Gustavo Bordet se instaló en Concordia con la misión de reencausar desde allí al peronismo de Entre Ríos. Para eso, necesita propósitos, hombres y mujeres. En el largo camino a 2027, va ojeando el menú de opciones y con mayúsculas aparece el nombre de Pablo Bovino, un concejal sub-40 que no tributa a nadie. Por ahora.
A los pocos días de lograr su segundo mandato, Enrique Cresto decidió en 2019 dejar Concordia para asumir un cargo en el flamante gobierno de Alberto Fernández. La orfandad que dejó en la ciudad pegó de lleno en Bovino, un concejal que debutaba en política a pedido del reelecto intendente. Bovino quedó solo, y así se hizo camino cuatro años en el Concejo Deliberante. Ahora, en su segundo mandato, llamó la atención del exgobernador y parte de la dirigencia que observa sus pasos y su atractivo perfil. Un dato: además de Bordet, fue el único concordiense invitado al convite de Gualeguaychú, cuando el grupo escuchó a Miguel Ángel Pichetto.
Los primeros pasos de Bovino en la política de Entre Ríos
Bovino apareció en la arena política cuando Cresto y Bordet iban por su reelección en la ciudad y en la provincia, respectivamente. Hasta 2023, conformó un bloque de concejales del Frente de Todos que junto a otros siete estaba destinado a responder a la voluntad política del intendente. Pero pasaron cosas y Cresto dejó la ciudad. La relación con su sucesor, el vice Alfredo Francolini, no prosperó.
Desde aquel entonces, Bovino se abrió camino en soledad y sostuvo una suerte de autonomía política. Reconoce en Cresto a su mentor. Fue él quien lo sacó del aserradero y lo llevó al recinto del Concejo. Desde allí logró imponerse en las listas como primer concejal el año pasado, cuando renovó hasta 2027 a pesar de que el peronismo perdió la elección a manos de Francisco Azcué(JxER).
Contador de profesión, su mundo es el sector productivo. Participa de las actividades del aserradero Ubajay, la empresa familiar y uno de los más importantes de la región maderera, y tiene su propio emprendimiento de servicios forestales. Ese perfil de outsider fue lo que tentó a Cresto para la convocatoria y es el que revive hoy en tiempos aciagos para el peronismo en los que le escasean liderazgos y perfiles funcionales a “lo que la gente votó”, como lo definió un referente local ante la consulta de este medio.
La mirada atenta de Gustavo Bordet
La novedad anticipada por Letra P se confirmó en las últimas semanas. Bordet se está instalando en Concordia para comandar desde allí la reconstrucción del peronismo que todavía no sabe bien ni desde donde parte ni hacia donde va. Pero hay un consenso mayoritario, aunque muchos lo digan en voz baja: es Bordet el político mejor valorado en la ciudad y en quien recae buena parte de la responsabilidad del pasado y, también, del futuro. “No hay otro”, repiten diversos consultados, sobre todo de la costa del Uruguay. En Paraná, la historia se mira con otros ojos.
Bovino apareció en el radar de Bordet hace un tiempo. Lo presentó a varios dirigentes de la provincia y con ellos monitorea su perfil en Concordia. La mirada es recíproca. En el círculo más cercano al concejal aseguran que él también ve en Bordet al único capaz de movilizar y reorganizar el partido. “Se le puede cuestionar su acción o inacción, pero a la hora de ir a la boleta es indiscutido”, sostienen sobre el diputado nacional.
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Pablo Bovino, junto al ex gobernador de Entre Ríos Gustavo Bordet y al exintendente Enrique Cresto.
El largo camino a 2027
Bovino esquiva la pregunta por su futuro político. Letra P pudo saber que no descarta una futura candidatura pero que prefiere enfocarse estrictamente en el presente. Su terreno de acción política, además del Concejo, es el deporte. Desde su vínculo con el boxeo, hace trabajo social en silencio. “Lo subestimaron y es un cuadro potente porque tiene convicciones y espalda”, resumió un actual funcionario.
Ese perfil autónomo y, sobre todo, lejano a lo que algunos definen como “kirchnerismo de paladar negro” es el atributo que más alto hizo cotizar su nombre en años anteriores y el mismo que ahora lo pone en la lista para los tiempos venideros, cuando el peronismo estará ávido de figuras emergentes más a tono con las agendas actuales.