En vísperas de las Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO), el intendente de Tigre, Julio Zamora, se juega a todo o nada. Despojado de la posibilidad de pegar su intento reeleccionista a la boleta presidencial de Sergio Massa, tras el fallo de la Cámara Electoral que lo obligó a ir a la interna contra Malena Galmarini solo adherido a la boleta de Juan Grabois, el alcalde también armó un plan B: al dispositivo de "delivery de boletas" sumó una oferta con su cara junto a la de Patricia Bullrich, la precandidata de Juntos por el Cambio.
Letra P ya había adelantado que, para intentar compensar la ventaja que tendrá su rival Galmarini, Zamora había bajado la orden a su red de militantes y referentes barriales para, casa por casa, consultar a los vecinos qué candidatos querían votar en la presidencial, para así entregar esa boleta cortada y armada, lista para el cuarto oscuro.
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En el sprint final, Zamora hizo campaña con Grabois.“Queremos ganar las elecciones porque sabemos que lo que hay enfrente es muy feo. Queremos ganar la interna, pero sobre todo queremos ganar las generales. Hoy estoy acá porque tengo coincidencias fuertes con Julio Zamora”, expresó el otro precandidato de UP en la cita que mantuvo con el intendente tigrense en el Museo de la Reconquista.
Zamora recibió el revés de la Cámara Electoral luego de una presentación de los apoderados de UP, bajo el argumento de la falta de "comunión política" del intendente con el ministro precandidato. Ambos mantienen un enfrentamiento que se profundizó en los últimos años, cuando Galmarini empezó a caminar el distrito para intentar llegar a la intendencia.