ELECCIONES 2023 | CÓRDOBA

Quién es Marta Vidal, la jueza de Luis Juez

La titular del fuero electoral de Córdoba volvió a ganar protagonismo. Como en 2007, surfea una tormenta, aunque en el ocaso de su extensa vida profesional. El sistema que no funcionó, la decepción y las fábulas del metaverso cordobés.

El 23 de junio, Alan Turing habría cumplido 111 años. Nacido en Londres en 1912, es considerado uno de los padres de la informática moderna. Tomó notoriedad póstuma por descifrar el código nazi en la Segunda Guerra Mundial y por ser un pionero en el desarrollo de la inteligencia artificial. El fin de semana pasado se lo recordó por el sistema que lleva su nombre y colocó bajo fuego el escrutinio cordobés.

Agitada vida la de Turing, algo que puede apreciarse en la entretenida película Código Enigma (2014), protagonizada por Benedict Cumberbatch (Dr. Strange en el Multiverso Marvel).

Como un guiño del destino, Córdoba gira sobre espacio conocido, con una agitación que recuerda a las elecciones de 2007. En contextos distintos, la película del multiverso cordobés cuenta con protagonistas repetidos. Al igual que en los comicios de 2007, uno de ellos es Luis Juez, cuando perdió las elecciones a gobernador por un punto y medio ante Juan Schiaretti, actor secundario en esta secuela.

La otra es Marta Vidal, jueza electoral. Como hace 14 años, la magistrada es objeto de críticas del senador. “Hace seis años que está en condiciones de jubilarse y no la dejan porque no encuentran alguien tan incompetente y obsecuente como esta señora”, bramó.

Entonces surge la pregunta. ¿Quién es Marta Vidal?

Un club, una camiseta

Con 66 años, Vidal es una rara avis. Desde 1998 ocupa el espacio encargado de fiscalizar y organizar los comicios provinciales. Es la única jueza electoral que ha tenido Córdoba.

Este año, en un intento de reducir la brecha tecnológica, padeció el escandaloso debut del sistema de recuento Turing. “Incorporamos este sistema especialmente para los medios, a los que les damos respuestas más rápidas. Es un sistema que vimos cómo funcionó en Marcos Juárez, en Neuquén, en Tierra del Fuego y nos gustó. No hay que temerle porque, cuando se habla de Inteligencia Artificial, parece algo extraño, pero no es nada más que un simple escaneo, como una fotocopiadora”, señaló días antes de la decimoprimera elección a su cargo.

Esa precipitación es, según marcan quienes la conocen desde el inicio mismo de la actividad en “su” juzgado, una de sus marcas de agua. “A veces es apresurada. Apenas terminó la votación salió a decir que había un 62% de sufragantes cuando en realidad fue de 68%. ¿Qué apuro había en salir a hablar?”, indican a Letra P.

Segunda marca: predilección mediática. Con bajo perfil durante los ciclos electorales, su figura gana quilates conforme se acerca la fecha de los comicios. En ese raid mediático, Vidal aumenta la exposición, algo que no siempre viene de la mano del know how necesario para situaciones de extrema tensión. Aunque es algo que ha logrado pulir con el paso del tiempo, un coaching acelerado.

En las elecciones de 2007, esto quedó claro. Juez decidió recusarla y, sin más remedio, Vidal enfrentó a los medios. Fue una prueba dura y casi que recibió un bochazo. A punto tal, que José María Pérez Corti, hoy relator electoral del Tribunal Superior de Justicia, fue quien salió a socializar los embates.

Acariciando lo áspero

De trato correcto y afable con quienes frecuentan los corrillos judiciales, Vidal ingresó al mundo de las togas como empleada de la Cámara Octava del Crimen en los albores de la democracia. Más tarde, revistó como secretaria del Juzgado de Instrucción de Sexta Nominación. Antes, cumplió funciones como asesora del bloque de la Unión Cívica Radical en la Convención de 1994, en Santa Fe, donde se modificó la Constitución Nacional.

Con pasado como docente de la cátedra de Derecho Constitucional de la Facultad de Derecho de la UNC, es coautora, junto con Hugo Píttaro, del libro Cuestiones de derecho electoral.

En 1998, mientras la década de la pizza con champán comenzaba a despedirse, y a propuesta del entonces gobernador Ramón Mestre, accedió al cargo tras rendir ante la Comisión Asesora para la designación del funcionariado judicial, antecedente del actual Consejo de la Magistratura. Antes, la fiscalización de las elecciones estaba a cargo de magistradas y magistrados que conformaban una junta ad hoc. En esa elección, debió pedirse asistencia de la Justicia Federal. Desde 2011, Vidal preside el tribunal electoral, hoy integrado por Jorge Namur y Leonardo González Zamar. “Entró con Mestre padre. Es muy reservada en torno a esto. Pocos lo recuerdan”, sostienen.

2007, Anno Domini

Otro link al tormentoso 2007. Ante la consulta periodística tras esas elecciones, Schiaretti respondió a la acusación de Juez respecto de que Vidal era “una puntera peronista”: “Por favor, si entró con Mestre”.

Sin dudas, el episodio de 2007 dejó una huella en el fuero íntimo de Vidal. “Quizá, alguna vez pueda hablar de las elecciones en 2007, pero cuando ya no esté en el cargo. Ahí, podré hablar desde mi perspectiva”, explicó en una entrevista a La Voz del Interior.

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“Cuando ya no esté”. La sentencia encierra otra particularidad del efecto Vidal. En 2017 completó los trámites jubilatorios, con aceptación de la Caja de Jubilaciones de Córdoba. Presentó su renuncia a principios de 2018 ante el Tribunal Superior de Justicia.

Con las elecciones de 2019 en el horizonte, decidió retirar la dimisión para evitar “inconvenientes” y, aunque hizo saber a su entorno que ya sentía que se trataba de un “ciclo cumplido”, se mantiene al frente del juzgado hasta hoy.

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Vidal, en el balcón de su juzgado, al filo de la medianoche del cierre de listas provinciales.

Vidal, en el balcón de su juzgado, al filo de la medianoche del cierre de listas provinciales.

Una vez que Vidal deje el cargo, algo que parece acercarse, el TSJ debe pedirle al Consejo de la Magistratura que llame a concurso para nombrar a quien la suceda. Al tratarse de una rama especial del Derecho, no abunda gente idónea que pueda tomar la posta y es sabido que la idoneidad no depende sólo de las cuestiones técnico-jurídicas, sino también de la capacidad de leer los tiempos políticos. Por acción u omisión.

El miércoles, minutos antes de iniciarse el escrutinio provisorio, al que llegó con un pedido de jury por parte del bloque de Juntos por el Cambio, Vidal disimulaba la desazón. Detrás de su característica risa se contradijo respecto del sistema Turing. “Es la crónica de una muerte anunciada”, espetó.

Cargó las tintas contra la firma Ocasa, que firmó un contrato por 2.000 millones de pesos (de los cuales cobró la mitad): señaló que no tenía experiencia en organizar elecciones. “El sistema Turing es superador. Vimos que funcionaba bien, pero Ocasa es una empresa que no tiene experiencia en esto. Se la contrató porque ofertó menos que Correo Argentino. Andreani se bajó. Entonces, era lo único que quedaba”, se lamentó, no sin antes ponderar a la empresa Magic Software Argentina (MSA), encargada de prestar el servicio Turing. ¿Casualidad? MSA también ofrece el servicio de boleta electrónica.

Demasiadas sombras. Tantas como las que se ciernen sobre el sistema Turing. Con perdón de Alan.

Martín Llaryora y Juan Schiaretti. 
de loredo no se suma a las quejas de juez, pero aprovecha el ruido para hacer campana

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