En la recta final hacia la renovación de autoridades, el Partido Justicialista porteño priorizará su orden interno y llevará una sola lista a la elección. Hasta este martes, el Movimiento Evita y un sector del sindicalismo empujaba la candidatura de Juan Manuel Abal Medina para competir con el senador Mariano Recalde. Se desinfló.
Según el cronograma aprobado por el Congreso partidario, el viernes 12 de abril vencen los plazos para presentar listas. En los últimos días y con ese deadline en el horizonte, comenzaron a circular versiones de una posible interna al calor de una serie de gestos que involucraron a referentes del albertismo nonato, de la CGT y del Evita.
Lo cierto es que durante este martes, la posibilidad de una interna partidaria en una de las seccionales más ordenadas que tiene el peronismo se diluyó y se impuso el acuerdo entre los tres principales sectores -La Cámpora, el Nuevo Espacio de Participación (Juan Manuel Olmos) y el espacio Umet (Victor Santa María)-, que en su conjunto representa la inmensa mayoría de congresales, secretarios generales de comunas, etc.
Así, el acuerdo prevé la reelección de Recalde en la presidencia del partido, a Gisela Marziotta como vicepresidenta y a Olmos como presidente del Congreso Metropolitano. Este esquema de consenso fue transmitido por los principales dirigentes de los tres espacios a diferentes actores del distrito sin que hubiera importantes disidencias.
No obstante, al cierre de esta nota, en el entorno de Abal Medina negaban rotundamente que el dirigente se haya bajado de la competencia. "Nunca se negó la posibilidad de la unidad porque la intención de este sector es aportar a un debate, pero esas posiciones deberían verse reflejadas en la representación de todos los órganos partidarios. Hoy por hoy, vamos a inscribir una lista para ir a internas", aseguraron.
¿Competidores internos?
A principios de marzo, en redes sociales comenzó a circular que un conjunto de militantes porteños habían conformado un espacio con la intención de competir en la interna. El espacio fue bautizado Peronismo Futura y su principal referente era Fernando Gril, un músico con una trayectoria política desconocida, a excepción de su paso por la ANSES, de la mano de Diego Bossio. Más allá del lanzamiento y la primera movida de prensa, casi nada más se supo sobre sus intenciones de competir.
Casi en paralelo, el Evita, una organización a la que históricamente le costó hacer pie en la Ciudad, comenzó a tejer una alianza silenciosa y algo improvisada con algunos referentes sociales y sindicales que cíclicamente buscan desplazar a La Cámpora de los lugares de decisión del partido. Para eso impulsaban la candidatura de Abal Medina como representante del armado con un volumen más importante al del espacio de Gril.
Vale como ejemplo de lo apresurado del movimiento que el exjefe de Gabinete de Cristina Fernández de Kirchner recién pidió el traslado de su afiliación desde la provincia de Buenos Aires a la Ciudad el 20 de marzo pasado, lo que abrió el interrogante sobre si estaba o no habilitado a competir, dado que el estatuto partidario fija un piso de dos años de afiliación en el distrito para ir a una compulsa.
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Los movimientos de Abal Medina en estas últimas semanas provocaron diferentes reacciones en el oficialismo del peronismo porteño, pero también desencuentros entre quienes se cuentan como tropa propia. Entre los primeros, primó el enojo y los calificaron como "un grupo minoritario sin representación en los órganos partidarios más preocupado por pelearse con el kirchnerismo antes que por enfrentar a Jorge Macri y Javier Milei".
Entre los segundos, aquellos sectores que se acercaron al hijo del histórico dirigente peronista, hubo sorpresa por la velocidad de las definiciones. Sin ir más lejos, la semana pasada Abal Medina fue recibido en la sede de UPCN por Andrés Rodríguez y un grupo importante de sindicalistas. Sin embargo, la difusión de la foto del posible candidato, con la traducción política de un apoyo a su candidatura, generó sorpresa y un incipiente enojo en más de un dirigente que se arrimó a la sede de los estatales "a ver de qué se trataba".
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Final cantado
Antes de entrar en la zona de incertidumbre, fuentes vinculadas al oficialismo del PJ porteño anticiparon lo que era un secreto a voces: no habrá interna partidaria ya que quienes buscaban una disputa pidieron negociar lugares en una lista de unidad. Las negociaciones se abrieron luego de que el sector interno vinculado a UPCN y a los operadores del Movimiento Evita no encontraran complicidad en ninguno de los sectores de la conducción partidaria para respaldar la aventura.
Es más, en reuniones reservadas y en los intercambios telefónicos de las últimas horas, los principales dirigentes partidarios los intimaron a desistir de la movida aduciendo que sería un error que en este contexto el peronismo metropolitano diera una muestra de fricciones y disputas.