El ministro de Economía, Toto Caputo sigue en búsqueda de dólares frescos para abrir el cepo cambiario, pero abandonó la idea de que el Fondo Monetario Internacional (FMI) le haga un gesto de buena voluntad. Pese a los elogios del shock, sabe que el financiamiento no será inmediato y que los fondos no serán más que u$s5.000 millones.
El organismo espera que el jefe del Palacio de Hacienda ponga pronto sobre la mesa de negociación tanto el programa monetario y cambiario como el paso a paso para eliminar las restricciones cambiarias. El límite es junio, mes en el que el presidente Javier Milei le comentó al FMI que sacaría los cerrojos al dólar; pero Caputo ya avisó que el proceso va más lento.
"Cuando uno negocia con Fondo la economía se está derrumbando y hay presión para que haya un acuerdo rápido porque el país está yendo a los tumbos. Este es el primer caso donde estamos yendo a un nuevo programa en una situación de recuperación. El Fondo por eso quiere aguantar un poco más y no tiene incentivo para acelerarlo. No nos tiene que agarrar la ansiedad”, evaluó Caputo ante inversores y empresarios de la Bolsa de Comercio en un evento de la Fundación Mediterránea.
Elogios y advertencias del FMI
Si bien en cada declaración pública la entidad que dirige Kristalina Georgieva expresa su sorpresa sobre el desacelere rápido de la inflación y los resultados fiscales, lanza advertencias sobre la calidad del ajuste a la población más vulnerable y pone especial foco en una apertura "cuidada" de las restricciones al dólar.
Recién en septiembre, cuando finalice el plazo de las revisiones técnicas del acuerdo vigente, podría pensarse en nuevas líneas de financiamiento, con divisas frescas para girar y nuevas condiciones a cumplir que, de acuerdo a fuentes con conocimiento en el tema, no serían más que u$s5.000 millones.
Incluso para lograr que el Fondo sume el dinero necesario para abrir el cepo cuanto antes, al que Milei le puso la cifra de u$s15.000 millones, la gestión debería lograr el apoyo político que le pide el organismo como muestra de gobernabilidad, e internacional, que según expertos en cuestiones del FMI será difícil por el historial crediticio de Argentina. "Son burócratas", se excusó una voz gubernamental respecto a los tiempos de negociación y los pasos que siguen los miembros del staff internacional.
Primer test de Milei ante el Fondo
En los últimos días de abril comenzó la octava revisión del acuerdo de Facilidades Extendidas, con una misión de técnicos que mantuvo durante toda esta semana reuniones en Buenos Aires con la segunda línea del equipo económico.
Ninguno de los colaboradores directos de Caputo estuvo presente en esos encuentros. El presidente del Banco Central, Santiago Bausili y el secretario de Finanzas, Pablo Quirno, están por volver de su viaje a China, a donde viajaron para negociar el refinanciamiento del swap con el país asiático y por el que Argentina debería pagar u$s4.900 millones en un momento comprometido para las reservas internacionales.
“El objetivo del Fondo sigue siendo apoyar los esfuerzos en curso de las autoridades para restablecer la estabilidad macroeconómica, apoyar a las familias trabajadoras y sentar las bases de un crecimiento más sólido y sostenible”, indicó un portavoz de la organización multilateral de crédito ante la consulta de Letra P. El grupo de expertos analizará las metas del primer trimestre del gobierno de Milei que según informes privados ya prevén "sobrecumplidas", sobre todo en materia fiscal.
Vencimientos de capital e intereses
El informe que realicen los equipos técnicos pasará al staff y al Board del Fondo, que deberá decidir si destraba u$s792 millones con vía directa a las arcas del Central en las próximas semanas. Es un monto clave, ya que Caputo deberá enfrentar los próximos vencimientos de capital e intereses con reservas que permanecen en terreno negativo.
En Washington, el vicepresidente del BCRA, Vladimir Werning precisó que las reservas brutas al 19 de abril eran de u$s29.850 millones. A ese monto se le debe restar el swap chino, de alrededor de u$s18.000 millones, encajes y otras partes que componen el dinero "no propio" de la autoridad monetaria.
Pese a la buena performance de acumulación de reservas, en abril el pago unificado al organismo eliminó de la cuenta internacional casi u$s2.000 millones. Resta un último abono de capital por algo menos de u$s640 millones en junio y luego intereses y sobrecargos a pagar hasta septiembre. El equipo económico todavía espera que ingresen los dólares de la cosecha gruesa de oleaginosas, ante un complejo exportador que reclama una mejora en la competitividad del dólar.