Horacio Rodríguez Larreta se llevó el primer round de la pelea que libra con Patricia Bullrich por la ampliación de la alianza Juntos por el Cambio con figuras que tributarían al jefe de Gobierno en la disputa por la precandidatura presidencial opositora. Este jueves, el alcalde se apuró para ser el primero en darle la bienvenida al economista liberal José Luis Espert.
"¡Bienvenido @jlespert, un Economista prestigioso con una profunda vocación de cambio, defensor de la democracia y de las ideas de la libertad!", se cebó Larreta con un posteo que realizó a las 8:41 en su cuenta de Twitter. "A partir del 10 de diciembre vamos a empezar (sic) juntos a hacer el cambio de nuestras vidas", completó.
En medio de las tensiones que hacen crujir una vez más a la coalición antiperonista, el precandidato presidencial envió un mensaje de concordia, aunque una a la que le pone condiciones. "El cambio total y definitivo que los argentinos necesitamos para dejar atrás al Kirchnerismo enfrenta a Juntos por el Cambio a dos desafíos: que estemos más unidos que nunca y que al mismo tiempo nos ampliemos sumando nuevas ideas y gente de bien", advirtió.
El ingreso de Espert, un ultraderechista con el que Larreta busca aspirar votos del sector más radicalizado del electorado que tendría a Javier Milei como primera opción para canalizar frustraciones, votos bronca y sentimientos antipolíticos, despeja la cancha para la paritaria central que pone a prueba la tolerancia al conflicto del PRO y de Juntos por el Cambio: la eventual incorporación del peronismo antikirchnerista que lidera el gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, que incluiría, en caso de producirse, el cambio de nombre de la coalición.
Bullrich, la otra presidenciable del PRO, está atrincherada: resiste con apoyo de Mauricio Macri la embestida de las palomas amarillas conducidas por el intendente de Buenos Aires, que cuentan con el respaldado de otras figuras del ala presuntamente moderada de la alianza, como el presidente de la UCR, Gerardo Morales, y la jefa de la Coalición Cívica, Elisa Carrió.
“¿Querés llevarte la pelota porque pensás que no ganás la elección? No vale”, toreó la exministra de Seguridad a su enemigo íntimo este martes y le endosó a cuenta la factura por una eventual fractura de la coalición: “La ruptura depende nada más que de Larreta".
"Larreta sabe que tiene ir a la cancha y no inventar meter a Schiaretti. Jugá limpio, con las cartas limpias, no vale tratar de jugar al rugby si es fútbol. Metete en la cancha”, lo apuró.
Espert, un derechista volcánico amante de "meter bala" y de los insultos que brega por achicar el Estado a su mínima expresión -una paloma rara-, también celebró, pero con traje de cardenal Samoré.
"Iniciamos un camino común por la lucha de la libertad para recuperar la Argentina. Ustedes y nosotros. Juntos", escribió en las redes sociales, donde posteó fotos con Larreta y con Bullrich.
Casi una hora después, la exministra dijo lo suyo también a través de sus redes sociales. Al igual que lo había hecho cuando Larreta anunció la precandidatura de Jorge Macri en la Ciudad, Bullrich buscó mostrarse a la vanguardia del alcalde. "Desde las elecciones de 2021 brego para que @jlespert se incorpore a Juntos por el Cambio", escribió en un post que incluye un video donde se recogen diferentes situaciones en las que la titular del PRO en uso de licencia se muestra a favor de sumar al economista.
No obstante, en el mismo mensaje Bullrich dejó claro que para ella el caso de Espert no significa el primer paso para admitir un acuerdo con el gobernador peronista más anti-K. "Esta decisión no cambia la defensa de Córdoba y contra el intento de traer a aquellos que votaron junto al kirchnerismo", añadió en referencia a la movida del larretismo para sumar a Schiaretti a la alianza.
La movida de sumar a Schiaretti a JxC desató un terremoto que tensa al máximo a la coalición opositora. Costos, beneficios y un final abierto.
Larreta auspicia un cambio de reglamento de la mesa de la coalición. A la vez, confía en tener los votos para que el PRO apruebe el desembarco. Morales apuesta a la convención radical. Macri, al tiempo.