginan lidiando con una gestión nacional libertaria y empiezan a jugar sus piezas que, en este caso, implican un movimiento que no levante demasiada polvareda. Con Milei como blanco ideal del grueso de la clase política argentina, el cordobesismo trata de no atacarlo y no responsabilizarlo de lo que, están convencidos, es una consecuencia directa de las políticas aplicadas por el ministro de Economía.
“Si no tuvieras déficit, ni Leliqs, ni te hubieses gastado reservas que no son tuyas para cubrir déficits pasados, por más que hable Milei, se podría controlar. Pero emitiendo todos los días, el problema se potencia”, dicen desde el Palacio de Finanzas del cordobesismo en donde miran con cierta preocupación el impacto que las corridas pueden llegar a generar en la suba de precios, el gasto y la recaudación.
Números rojos
Allí el gobierno provincial se encuentra con datos que preocupan, de la mano de la relación entre la suba del dólar y la inflación. La semana pasada se publicaron los números de la recaudación de septiembre, que creció interanualmente un 130%, en términos nominales. Aunque si se descuenta la inflación del período, la recaudación de septiembre sería aproximadamente un 1% inferior a la de igual mes del año pasado. Si se desglosa ese número, y se pone el ojo en la recaudación propia, Schiaretti también mira con preocupación un dato que expone 12 meses de caída continuada. En septiembre, el descenso fue del 7%.
En medio de todo ese combo explosivo, el schiarettismo prepara la transición caminando con cuidado hacia diciembre. Luego cederá la posta, aunque el propio Llaryora ya viene trabajando en el tema a sabiendas que le tocará moverse solo en un terreno minado. “No se puede hacer nada más que estar atentos” dicen los funcionarios del área económica, mientras se preparan para aumentar los planes de contingencia, que ya existen, en caso de que resulte necesario. El despliegue territorial que el cordobesismo fue afinando durante más de 24 años está al servicio para actuar rápido en estos casos.
En lo estrictamente económico, aseguran que el clima electoral colabora con la incertidumbre que es producto de las medidas de Massa, que el propio gobernador candidato de Hacemos por Nuestro País definió como “electoraleras”. Hablan de una “una situación fiscal muy delicada en la que el gobierno decidió agregar presión bajando impuestos y subiendo gastos”.
“Si no hubiese corrida, de todos modos se aceleraría la inflación”, dicen y se suman a las advertencias por una posible hiperinflación, que ya habían ocupado una parte central del discurso del Schiaretti el pasado miércoles en la reunión empresaria en la CAME.