Por qué no avanza el plan nuclear de Javier Milei y Demian Reidel
Las tres etapas del proyecto siguen en un limbo de recortes, resistencias ambientales y desconfianza internacional. La Patagonia espera. Un guiño inversor.
El presidente Javier Milei y su entonces asesor Demian Reidel anunciaron un “salto nuclear” con reactores modulares, uranio argentino y una Ciudad Nuclear en la Patagonia para alimentar data centers de inteligencia artificial (IA). Ocho meses después, la postal futurista se enfría: tijera presupuestaria, financistas ausentes y rechazo científico frenan un plan que cruza big tech, geopolítica y átomos.
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El 20 de diciembre pasado, en una escena más propia de un keynote de Silicon Valley que de los pasillos de la localidad de Lima, en el partido bonaerense de Zárate, Milei, Reidel y el titular del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi, anunciaron que Argentina volvería a la vanguardia nuclear.
Tres etapas, un reactor “de última generación”, capital privado y la promesa de un futuro brillante en el que la energía atómica sería el motor invisible de la revolución de la inteligencia artificial.
Javier Milei tiene un plan (o eso dice)
El entusiasmo libertario chocó de frente con la sorpresa -y cierto fastidio- de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), que no fue consultada, y con las pancartas de ATE que el mismo día del anuncio advertían sobre “el ahogo presupuestario” y la parálisis de proyectos estratégicos como el CAREM, el reactor nuclear integral 100% argentino.
El simulador de reactor es una pieza esencial en la operación de una central nuclear. Este es el simulador de Atucha II, una réplica exacta de la sala de control real, donde se recrean todo tipo de escenarios y fallas para que los operadores se entrenen y estén plenamente… pic.twitter.com/IUvIbiQc3b
Desde entonces, el plan acumula anuncios y titulares, pero no ladrillos ni reactores: ni licitaciones, ni acuerdos firmes, ni trazas en el terreno.
Fases de un sueño radiactivo
Fase 1: el ACR-300
Reidel no pretende reactivar el CAREM, el reactor modular diseñado por la CNEA y frenado por la administración libertaria, sino apostar a un modelo nuevo: el ACR-300, patentado en Estados Unidos por la empresa estatal argentina INVAP.
Con 300 MW de potencia y un diseño simplificado, este prototipo se perfila como uno de los cuatro que serían necesarios para alcanzar la capacidad de 1.200 MW prevista para la frustrada central nuclear Atucha III.
La construcción, proyectada en el complejo Atucha, dependería de una joint venture entre INVAP y capitales de Silicon Valley, sin inversión directa del Estado. El problema: hasta ahora, estos capitales no firmaron nada.
Fase 2: uranio para exportar
En lo que bautizó su “momento Eureka”, Reidel planteó que Argentina debía no sólo fabricar reactores, sino venderlos junto al uranio.
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Chubut tiene un área específica para supervisar las concesiones mineras
En la Patagonia, con frío, agua y tierra barata, Reidel imagina una metrópolis alimentada sólo con energía atómica, sede de data centers de las grandes tecnológicas.
“El mejor aire del mundo”, “energía ilimitada” y “sin combustibles fósiles”, repite. Actualmente, pudo constatar este medio, ni un plano, ni un inversor confirmado, ni una hectárea comprada con este objetivo.
Big Tech, IA y un guiño de Oracle
El relato mileísta enlaza el proyecto con la inteligencia artificial, con la premisa de que los data centers de OpenAI, Meta o similares consumirán energía creciente y estable.
Según Reidel, la energía nuclear ofrece “limpieza, escalabilidad y estabilidad” frente a las fuentes fósiles.
La única gigante que se acercó fue Oracle, que el año pasado exploró instalar su primer centro de datos en Argentina.
Fuentes del sector confirmaron a Letra P que en una reunión privada con Milei y el vicepresidente de Oracle Latinoamérica, Luis Meisler, se habló del tema, pero el proyecto quedó en "una evaluación preliminar sin compromiso económico".
El hombre nuclear de Javier Milei
Físico formado en el Instituto Balseiro, con pasado como trader en Wall Street y ex vicepresidente del Banco Central macrista, Reidel reúne credenciales científicas, vínculos financieros y sintonía ideológica con Silicon Valley.
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Demian Reidel, el hombre nuclear de Javier Milei
Actualmente, Reidel preside Nucleoeléctrica con un salario bruto equivalente a 46 veces el mínimo vital y móvil. En paralelo, impulsa un esquema privado para financiar el reactor modular ACR-300 a través de Meitner Energy, una compañía registrada en Delaware (Estados Unidos) que no revela públicamente a sus accionistas.
Según los estados financieros de junio de 2024, la estatal INVAP -mediante su filial estadounidense Black River- controla el 40% de la firma. El resto de la propiedad sigue envuelto en misterio.
Aunque Reidel evita identificar al inversor principal, fuentes consultadas por Letra P mencionan reiteradamente a la familia Ansari, un grupo iraní-estadounidense influyente con empresas tecnológicas y energéticas, pero sin trayectoria en el sector nuclear.
Otra fuente del sector señaló que el Grupo Ansari fue citado en reuniones de organismos estatales vinculados al financiamiento del nuevo reactor. En Argentina, el representante principal del clan sería Pablo Franzetti, un empresario que -transcendió- ya mantuvo conversaciones con autoridades nacionales y provinciales para acercarles proyectos como socio de firmas del grupo estadounidense.
Sombras y críticas
Para Diego Hurtado, ex vicepresidente de la CNEA, el plan responde a la presión histórica de Estados Unidos para condicionar el desarrollo nuclear argentino.
Adriana Serquis, ex presidenta de la CNEA, lo califica de “estafa” sin inversión en ciencia y alerta sobre la privatización encubierta del sector.
Uno y otra experta coinciden en que reemplazar el CAREM y frenar Atucha III significa un retroceso de décadas.
plan nuclear carem 2025
El reactor argentino CAREM que desestimó el hombre nuclear de Javier Milei
Mientras Milei y Reidel fantasean con ciudades libres de combustibles fósiles, la realidad es que el parque nuclear argentino se reduce a tres centrales construidas entre 1974 y 2014, que aportan apenas el 6% de la electricidad del país.
Hubo planes para construir una cuarta: en febrero de 2022, los gobiernos nacional y bonaerense, más NASA, firmaron un acuerdo con el presidente de la Corporación Nuclear Nacional China (CNNC), Yu Jianfeng, para que diseñara y construyera Atucha III, con una potencia eléctrica bruta de 1.200 megavatios (MW).
Después de varias idas y vueltas, el gobierno libertario desestimó la idea. “Íbamos a hacer Atucha III. Había un proyecto con los chinos. Teníamos la opción de hacerlo. No vamos a ejercer esta opción”, dijo Reidel.
Sin inversores confirmados ni cronogramas firmes, el plan nuclear libertario se parece más a un pitch de start-up que a una obra en consecución.