Southern Energy, empresa integrada por Pan American Energy, YPF, Pampa Energía, Harbour Energy y Golar LNG, confirmó este viernes la incorporación de un segundo buque de licuefacción para su proyecto de exportación de GNL en la provincia de Río Negro, profundizando su apuesta por plataformas flotantes y desechando definitivamente la idea de una planta terrestre en la Patagonia.
La semana pasada Horacio Marín, presidente de YPF, había señalado que no se construiría una planta terrestre de GNL en Río Negro, como se había previsto en las primeras etapas del megaproyecto Argentina LNG. En su lugar, el ejecutivo anunció que se instalarán seis buques de licuefacción frente a la costa, lo que permitirá acelerar los plazos y reducir los costos operativos.
La nueva embarcación se integrará a una terminal flotante en el Golfo San Matías, impulsando las exportaciones y desplazando proyectos en tierra, que meses atrás habían generado una disputa entre el gobernador rionegrino, Alberto Weretilneck, y su par bonaerense Axel Kicilllof. El proyecto para construir una planta de licuefacción en Punta Colorada había generado la reacción en La Plata, donde el mandatario kirchnerista sostenía que Bahía Blanca ofrecía mejores condiciones para la iniciativa.
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Tras el anuncio de YPF que descartó la construcción en suelo patagónico, Southern Energy anunció ahora que el nuevo barco, identificado como MKII, se sumará al Hilli Episeyo comprometido previamente. Entre ambos tendrán una capacidad conjunta de producción de seis millones de toneladas anuales de gas natural licuado, equivalentes a 27 millones de metros cúbicos diarios.
Inversión multimillonaria en la Patagonia
La firma del acuerdo con Golar LNG, dueña del MKII, contempla una operación de 20 años. La embarcación se encuentra actualmente en construcción en un astillero de China y llegará a la Argentina en 2028. Se prevé que su actividad comercial inicie antes de fin de ese año, sumando 3,5 millones de toneladas anuales a la capacidad exportadora nacional.
El proyecto, denominado Argentina LNG, prevé una inversión de U$S 7.000 millones en dos décadas y ya obtuvo la autorización para exportar libremente GNL por 30 años, según aprobó la Secretaría de Energía. También fue avalado por la provincia de Río Negro mediante su Estudio de Impacto Ambiental.
La logística se traslada al mar en Río Negro
Para operar de forma continua, Southern Energy construirá un gasoducto dedicado entre Vaca Muerta y el Golfo San Matías, desplazando la necesidad de una planta terrestre en la región. Así, sepulta la posibilidad de desarrollar un complejo en tierra que había sido barajado como alternativa durante los primeros trazos del proyecto y que llegó a generar polémicas dentro del peronismo más allá de Río Negro.
Según informó la empresa, la primera exportación está prevista para 2027, cuando comience a operar el Hilli Episeyo. El segundo buque se integrará al circuito productivo al año siguiente, consolidando la salida por mar como la principal vía para colocar el gas argentino en el mercado internacional.
Empleo, tecnología y nuevos destinos
Southern Energy destacó en un comunicado que el proyecto generará empleo local, fomentará la contratación de proveedores nacionales y facilitará la transferencia de nuevas tecnologías. También se espera que abra nuevos mercados de exportación, al tratarse de un producto que hoy no tiene una participación significativa en el comercio exterior argentino.
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La participación accionaria de la empresa quedó definida tras el acuerdo: PAE con el 30%, YPF con el 25%, Pampa Energía con el 20%, Harbour Energy con el 15% y Golar LNG con el 10%. Cada socio tendrá un rol clave en la operación y desarrollo del nuevo polo gasífero offshore.
Una decisión estratégica de largo plazo
La elección de instalar terminales flotantes no solo implica una optimización de tiempos y costos, sino que también representa un cambio de paradigma en la forma de encarar las exportaciones energéticas. La iniciativa apunta a posicionar al país como un jugador relevante en el competitivo mercado global del GNL, explican en el conglomerado petrolero.
Al completar esta primera fase, Southern Energy se propone dar un paso concreto para convertir a la Argentina en un proveedor estable de energía a gran escala. La decisión de dejar de lado la planta en tierra y apostar al mar fue interpretada en el sector como una señal de pragmatismo frente a los desafíos económicos y técnicos de la infraestructura tradicional.