En plena campaña, Quintela amenazó con renunciar a su cargo si el libertario accedía a la Presidencia. Con el resultado del ballotage puesto, recapacitó. Tras el arribo de Milei a la Casa Rosada, empezó a denunciar la decisión nacional de dejar de enviar a la provincia los ATN que desde tiempos de Raúl Alfonsín La Rioja percibía para subsanar la pérdida del punto de la coparticipación que cedió en 1988.
Ningún gobierno había cortado ese flujo de dinero hasta la llegada de Milei. Quintela, como otros gobernadores que sufrieron recortes similares, recurrió a la Corte Suprema, pero mientras tanto decidió prevenirse de los efectos sobre la economía real con la emisión de deuda circulante en forma de cuasimoneda, la primera de la era Milei. Una jugada de alto riesgo que coloca una espada de Damocles sobre la gestión del mandatario.
El límite de la circulación en La Rioja
Los bonos empezaron a circular a comienzos de este mes. Según informó el propio gobernador, su salario, el de la vicegobernadora, ministros, secretarios y subsecretarios se cubrieron con unos 100 mil chachos, mientras que los directores generales cobraron con esa cuasimoneda el equivalente a unos 50 mil pesos. Por ese monto, la totalidad de la planta pública de La Rioja recibirán un bono en agosto.
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Ricardo Quintela, gobernador de La Rioja.
Si bien los comerciantes agremiados de la provincia concedieron que la intención es aceptar la llegada del Chacho, dejaron sentada la imposibilidad de aceptarlo en transacciones relacionadas con rubros que requieren una inmediata reinversión.
Allí el primer punto del que dependerá el éxito o el fracaso de los bonos de Quintela, que entre sus condiciones de operatividad contempla que “el emisor efectivizará el pago (1 a 1 con el peso) en un plano no mayor a dos días hábiles de presentados los bonos de cancelación de deuda (ley 10.703) Serie A para su rescate anticipado”. Vale señalar que para estimular que la gente no se desprenda de manera automática de los chachos, el gobierno contempla el pago de un interés directo de 17% con vencimiento en diciembre.
Mover el mercado interno en tiempos de Javier Milei
En el minuto a minuto de la economía riojana, los chachos empiezan a circular tímidamente. Mientras, los analistas encienden alertas en torno a la posibilidad de incrementar una emisión que horade el único respaldo que necesita el bono: la confianza.
Los antecedentes se ciernen como una amenaza sobre la movida de Quintela. Este tipo de instrumentos tuvieron su época de oro durante la crisis que derivó en el estallido de 2001. La Rioja, que ya había emitido bonos durante la última parte de la gobernación de Carlos Menem, fue una de las 15 provincias que acudió a esa salida para evitar la parálisis de su economía en los albores del siglo.
Lo propio hicieron Córdoba, Buenos Aires, Chaco, Tierra del Fuego, Entre Ríos, Corrientes, Tucumán, Formosa, Misiones, Formosa, Chubut, Río Negro, San Juan y Catamarca. Todas ellas convivían además con las Letras de Cancelación de Obligaciones Provinciales (LECOP), que Domingo Cavallo había decidido poner en circulación a nivel nacional para evitar la emisión y cumplir con su meta del déficit cero.
Aunque todas las cuasimonedas arrancaron cotizándose en una relación uno a uno con el peso, lo que en aquel momento significaba también la paridad con el dólar, rápidamente empezaron a depreciarse en la vida diaria. La malaria imperante igualmente los volvió una herramienta para apaciguar la salida de la convertibilidad hasta que el Estado nacional decidió, en 2003, poner en marcha el Programa de Unificacion Monetaria (PUM) con el objeto de retirar los títulos provinciales.
¿El detalle? Milei ya anticipó en reiteradas oportunidades que no rescatará los bonos y cuasimonedas que se emitan durante su gestión. “Que se haga cargo quien las emita; van a perder valor y engañan a la gente con un papel”, dijo en una de las últimas entrevistas en las que se refirió al tema.
El arma de doble filo de Ricardo Quintela
En la guerra tuitera de la útima semana, el cruce entre quienes celebraron la llegada del bono de Quintela y la tropa digital libertaria que se burlaba de su cotización en el mercado de cambios estuvo a la orden del día, y como ya es habitual, Milei se sumó.
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Llevando agua para su molino, el Presidente desestimó las bondades del instrumento creado para garantizar el movimiento interno. Además, aseguró que la emisión de cuasimonedas que se devalúan es una forma de aplicar el ajuste de modo engañoso por parte de quienes la emiten y, con las mismas armas con la que atacaba la emisión a cargo de Sergio Massa, le apuntó directamente al mandatario riojano.
Allí esta otro de los grandes desafíos para la provincia del norteña que deberá empezar a proyectar la manera en que la esperada reactivación económica atraerá los fondos necesarios para rescatar los chachos a fines de 2024.
Disponibles para cancelar deudas, pagos con proveedores y contratistas del Estado provincial, pagar impuestos, tasas y tarifas, especialistas del ámbito económico y financiero advierten que una virtual expansión del Chacho llevaría a un cierre cada vez mayor de la economía provincial y llevaría al Estado provincial a un juego de suma cero.
Ante ese movimiento, la prédica de Milei podría cumplirse a partir de un ajuste clásico al que debería acudir la provincia para hacerse de los pesos necesarios para salvar los bonos. Allí, con una contracción general de la economía obligada por la crisis, el Chacho sólo retrasaría el fracaso de la gestión de Quintela.