Se terminó el misterio: la Argentina ya eligió a su próximo presidente para gobernar entre 2024 y 2028. Gracias al sistema de doble vuelta, Javier Milei obtuvo el apoyo del 55% de los argentinos. Esta fue la segunda vez que el país definió su presidente a través de esta herramienta democrática, optando una vez más por un presidente no peronista (recordemos que en 2015 Mauricio Macri fue electo también por ballotage).
Muchas cosas se vivieron en la noche del 19 de noviembre. El país está avanzando en una zona desconocida. El ganador no pertenece ni al peronismo/kirchnerismo, ni a Juntos por el Cambio (las dos coaliciones partidarias que hasta hace unos años explicaban a casi el 70% del electorado, salvo en esta elección). La elección de tercios -vaticinada a principios del proceso electivo por Cristina Fernández de Kirchner- se consolidó. El tercer tercio fue superador y logró imponerse ante dos tercios que parecieron ofrecer “más de lo mismo”. La zona desconocida nos trae algunas preguntas que intentaremos responder en las próximas líneas.
La sociedad quedó demasiado dividida. ¿Quién se encarga de unificarla? Al fin y al cabo, hay un 44% de los argentinos que no se sienten representados con este nuevo gobierno. En este sentido cabe preguntarse qué actitud tomará el peronismo/ kirchnerismo ante el gobierno de Javier Milei: ¿colaboración u oposición férrea? El problema es que el Congreso quedó dividido y gran parte de los cambios profundos que pretende realizar Milei requerirán del aval legislativo. En ese sentido, también es una interrogante cómo jugará legislativamente Juntos por el Cambio.
Mauricio Macri hizo valer el capital político que le quedaba, junto a Patricia Bullrich, y le aportaron casi la mitad de los votos (26%) que necesitó Milei para conseguir la victoria. La base electoral de Milei es del 30% -lo que obtuvo el 22 de octubre en la elección general-. En especial Macri apostó lo que tenía y ganó. Por ese motivo también no es de extrañar que demande en consecuencia ya que junto a Patricia explican casi “la mitad” de la victoria de La Libertad Avanza. ¿Estaremos ante un gobierno de doble comando?
Ante el resurgimiento de Mauricio Macri, cabe preguntarse si Cristina Fernández de Kirchner también resurgirá. Por el momento, quien pareciera empezar a tomar la posta de la reconstrucción del espacio es Axel Kicillof. Su reelección en la provincia de Buenos Aires fue apoyada por casi el 45% de los bonaerenses. Sin dudas este espacio requiere de un análisis honesto, crítico, del camino recorrido hasta ahora y detectar qué se pudo haber hecho de forma diferente y corregir para el futuro. Con las derrotas es cuando más se aprende.
Es destacable que este escenario de una provincia de Buenos Aires que responda al peronismo pareció estar en la lectura política de Cristina Fernández de Kirchner al comienzo de año. En definitiva su apuesta fue retener la provincia con un candidato de su espacio como Kicillof y permitir la candidatura presidencial de Sergio Massa. Sin embargo, todo se ve más cuesta arriba para el peronismo/ kirchnerismo en una Buenos Aires en la que prácticamente hubo empate entre Massa y Milei.
El mismo consejo de “auto-crítica honesta” cabe para el espacio de Juntos por el Cambio. Desde la derrota sufrida en 2019 no lograron acomodar internamente el espacio, transcurriendo 4 años de quejas internas y “sacando los trapitos al sol” a veces más (como en esta elección) y a veces menos. No sólo la UCR quedó dividida, sino también el PRO.
Si bien todas las elecciones siempre piden cambios, sin dudas en esta elección, como nunca, la gente pidió un cambio “total”, sin importar hacia dónde ni cómo. La bronca le ganó al miedo. Gran parte del 55% que apoyó a Milei pensó que “peor no se puede estar”. La mayoría de los argentinos considera que ya tocó fondo pero el 44% restante no está seguro de ello y cree que aún se puede estar peor.
¿Dónde quedarán las promesas más extremistas de La Libertad Avanza, como la dolarización y la eliminación del Banco Central, entre otras? ¿Se viene una revisión de la historia reciente de la Argentina, de la mano de Victoria Villaruel? No queda claro qué pasará con esas propuestas. Cabe preguntarse si el 30% de quienes apoyaron a Milei el 22 de octubre aun las recuerda y si son importantes para ellos. Con la presencia de Mauricio Macri en el espacio de La Libertad Avanza, podríamos pensar que esas propuestas se diluyeron en el camino.
Una vez más el sistema electoral argentino demostró solidez y el fantasma de fraude que intentó agitar el espacio de La Libertad Avanza previo al ballotage, se disipó por completo. El recuento funcionó casi a la perfección y de forma ágil ya que sólo se trataba de contabilizar un solo cargo electivo, el de presidente.
Una parte del voto de Bullrich considera que esta es una victoria “amarga”. Por un lado porque no quedó electa su candidata, pero por otro lado porque Milei no les genera garantía de “buen” gobierno. Su voto en definitiva, fue en contra del peronismo. No obstante, verla a Patricia al lado de Milei, les da un poco más de tranquilidad.
Construir gobernabilidad deberá ser la prioridad número uno de Javier Milei. También deberá brindar seguridad y un horizonte claro de hacia dónde quiere conducir el destino del país. Milei será un presidente que no tendrá “luna de miel” -el período de unos meses de gracia como suelen tener los presidentes al asumir. La necesidad imperiosa de cambio, generará mucha presión para ser satisfecha, casi al instante de asumir.
Finalmente, Javier Milei tendrá que demostrar que está a la altura del cambio que propuso y acostumbrarse a hablarle a los 45 millones de argentinos, no sólo a los de La Libertad Avanza. La Argentina más que nunca, necesita cambios profundos y dirigentes capaces de llevar el país a un mejor destino.