En el partido que terminará el 26 de octubre con las elecciones legislativas, Javier Milei le está ganando por goleada a la oposición. Mientras el Gobierno festejaba que el 1,5% de inflación, el peronismo tropezaba consigo mismo en medio de los enredos por el inminente encarcelamiento de Cristina Fernández de Kirchner.
Más allá de que resulte materia de análisis y crítica, el índice de precios al consumidor (IPC) de mayo, que consiguió perforar el piso del 2% después de una larga meseta de siete meses, es el menor de los últimos cinco años y constituye un logro tangible de la extrema derecha gobernante.
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Puntazo para Javier Milei: la inflación de mayo vino con un 1 adelante.
Inflación: lo que se ve y lo que (todavía) no
La tendencia a la baja del IPC no está hecha solamente de ortodoxia fiscal y monetaria: el atraso intencional de los salarios y la jubilaciones es parte del combo y la decisión de ponerle un pie encima a la cotización del dólar es una bomba de tiempo. Sin embargo, dos cosas juegan a favor de las intenciones oficialistas.
1) Cuando esas cosas se noten, probablemente ya haya pasado el ciclo electoral en el que Milei se jugará en qué condiciones llevará adelante la segunda mitad de su gobierno, ya se haya deglutido a toda la derecha y pueda seguir disfrutando de la confusión del peronismo.
2) Un posible sinceramiento del tipo de cambio con posterioridad al 26-O impactaría sobre los precios desde un piso menguado, lo que podría quitarle gravedad a un evento de devaluatorio.
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Javier Milei volvió a darle a Toto Caputo la medalla al "mejor ministro de Economía de la historia".
Más en el fondo, está en juego la esencia del modelo, hecho de desguace del Estado y de los servicios sociales, ingresos populares bajo libertad vigilada, inequitativa distribución del ingreso y un nivel de consumo y actividad que medido en el tiempo tal vez no sea el que hoy se insinúa.
El peronismo se hunde en la confusión
Encaramado al éxito del 1,5%, el Presidente ratificó la validez de su mantra monetarista. Lo que no explicó es por qué impone en paralelo una política de control estricto de las paritarias salariales y fuerza una apreciación del peso en la que, evidentemente, la mayoría de los sectores productivos no encuentran comodidad. El hombre es anarcocapitalista y austríaco, pero no come vidrio.
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La Biblia económica según Javier Milei.
Enfrente, en la vasta sabana que se abre bajo la vista del Rey León, no hay absolutamente nada. Más allá de la izquierda combativa, siempre coherente pero de tamaño poco relevante, el peronismo mainstream es la única oposición existente de la Argentina. El detalle es que, si ya estaba groggy tras el fracaso del Frente de Todos y el golpazo de 2023, el dictado de cosa juzgada para Cristina Kirchner y la desmesurada inhabilitación política perpetuidad que esto supone dejaron a ese sector en un estado de colapso.
El contraste entre oficialismo y oposición no podría ser más gigantesco a poco más de cuatro meses de las legislativas.
El peronismo frente a la tentación de radicalizarse
El país parece girar alrededor de CFK, pero quizás se trate de un efecto visual que agranda las imágenes. Su centralidad, evidente en la cobertura mediática de los últimos días y de los que vendrán, podría comenzar a diluirse ni bien la rutina del cautiverio acumule día tras día.
Vigilia CFK
La vigilia en San José y Humberto 1°. Por ahora, todos y todas con CFK.
Alrededor de ella se habla de unidad, pero los gestos de frialdad y los dardos envenenados siguen volando en dirección a Axel Kicillof.
Que el abroquelamiento de estas horas se extienda hasta los comicios bonaerenses del 7 de septiembre y luego a los nacionales de octubre no es una garantía de éxito. Hoy resulta imposible determinar si el estado de ánimo que genera la situación de Cristina motivará a la base o la mantendrá alejada de las urnas. ¿Qué efecto tendrá sobre quienes miran desde afuera?
Además, la campaña peronista discurre en estas horas en medio del señalamiento de más de media Argentina que considera probada la corrupción de la era kirchnerista. La unidad en la lealtad puede ser encomiable, pero difícilmente constituya un camino de construcción de mayorías si se piensa en 2027.
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El 53% cree que Cristina Fernández de Kirchner es culpable, reveló un sondeo de Zuban - Córdoba y Asociados.
Mientras el Gobierno exhibe sus logros, el peronismo sólo atina a movilizarse en defensa de su jefa caída en desgracia.
Esto incluye señales de radicalización difícilmente constructivas en plena campaña electoral que hay que entender apenas como movimientos destinados a brindarle a CFK las mejores herramientas posibles para negociar con el Poder Judicial las condiciones de su detención.
Grupos nutridos de militantes volvieron este jueves a bloquear accesos a la ciudad de Buenos Aires, donde chocaron con las fuerzas federales de la siempre lista Patricia Bullrich.
Además, dirigentes encumbrados, tanto como el propio Máximo Kirchner y más decididamente Juan Grabois –que este viernes dio marcha atrás–, volvieron a juguetear con la idea de la abstención patriótica.
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El camino de la revuelta sería antidemocrático y piantavotos, en tanto el de la abstención, además de todo lo anterior, un suicidio que le dejaría a Milei el país entero servido en bandeja, desde el Congreso hasta las legislaturas provinciales y los concejos deliberantes, lo que, a niveles locales, sería desestabilizador para cualquier autoridad ejecutiva. Los errores históricos de la oposición antichavista de Venezuela así lo prueban.
La detención de CFK y después
Es poco probable que el peronismo pueda salir del modo defensivo actual una vez que se conozcan las condiciones de detención de Cristina. Las salidas al balcón de su departamento del barrio de Constitución son tomadas por el establishment anti-K como un desafío intolerable como un desafío intolerable y prueba de que su reclusión debería ser severa.
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Liturgia full full en San José y Constitución, la esquina de CFK.
Una vez que ese conflicto se dirima, empezarán otros, una retahíla de hechos humillantes probablemente se conviertan en un culebrón cotidiano hecho de decomisos de propiedades y cuentas para resarcir al Tesoro de los perjuicios que surgen de la causa "Vialidad". ¿Asistirá al peronismo a esa saga interminable otra vez y solamente en modo defensivo? ¿Cuándo comenzará su campaña? ¿Cuándo atinará a resolver de manera virtuosa las disputas por el liderazgo que hoy, por lealtad debida, están ensordinadas pero que en cualquier momento podrían estallar con la misma fuerza que el dólar a Milei y a Toto Caputo?