Con el dictamen de la ley ómnibus acordado, el presidente Javier Milei envió al Congreso el proyecto que modifica el impuesto a las Ganancias y revierte la medida tomada por el exministro de Economía Sergio Massa. La propuesta del actual jefe de Hacienda, Toto Caputo, tiene efectos progresivos pero también regresivos: recompone las escalas, pero establece un mínimo no imponible a sueldos que no son considerados de nivel adquisitivo alto.
El primer cambio es conceptual: a quienes trabajan ya no se les gravarían las "ganancias" sino los "ingresos personales". Es decir, los salarios. El segundo, es que se baja la base imponible: del $1.980.000 actual pasará a ser del $1.250.000 brutos para las personas solteras y de $1.815.000 para quienes conformen un grupo familiar de cuatro integrantes. Así, volverían a pagar alrededor de 800 mil personas que habían quedado exentas con la medida que tomó Massa en octubre o más, porque el corte es en salarios con menor capacidad contributiva.
En su rol de diputado nacional, el actual Presidente, había votado a favor de suspender la cuarta categoría del impuesto, que pagaban aquellas personas empleadas en relación de dependencia; todo en línea con los fundamentos más básicos de la ideología libertaria sobre el tema. En el recinto, planteaba que se trataba de "un delirio total", que era "inmundo y debía ser eliminado"; pero la vuelta del gravamen está inserta en el plan de Caputo para alcanzar la meta de déficit fiscal cero que, según se encargó de remarcar, es "innegociable". En la hoja de ruta de Economía las modificaciones en Ganancias representan un ahorro del 0,4% del PBI.
Diputado Milei, Javier - Sesión 19-09-2023
Expertos tributarios consultados por Letra P coincidieron en que la iniciativa le devuelve progresividad al gravamen. Esto es que se le cobra más impuesto a aquellas personas contribuyentes con mayor capacidad de hacerlo. El artículo 8 del texto que ingresó este martes por la Cámara de Diputados establece escalas del 5% para el primer tramo de ingresos, que va en términos netos de los $908.587,88 a $1.817.175,81. De los $14.537.406,50 en adelante, las personas contribuyentes empezarán a pagar la totalidad del impuesto, un 35% sobre la remuneración.
Luces y sombras
El contador especialista en impuestos, Sebastián Domínguez, consideró que de esta forma "se termina con el piso y deducciones especiales incrementadas". "Esto generaba que empleados por encima del piso, rápidamente se van a tributar el 35%. Además contempla una actualización de las deducciones. En 2024 estaban actualizadas respecto a 2023 por la variación de la Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores (RIPTE) y ahora se contemplará la inflación", explicó a este portal.
El mínimo no imponible continúa siendo bajo. "Para un trabajador soltero, un sueldo de $1.200.000 sigue sin ser alto por la inflación y el aumento de los costos de vida. No es razonable", opinó Domínguez. En ese punto es donde el impuesto se vuelve regresivo: recauda un menor porcentaje de los ingresos en la medida que la persona gana más.
"En diciembre de 2001 tributaba 35% cuando la ganancia neta de un trabajador estaba en $120.000, que eran 120.000 dólares. Si actualizás por IPC se debería tributar por encima de los $56 millones. Estamos muy lejos de un impuesto progresivo donde realmente tributen el 35% quienes tienen ganancias altas. Es un 26% ese tramo a escala respecto a lo que era en 2021", consideró Domínguez.
Otro cambio que introduce la nueva ley es la actualización del mínimo, las deducciones y las escalas de acuerdo al Índice de Precios al Consumidor (IPC) de forma trimestral. El titular de estudio Lisicki, Litvin & Asociados, César Litvin, analizó como positivo que los parámetros crezcan de forma indexada con la inflación. "Va a depender de los acuerdos salariales. Si hay un desfasaje entre una recomposición salarial que se hizo en el medio del trimestre, es posible que haya mas trabajadores pagando o menos, pero cuando se actualicen las deducciones puede que esos trabajadores salgan del impuesto", detalló a este medio.
Un aspecto fundamental es que el proyecto establece una retroactividad al 1° de enero del 2024. "Van a haber empleados que cobren sueldos enero y febrero sin retenciones; y en marzo deberán tributar. Con estos niveles de inflación, probablemente ya gastaron ese dinero. No es ilegal, pero no es razonable. A mi criterio deberían modificarlo", opinó Domínguez.
Guiño a los gobernadores
A pocos días de asumir y tras anunciar que el Poder Ejecutivo traería de vuelta el impuesto a las Ganancias para quienes trabajan, el vocero presidencial Manuel Adorni, justificó la medida asegurando que se trataba de una decisión enmarcada en la "emergencia". "Seremos los primeros en la historia que aumentan un impuesto y en el cortísimo plazo volverán (a bajarlo)", prometió en conferencia de prensa y reiteró: "Efectivamente es un paquete de emergencia con cosas con las que no estamos cómodos y no lo hacemos sin la herencia cargada de bombas nos hubiese obligado a hacerlo. Las cosas que advertimos que iban a pasar".
La decisión gubernamental es, además, un guiño a quienes gobiernan las provincias y manifiestan su enojo por el contenido de la ley ómnibus, que los afecta como la suba generalizada de las retenciones. Tras varias conversaciones y el ultimátum de las provincias, el Ejecutivo envió la iniciativa a la Cámara baja a horas de firmarse el dictamen de la ley base para la administración libertaria. Cuando Massa sacó la categoría de los trabajadores del gravamen, las distintas jurisdicciones también perdieron los recursos coparticipables y escaló la tensión con el entonces gobierno de Alberto Fernández. Situación que fue motivo de presión hasta esta semana.