Al massazo del 8,4% de inflación de abril que el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) difundió el viernes, ahora se sumó que durante el mes anterior la Canasta Básica Alimentaria (CBA), que marca el umbral de la línea de indigencia en el país, aumentó 7,3%. En tanto, la Canasta Básica Total (CBT), que incluye otros bienes vestimenta, transporte y vivienda, entre otros, aumentó un 6,3% de marzo a abril.
Según los datos del INDEC, el aumento en el costo de la CBT determinó que una familia tipo conformada por dos personas adultas y dos menores necesitara percibir ingresos por $ 203.361 para no caer debajo de la línea de la pobreza, y de 97.148 para no precipitarse en la indigencia.
Pese a que la Canasta Básica Total superó el umbral de los $ 200.000 por familia para no ser pobre, ambas mediciones quedaron por debajo del Índice de Precios al Consumidor (IPC) de abril. Una dato al menos alentador, para las intenciones presidenciales del ministro de Economía, Sergio Massa.
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De esta forma, la CBA, que mide la evolución de los precios de productos alimenticios necesarios para la subsistencia, y que marca el umbral por debajo del cual se cae en la línea de indigencia, acumuló un incremento de 40,1% en los primeros cuatro meses del corriente año, contra una inflación general del 32% en similar período.
En tanto la CBT, que mide los ingresos necesarios para pagar alimentos y bebidas, indumentaria y servicios de una familia tipo, subió 33,3 % entre enero y abril.
La diferencia porcentual entre una canasta y otra radicó en abril en que las tarifas de los servicios públicos registraron aumentos inferiores que el observado en el rubro alimentos.