La ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, designó a dos funcionarias en áreas claves en su gestión. Se trata de Ana Belén Marmora y María Lucía Raskowsky. Ambas tienen vínculos políticos con Joaquín de la Torre, el exintendente de San Miguel (Juntos por el Cambio) que más nombres acercó a la gestión libertaria.
Como muchos otros funcionarios, Marmora y Raskovsky ya venían trabajando sin firma en la cartera que comanda Pettovello, pero sus cargos se oficializaron recién este lunes a través del Boletín Oficial.
Marmora tiene a su cargo la Subsecretaría de Políticas Familiares. Es una dirigente de pañuelo celeste que militó contra la legalización del aborto y en la Agrupación Frente Joven. Raskovsky quedó al frente de la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia. Es abogada, egresada de la Universidad Católica Argentina, exfuncionaria de la Secretaría e Infancia y Familia de San Miguel y también conservadora respecto a los derechos de las mujeres.
Sus ingresos confirman la influencia de De la Torre en La Libertad Avanza (LLA). El presidente Javier Milei y Pettovello destacan el modelo de políticas sociales con vínculos religiosos que el exintendente impulsó en su distrito. Su nombre suena cada vez con más fuerza para sumarse a la administración central. La relación entre De la Torre y el primer mandatario comenzó con un asado en el Club Indios, en la previa de la campaña de 2021.
Conurbano caótico
De confirmarse el ingreso del sanmiguelino, la ministra de Capital Humano ficharía al garante de buena parte de su gabinete, integrado por dirigentes que van desde el exintendente de Coronel Rosales, Mariano Uset, hasta su propio hermano Pablo, responsable de la Secretaría de Niñez y Familia, con lo que ampliaría su base política en el conurbano bonaerense, necesaria para llevar adelante su idea de cortar la intermediación con los movimientos sociales y reemplazarlos con el rol de la Iglesia.
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Joaquín y Pablo de la Torre.
Con todo, De la Torre carece de una estructura relevante más allá de San Miguel y otras zonas de influencia como Merlo o Morón: sin figuras legislativas propias en el Congreso, su enfrentamiento con algunos dirigentes de peso del PRO como los diputados Cristian Ridonto y Diego Santilli o el secretario Sebastián García de Luca podrían significar aún más fricción política entre las alianzas electorales.
Eso podría ser un problema para el propio Pablo de la Torre, quien pese a haber aportado funcionarios al ministerio, como también lo hizo el intendente de Tres de Febrero, Diego Valenzuela -con el nombre de Guillermo Viñuales-, padece el desgaste de una gestión con idas y vueltas: Desarrollo Social quedó opacada después de que la Dirección de Asistencia Directa por Situaciones Especiales (DADSE), un organismo de una caja millonaria para la compra de medicamentos de alta complejidad para personas de bajos recursos, pasó a la órbita de Salud, lo mismo que los planes sociales de Potenciar Trabajo, que se transfirieron a Trabajo. Aún es una incógnita si el tándem De la Torre podrá dar respuestas en un contexto cada vez más crítico.