La agitada semana en el Movimiento Popular Neuquino (MPN), con feroces críticas entre aliados y virtuales constructores de un pacto con el gobernador de Neuquén, Rolando Figueroa, dan muestras de la turbulencia por el manejo del partido con miras a la renovación de bancas en el Senado.
Mientras algunas de sus figuras reúnen masa crítica para la vuelta de Figueroa al espacio que lo formó en una extensa carrera de la vida pública, algunos sectores colisionan por las elecciones nacionales de medio término en 2025, claves para la Patagonia.
Neuquén renueva tres bancas en el Senado y una misma cantidad en la Cámara de Diputados, en un cuadro de vital importancia para el poder provincial, que se conformó a través de una alianza multicolor y debe resetearse para ese tipo de instancias.
Del MPN, ya giran nombres para la competencia. Si bien la rosca es de largo aliento, es sabido que el exgobernador Omar Gutiérrez, hoy en la silla por Neuquén en YPF, le interesa ir por la banca que hoy ocupa Lucila Crexell, hoy cercana a Figueroa.
Lugares claves para Neuquén en el Congreso
No es el único interesado. El férreo posicionamiento del secretario general del Sindicato de Petróleo y Gas Privado, Marcelo Rucci, trasluce el deseo de que su espacio, la agrupación Azul y Blanca, se abra camino para llegar a una de las bancas nacionales, como lo supo hacer Guillermo Pereyra en 2013, luego de atravesar una de las internas más cruentas que se recuerden en el MPN ante la dos veces vicegobernadora Ana Pechen.
Como explicó Letra P, Rucci pidió la renuncia de las autoridades partidarias, de Gutiérrez a la Junta de Gobierno y Jorge Augusto Sapag a la Convención emepenista, con la decidida idea de que una vez por todas los petroleros tomen las riendas de la conducción.
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Marcelo Rucci, de los petroleros en Vaca Muerta, suena para competir por el Senado.
Legalmente, las autoridades tienen mandato hasta 2026 y no hay indicio potable de una renuncia masiva a los cargos, que incluye autoridades de las 22 seccionales del MPN.
De fondo, se comenta entre los popes emepenistas, está en juego la lapicera que determina los nombres propios en la boleta para el Congreso y una alianza con Figueroa.
Los nombres del MPN
“No son adversarios mis compañeros, en 2015 dejé la posta de las candidaturas”, respondió el exgobernador Sapag a este medio, sobre la posibilidad de volver al ruedo electoral.
A pesar de la turbulencia de los últimos días, la dirigencia empieza a preparar el terreno para definir un rumbo, en el que el MPN no puede darse el lujo de quedarse sin representación en ambas Cámaras.
En Diputados, el partido del mapita tiene a Osvaldo Llancafilo, que heredó la banca de Figueroa a finales de 2023. Si bien no se refirió a la posibilidad de continuar, demuestra sintonía fina con la gobernación. Recorre la provincia y tiene llegada a los municipios gracias a su pasado en el gabinete neuquino de Gutiérrez.
La pregunta que se instala dentro del partido es qué estrategia debe consolidarse y cuál es el posicionamiento de las intendencias rumbo al año electoral. En su gran mayoría, salvo Mariano Gaido (Neuquén capital) y Norma Sepúlveda (Rincón de los Sauces), la representación municipal emepenista pidió por la vuelta del hijo descarriado.
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Osvaldo Llancafilo, diputado nacional, cerca de Jorge Sapag. El MPN insiste con el aporte de gobernabilidad.
Experimentados dirigentes, como el exministro Jorge Lara, actual titular de la corporación Corfone, integran la estructura del flamante gobernador. De gran llegada al interior profundo, Lara todavía posee una silla en la convención liderada por Sapag.
“El ministro”, como le dice Figueroa, trascendió a las gestiones de Jorge Sobisch, Sapag y Gutiérrez y se le endilga silencioso respaldo a Rolo cuando el MPN no era una opción viable para el mentor del frente Neuquinizate.
Su rol, sumando a intendentes, puede ser clave a futuro si finalmente prevalece la idea de armar un frente electoral con el partido Comunidad, la columna vertebral del nuevo oficialismo neuquino.
Mientras Gaido suma fichas a su partido Primero Neuquén, sin tanto anclaje en el interior profundo, se especula con la alianza.
Busco mi destino
Además del escaño que ocupa Llancafilo, en Diputados se pondrán en juego el año próximo las bancas de la peronista Tanya Bertoldi y del radical Pablo Cervi.
La diputada, que asumió en un rol estratégico dentro de la estructura estatal, deberá solucionar la interna con el panperonismo local. Cervi, como expresión de la centroderecha, no descarta un nuevo intento de desembarcar en el Senado: se lo impidió el cupo de género en 2019 cuando falleció Horacio “Pechi” Quiroga, e ingresó Crexell luego de una batalla judicial.
Además de Crexell, Oscar Parrilli y Silvia Sapag son quienes ocupan las otras dos bancas en la Cámara Alta. En ambos casos militan en Unión por la Patria, una fuerza en declive en la provincia. Su eventual continuidad está inmersa en una nebulosa, pero corre el rumor en las unidades básicas justicialistas que el presidente del PJ Neuquén, Darío Martínez, intentará desplazar al ex interventor de la AFI en tiempos del kirchnerismo.
A diferencia de las últimas legislativas, ahora tallará La Libertad Avanza, que ya empezó a conformarse en el ámbito de la Legislatura a partir del recambio de 2023. La diputada Brenda Buchiniz, luego de la ruptura de un nutrido espacio con Cumplir, el partido que le dio cuerpo al liberalismo de Javier Milei en las elecciones provinciales, obtuvo el nombre del sello presidencial para su bancada.
Mientras busca identidad, el espacio libertario avanza. La cara visible es la diputada Nadia Márquez, una expresión del mundo evangélico que llegó al Congreso. El gran escollo de Márquez es su ligazón con Figueroa y su pertenencia al variopinto frente Neuquinizate.
Según pudo saber Letra P, ese es motivo de debate entre la tropa libertaria que intenta organizarse rumbo al año electoral que despunta.