Ante el Caputazo, que incluye una reducción de las transferencias de la Nación y la consecuente pérdida de recursos, la administración de Javier Milei dejó a libertad de quienes gobiernan las provincias la posibilidad de emitir cuasimonedas. En ese contexto, hay gobernadores que ya evalúan tener sus monedas locales. La última experiencia en este sentido se dio en medio de la crisis económica, política y social de 2001, que marcó el fin de la convertibilidad.
Las cuasimonedas aparecen cuando hay problemas de liquidez, el Estado necesita hacer frente a obligaciones y no quiere estirar el déficit fiscal. Se trata de la emisión de títulos de la deuda pública que tienen circulación como medio de pago. "En definitiva, es una promesa de pago y asegura que, en algún momento, ese dinero se va a cobrar", explicó Matías de Luca, economista de la consultora Empiria.
Al vencimiento del bono, se rescata el dinero. "El papel se emite con una fecha límite y el emisor suele, generalmente, definir con cierta antelación el momento en el que se pasa a cobrar por caja", puntualizó Joel Lupieri, integrante de EpyCa Consultores.
El espejo de 2001
En la crisis de 2001, más de una decena de jurisdicciones emitieron monedas propias para utilizarlas dentro de sus jurisdicciones. Una de las más conocidas fue el Patacón, que la provincia de Buenos Aires utilizó hasta 2003 para pagar salarios de la administración pública. Como respuesta a la situación crítica de la economía, empezaron a circular en comercios bonaerenses. Al principio, tenían el mismo valor nominal que el peso: un peso, un Patacón; pero, a medida que se aproximaba su vencimiento, el mercado comenzó a negociarlos por debajo de esa conversión igualitaria.
La eliminación de la Ley de Convertibilidad, que le posibilitó al Banco Central emitir pesos sin el respaldo equivalente en dólares, el gobierno nacional puso en circulación mayor cantidad de moneda de curso legal, haciendo su uso innecesario.
Otro ejemplo de cuasimoneda fue el título nacional (Lecop), creado por decreto en 2001 para el pago de la coparticipación a las provincias. En este caso, cada jurisdicción debería endeudarse emitiendo esos títulos y, a futuro, desendeudarse por sí misma.
Las cuasimonedas permiten hacer frente a situaciones que implican gasto público y compensar, por ejemplo, la caída de la recaudación en contextos de emergencia. La desventaja: tarda en ponerse en marcha y provoca emisión de deuda. A diferencia de principios de siglo, el marco regulatorio monetario actual no limita la emisión de pesos por la cantidad de dólares que hay en las reservas del Central.
Kicillof, el adelantado
En los últimos días, transcendió que la provincia gobernada por Axel Kicillof analiza crear una moneda bonaerense. El ministro de Gobierno, Carlos Bianco, no descartó la posibilidad. "Es algo que nos permiten las constituciones nacional y provincial como parte de los pactos preexistentes", dijo el funcionario en declaraciones radiales. No obstante, aclaró que aún no está en los planes de la administración bonaerense. "Veremos si eso es necesario. Hay que evaluar la oportunidad, el mérito y la conveniencia”, avisó.
En 2020, el entonces gobernador de Santa Fe, Omar Perotti, deslizó la posibilidad de emitir una cuasimoneda en medio de la emergencia sanitaria por la pandemia de Covid-19 y la necesidad de aumentar el gasto público. El presidente Alberto Fernández salió a responderle. "Las cuasimonedas están desterradas en Argentina. Fueron una emergencia que tuvo que ver con la crisis de la Convertibilidad. Ahora tenemos que ser cuidadosos", le recordó al santafesino.
En la previa de la reunión que mantuvo Milei con los 24 gobernadores, el portavoz presidencial, Manuel Adorni, llamó a las provincias a tener "responsabilidad fiscal". "Tenemos que poner la caja en orden y entender que generar el déficit implica, a nivel nacional, pedir asistencia al Banco Central, a la máquina de imprimir billetes generando inflación, o endeudarnos eternamente hasta colapsar en una crisis”, profundizó el vocero y calificó de "dañinas" esas alternativas.