El timeline de la red social que llamábamos Twitter de la vicepresidenta de los Estados Unidos y potencial candidata presidencial demócrata, Kamala Harris, está especialmente dedicado a hablar en contra de las barreras al aborto que se implementaron en distintos estados a partir de que la Corte Suprema conservadora anulara el derecho constitucional a la interrupción del embarazo en todo el territorio. El máximo tribunal estadounidense terminó de conformarse durante la administración de Donald Trump, el favorito para las elecciones de noviembre próximo, en las que seguramente deberá batallar la dirigente feminista negra tras la renuncia de Joe Biden a su candidatura.
El tema se volvió central en la campaña presidencial del país del norte y las usinas demócratas creen que puede ayudarlos a ganar las elecciones. Harris es activista a favor de los derechos sexuales y reproductivos. De hecho, en diciembre, lanzó una gira nacional de “Lucha por las libertades reproductivas” en defensa del derecho de las mujeres a tomar decisiones sobre su cuerpo. Biden rara vez mencionó la palabra aborto.
A la caza del voto femenino en Estados Unidos
Si es ungida por la convención demócrata que tendrá lugar entre el 19 y el 22 del mes que viene, Harris tendrá 106 días para disputarle y ganarle la elección a Trump, beneficiado, como todos los líderes de la ultraderecha, por el voto masculino. Para muchas mujeres jóvenes, dicen las encuestadoras, la pérdida del derecho al aborto se convirtió no sólo en una amenaza en sí misma, sino en un símbolo de un intento más amplio de revertir los avances de las mujeres y recluirlas a roles más tradicionales.
El capital de Harris está ahí mucho más que el de Biden. Se especula, inclusive, con que la actual vicepresidenta sume votos del electorado femenino republicano, más reticente a apoyar a un candidato condenado penalmente, con discursos violentos y amenazantes.
Harris se reconoce feminista y, si es efectivamente candidata y gana, no sólo sería la primera mujer presidenta de los Estados Unidos. Sería también la primera mujer negra y la primera persona de ascendencia india en ocupar la primera magistratura. Con 59 años, la actual vicepresidenta neutraliza una de las principales líneas de ataque de la oposición a Biden: la edad. Ahora, en ese eje, el problema es de Trump, con 78 años.
Kamala Harris: Casada a los 50, sin hijos y con una larga trayectoria profesional
Harris nació en Oakland, California, hija de una madre nacida en la India y un padre nacido en Jamaica, que se divorciaron cuando ella tenía cinco años. Fue criada casi exclusivamente por su mamá Shyamala Gopalan Harris, investigadora del cáncer y activista de los derechos civiles.
Aunque está comprometida con su herencia india, tanto ella como su hermana menor, Maya, se reconocen negras: "Mi madre comprendió perfectamente que estaba criando a dos hijas negras", escribió en su autobiografía The Truths We Hold. "Sabía que su país adoptivo nos vería a Maya y a mí como niñas negras y estaba decidida a asegurarse de que creciéramos hasta convertirnos en mujeres negras seguras y orgullosas".
Otro dato de su vida habla de su independencia y de su origen privilegiado. Se casó cuando estaba a punto de cumplir 50 años con el abogado Douglas Emhoff, a quien conoció en una cita a ciegas. Emhoff es judío y abandonó prácticamente su carrera para dedicarse a la función de “primer caballero”(el primero en la historia de los Estados Unidos). De hecho, su cuenta en X es @SecondGentleman. Harris no tiene hijos propios, pero tiene un vínculo maternal con Cole, de 28 años, y Ella, de 24, hijos de Emhoff, tanto que la llaman “momala”, en un juego de palabras entre mamá y Kamala. De hecho, en su biografía en redes sociales, dice: “Luchando por el pueblo. Esposa, Momala, tía. She/her”.
No hay rastros de que Harris haya sido una heredera o alumna de Biden, sino que tiene su propia trayectoria política y recibe, también, sus ataques personalizados. De hecho, Trump, la llama Laffin’ Kamala (Kamala la risueña) por su risa y su espontaneidad, llevadas al ridículo por los memes de la derecha digital.
Apoyos económicos y políticos
Hillary y Bill Clinton, Nancy Pelosi, Barbra Streisand, Spike Lee y hasta la congresista demócrata latina Alexandria Ocasio Cortez manifestaron públicamente su apoyo a la vicepresidenta. Ocasio-Cortez, del ala más progresista del Partido Demócrata, sostuvo: “Kamala Harris será la próxima presidenta de Estados Unidos. Prometo mi pleno apoyo para asegurar su victoria en noviembre. Ahora, más que nunca, es crucial que nuestro partido y nuestro país se unan rápidamente para derrotar a Donald Trump y la amenaza a la democracia estadounidense. Pongámonos a trabajar”.
Este domingo por la tarde, la campaña de Biden cambió formalmente su nombre por el de Harris for President. Ese movimiento implica que hereda a más de 1.000 personas empleadas para la campaña y un fondo de casi 96 millones de dólares a finales de junio. Este lunes la cifra había crecido: la portavoz de la campaña, Lauren Hitt, dijo que Harris había recaudado casi 50 millones de dólares en donaciones en las primeras 15 horas, tras el apoyo de Biden a su candidatura.