El gobernador electo Maximiliano Pullaro apuró el debate con la docencia de Santa Fe como uno de sus primeros pasos de su gestión, y hasta le puso fecha antes de asumir a la paritaria. Si bien la discusión salarial se lleva la atención debido al contexto económico crítico, el gobierno entrante busca aprovechar el cambio de época a nivel nacional y su legitimidad en las urnas para enderezar condiciones escolares que demanda la ciudadanía desde hace años, entre otros, el ausentismo de los docentes.
Los propios gremios entienden que hay cierto consenso social para que la protesta y los paros no sean más opción, o, al menos, no se salgan de la vaina. Por eso las discusiones paritarias toman un valor crucial rápido, más aún cuando se presume que febrero y marzo pueden ser meses de alta conflictividad social.
El gobierno provincial tiene margen para rever las condiciones de trabajo docente en cuanto a garantía de días de clases, presentismo, infraestructura, ausentismo, capacitación docente y jornadas escolares. Su electorado le pidió más firmeza con la educación y que ajuste algunos engranajes, y no perderá la oportunidad ni tiempo. Educación, seguridad y producción fueron los tres ejes esenciales sobre los que Pullaro realizó su campaña para la Gobernación. De hecho, ya anunció que una de sus primeras medidas al asumir será firmar un decreto que elimina la no repitencia en Santa Fe y el avance continuo.
“La idea es cerrar buenos acuerdos pero que también sean buenos acuerdos para la escuela y los chicos y las chicas. Nos vamos a sentar a discutir todo lo que haya que discutir y lograr mejores condiciones para todos”, dijo el ministro de Educación entrante, José Goity, y fechó la apertura de la paritaria para la primera semana de enero.
Como contó Letra P, los propios gremios Amsafe, de la docencia pública, y Sadop, privada, creen que es la oportunidad de cambiar los aires y rediscutir cuestiones estructurales, y hasta pedían ser convocados rápidamente. La mesa está servida.
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Reunión de transición de Educación en la que participó el ministro Víctor Debloc junto a José Goity y Carolina Piedrabuena, representantes del mandatario electo Maximiliano Pullaro.
Pullaro prometió enderezar la educación pública santafesina durante su campaña, y su ministro de Educación tiene un diagnóstico crítico del nivel de aprendizaje y alfabetización. Pero una variable determinante en el contexto económico actual y que se avecina con el gobierno de Javier Milei es la salarial, que puede determinar el nivel de conflictividad, incluso el inicio de clases en marzo.
El contexto del que se parte es claro: el impacto inflacionario en la masa salarial complejiza las cuentas provinciales. A modo de ejemplo, en noviembre entre el aumento pactado y la cláusula gatillo, la provincia tiene que pagar un 37,2 por ciento de un tirón, una erogación extra alta. De hecho, la actualización correspondiente a diciembre la deberá pagar en febrero con el índice de inflación que se conocerá a mediados de enero.
Por lo tanto, y por más que de entrada en esas reuniones de enero no se pongan sobre la mesa, buscarán algún tipo de retoque en los mecanismos de actualización. Sin embargo, Martín Lucero, de Sadop, dijo que si se los llama en enero quieren una oferta el mismo mes y no solo una foto.
La paritaria nacional, que se da en febrero, nunca fue condicionante directa para Santa Fe, aunque sí es el piso de referencia sobre el cual se construye un ofrecimiento salarial superior. Un dato: si le ponen sobre la mesa una oferta salarial en enero de alguna forma podrían exponer a los docentes públicos porque no podrían votar en las escuelas al estar de vacaciones y presionarían para determinar otras cuestiones.