En pleno armado del gabinete en Santa Fe, el socialismo prepara una propuesta de síntesis y orden interno para entregarle al gobernador electo Maximiliano Pullaro. Las tribus que conducen, por un lado la ganadora de la elección en Diputados, Clara García, y por el otro el legislador electo Antonio Bonfatti, mantienen reuniones para definir lugares y nombres dentro del elenco ministerial.
Las charlas entre Pullaro y el socialismo tuvieron un pico la semana pasada, cuando el radical recibió a un nutrido grupo de figuras del PS, entre las que sobresalieron García, Bonfatti, el presidente del partido a nivel provincial, Enrique Estévez, y el futuro diputado provincial Rubén Galassi. El diputado nacional integra el sector de la viuda de Miguel Lifschitz y el exministro de Gobierno es la mano derecha de Bonfatti.
De dicho cónclave salió que el socialismo, no un sector, sino todos los sectores del partido, le aportarían una propuesta a Pullaro que sintetice intereses y perfiles. Y este lunes, tal como reconstruyó Letra P, los grupos de García y Bonfatti mantuvieron una extensa reunión para tratar de definir los alcances de la propuesta.
Así como Pullaro cree que la jefa del PRO en Santa Fe es de ahora en más su compañera de fórmula Gisela Scaglia, para el caso del socialismo –su otro mayor aliado– entiende que no hay jefaturas. Sí cree y respeta a García como ganadora de la categoría legislativa y a su sector como conductor orgánico del PS, en la persona de Mónica Fein.
Pero eso no lo habilita a considerar que dicho sector tiene una supremacía sobre otro u otras corrientes internas. En rigor, Pullaro no deja de recordar que García y Fein lo enfrentaron en las PASO de Unidos y que, por otra parte, Bonfatti resultó una suerte de aliado pese a no haber sido precandidato propio. No obstante, el gobernador electo identifica un tercer sector dentro del PS, de intendentes y presidentes comunales, que sí jugó decisivamente para él y lidera el mandamás de Villa Gobernador Gálvez Alberto Ricci. “Maxi no va a dejar que se caguen entre sí”, resume un pullarista paladar negro.
Entre las primeras filtraciones del futuro gabinete se ubicó a Salud y Cultura como áreas destinadas al socialismo. Pullaro no hace esa asociación directa, aunque deja entrever que recibió mayor cantidad de perfiles para esas dos carteras en particular.
La propuesta que García y Bonfatti elaboran, sin embargo, apunta a una integralidad mayor que excede a dichas áreas. En virtud de su experiencia de gobierno, de haber conducido los destinos del Frente Progresista durante doce años, el socialismo tiene varios nombres o perfiles, como le gusta decir a Pullaro, para ofrecer.
El intento de unidad del socialismo también apunta a evitar que el radicalismo no azuce su interna levantando el teléfono por afuera y tentando de a uno a posibles integrantes del gabinete. A sabiendas de la tensión histórica que existe entre el lifschitzmo y el bonfattismo, Pullaro podría –si quisiese– hacer ofertas en soledad, no a todo el conjunto del partido de la rosa.
Dicha posibilidad fue tratada hace unos días en un cónclave en La Usina, el reducto donde García hace las veces de local. En un encuentro con militantes del sector, un operador del PS pidió con efusividad: “Si les ofrecen cargos, no los agarren”.