El funcionario de Jorge Macri presume de su buen diálogo con todo el espectro de la derecha. Quiere llegar al Senado representando una fusión.
El ministro de Seguridad porteño, Waldo Wolff, se empezó a mostrar como el candidato de consenso frente a una eventual unidad entre macristas y libertarios en la Ciudad de Buenos Aires.
Con los movimientos de macristas y libertarios iniciados para explorar costos y beneficios de un acuerdo político en la Ciudad de Buenos Aires, el ministro de Seguridad porteño, Waldo Wolff, agita la posibilidad de convertirse en el vértice de un pacto de unidad entre los oficialismos de derecha.
Mucho menos locuaz y con menos cartel que el que supo construir como diputado opositor al gobierno del Frente de Todos, el jefe de la Seguridad porteña confía en construir en los próximos meses una nueva puerta de entrada al protagonismo público perdido. Con la mira puesta en las elecciones del año próximo, Wolff quiere convertirse en el factor de la unidad entre macristas y libertarios y así comenzó a transmitírselo a su entorno.
Desde su lugar de funcionario porteño y promotor de una agenda de mano dura, presume en público y en privado de su diálogo cotidiano con el Jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, pero sobre todo con Mauricio Macri, de quien supo ser operador todo terreno. Ahora busca que esa confianza política sea complementaria con otras relaciones que cosechó en su paso por el Congreso, donde convivió y batalló codo a codo junto a Javier Milei mimetizándose con la agenda rupturista.
Su expectativa es que el diálogo fluido que asegura tener con el Presidente aceite la llegada a Karina Milei, la verdadera armadora de la La Libertad Avanza, y le allane el camino para ocupar una posición destacada en la lista porteña. En sus conversaciones, pone en valor su conocimiento parlamentario y agita la posibilidad de ser cabeza de lista, postulándose a senador por una eventual alianza.
El camino para coronar ese movimiento no está libre de obstáculos. Hasta ahora, a excepción de los movimientos de Wolf, no se avizoran gestos de acuerdo, más bien lo contrario. Los legisladores libertarios mantuvieron una autonomía relativa en la Legislatura porteña e impulsaron proyectos de ley que incomodan o apuran los tiempos del oficialismo porteño, como la eliminación de las elecciones primarias en la Ciudad, anticipada por Letra P.
Una eventual negociación implicaría equilibrios internos difíciles de ordenar hoy, con nombres de peso orbitando sobre todo en las filas libertarias. La presión oficialista sobre Patricia Bulrrich para que juegue en la Ciudad se hace sentir pese a que la ministra de Seguridad está cómoda en su cargo y lo hace valer con mediciones que la muestran como una de las funcionarias con mejor imagen en la opinión pública.
Sumado a este último dato y aunque no llegó a competir en el ballotage, Bullrich tuvo una muy buena performance en las elecciones generales en las que fue la más votada por los electores porteños, más que duplicando las adhesiones que cosechó el propio Milei.
Otro de los nombres en danza es el de Manuel Adorni, quien, se especula, podría encabezar la lista de senadores nacionales. El vocero presidencial cuenta con una condición excluyente, la estima y el reconocimiento de los hermanos Milei, a lo que se suma su exposición mediática que lo convierte en una opción competitiva para el electorado porteño.