De su padre heredó la afición por River. En política, en cambio, juegan en veredas opuestas: él es peronista y ella una referente del radicalismo rosarino. Politóloga y docente universitaria, María Eugenia Schmuck fue electa por primera vez como concejala de Rosario en 2011. Lleva ya tres períodos en el cuerpo legislativo de la ciudad, que preside desde 2020. Aliada clave del intendente Pablo Javkin, buscará el domingo ser reelegida una vez más. En las PASO de julio no sólo ganó la interna: fue la precandidata más votada individualmente en la categoría.
–¿Qué se juega el domingo en la elección de Rosario?
–Dos modelos. Por un lado, un modelo y un equipo que abandonó a la ciudad en los últimos cuatro años, el de los gobiernos provincial y nacional que encabezan (Marcelo) Lewandowski y (Omar) Perotti y que lleva a Juan Monteverde como candidato a intendente. Y, enfrente, el equipo que defendió siempre a la ciudad, que encabeza Pablo Javkin en Rosario y que tiene como candidatos a Maxi Pullaro, a Clara García, a Ciro Seisas y, en mi caso, para encabezar la lista de concejales junto con Federico Lifschitz y Susana Rueda.
–¿En qué temas Rosario no fue acompañada como ustedes hubiesen querido?
–Los gobiernos nacional y provincial no solo nos abandonaron, sino que no resolvieron ninguno de los problemas estructurales que tiene la ciudad. Me refiero a la violencia, que es la principal preocupación del 80% de los rosarinos. Y tampoco hubo recursos destinados a obras, a transporte. Siempre tuvimos un diálogo muy cordial. Pero esa amabilidad no se vio reflejada en recursos para resolver el principal problema, que es el de la violencia.
–¿Por qué el electorado debería inclinarse por Javkin?
–Tuvimos la pandemia, que fueron dos años dedicados a la asistencia alimentaria y sanitaria. Dos años muy difíciles en los que hubo sequía, quema de las islas. Tuvimos que afrontar casi las siete plagas. La inflación, récord de asesinatos. A pesar de eso ordenamos las cuentas. Recibimos una municipalidad con un déficit de una deuda estructural muy importante. Sin embargo, ordenamos las cuentas y generamos recursos propios para pavimentar doscientas cincuenta cuadras. Conseguimos financiamiento internacional y recursos propios para urbanizar once barrios de la ciudad. Algunos que estaban esperando obras hace cuarenta años. Tenemos una política de recuperar el espacio público. Hemos trabajado para las inversiones productivas.
–¿Y cuáles son las cuentas pendientes?
–Por supuesto que falta. Hay que mejorar el sistema de transporte. Post pandemia estábamos convencidos de que el transporte estaba pasando por su mayor crisis. El cincuenta por ciento se financia por el boleto que paga la gente y la gente estuvo dos años encerrada. Pasamos de tener 450 mil pasajeros a 20 mil. Eso desfinanció durante dos años el sistema de transporte. Por eso generamos un sistema de emergencia, de transición, que nos obligó a unificar líneas. Hay que mejorar la frecuencia y eso se logra incorporando unidades. No hay mucho secreto en eso. El intendente se comprometió a incorporar cincuenta unidades por año.
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–Compartís la tarea legislativa con Monteverde, rival de Javkin. Como dirigente que llegó a construir un espacio de poder en la ciudad con una fuerza nueva, ¿te parece que fue un acierto o un error que se haya aliado con el peronismo?
–Creo que fue un error. Pero fue una decisión de su espacio trabajar con las mismas personas que gobernaron la provincia y la Nación. Son las mismas personas con las que va a tener que gobernar si gana las elecciones. Sí creo que es una persona laburante, buena gente, pero no comparto en absoluto el espacio político en el que se encuentra porque estoy convencida de que sus principales referentes abandonaron a la ciudad y la dejaron a su deriva en el peor momento y en la peor crisis de violencia de su historia.
–¿Cuánto influye el escenario nacional en la elección de Rosario?
–Son elecciones distintas. El rosarino y la rosarina se toman su tiempo para pensar qué es lo mejor para la ciudad y para la provincia. Y en el caso del panorama nacional todavía falta mucho. En las PASO se planteó un enorme enojo con el gobierno nacional que hace años no logra resolver el principal problema, que es la economía, la inflación. Y, en el caso nuestro, porque no aborda de ninguna forma, con ninguna estrategia ni recursos, el combate al narcotráfico, que es uno de los principales problemas de la ciudad.
–Fue electa en tres períodos consecutivos y desde hace dos años preside el Concejo. ¿Por qué decidió competir por un nuevo período?
–Con Pablo resolvimos que era un momento para quedarse en la ciudad, para trabajar en todo lo que falta. Pasamos cuatro años muy complicados. Primero por la pandemia y luego por la carrera de obstáculos que nos pusieron el gobierno nacional y provincial. A pesar de eso hicimos muchísimas cosas con recursos propios, con ingenio y creatividad. Y con la ayuda de la gente. Sentimos que hace falta mejorar en aquellos temas que quedan pendientes y trabajar para terminar la tarea que comenzamos en estos dos últimos años. La gente nos conoce. No nos podríamos ir en un momento tan difícil para el país, para la ciudad.
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Desde el Concejo, Schmuck le cuidó las espaldas al intendente en estos cuatro años de gobierno.
–¿Qué proyectos pretendés impulsar para la Rosario que viene?
–Hay dos que están relacionados. Uno, es la ordenanza de nocturnidad, que ya la presenté y se está debatiendo en este momento en el Concejo. Estoy convencida de que la gente en la calle, fundamentalmente de noche, en espacios seguros, combate la violencia de una manera mucho más simple que cualquier otra. La noche ha decaído muchísimo, sobre todo post pandemia, casi firma su certificado de defunción. Ese es mi principal objetivo.
–¿Y el otro?
–El del transporte nocturno a demanda. Ya lo estamos trabajando en el caso de algunas empresas de la ciudad. Sería interesante generar un sistema donde involucremos a nuestros servicios públicos de taxis, de remises, de colectivos, con una planificación diferente, que tenga que ver con la nocturnidad. Quedan muchas cosas por hacer, pero más que nada agilizar la ejecución de políticas públicas. Porque en términos de normativas hemos avanzado mucho.
–¿Unidos es una coalición que se reflejará en la gestión a partir del 10 de diciembre o es sólo un frente electoral?
–Que no te quepa dudas que la segunda etapa, el segundo mandato del gobierno de Pablo, se va a caracterizar por ser un gobierno de coalición de todos los espacios que componemos Unidos para Cambiar Santa Fe. Eso le va a dar más eficacia. Incluso, le va a dar un respaldo político y una musculatura que le va a hacer mucho bien a Rosario.