SHEINBAMUM AL PODER

México, espejo de la Argentina

Cal y arena de los progresismos latinoamericanos. Los cinco para el peso y las deudas, acá y allá. Javier Milei, ausente. Axel Kicillof, presente: ¿hay canción nueva?

La presencia de Axel Kicillof y la ausencia de Javier Milei en México para la asunción de la izquierdista Claudia Sheinbaum constituye un espejo de varios dilemas argentinos: el contraste de modelos económicos, las fortalezas y debilidades de los progresismos, el destino inevitablemente agónico de la puja política urbi et orbi y los titubeos nacionales para definir un modo de inserción en la comunidad internacional.

El viaje al DF eleva el perfil internacional del gobernador bonaerense, quien, mientras va llevando como puede la crisis nacional desde la silla caliente de La Plata, busca instalarse de a poco como presidenciable "natural" del peronismo. En paralelo, el faltazo de un Milei que nadie va a extrañar allí dados sus enfrentamientos con AMLO pone de manifiesto, además, las limitaciones de la antipolítica exterior del gobierno ultraderechista.

Más allá de eso, ¿qué dice el México de hoy sobre la Argentina de siempre?

Los éxitos y las deudas de AMLO

Andrés Manuel López Obrador (AMLO)
Andrés Manuel López Obrador, presidente saliente de México.

Andrés Manuel López Obrador, presidente saliente de México.

Lo que ocurrirá en el país hermano es el resultado de un éxito político: el presidente saliente logró imponer a su delfín. Comienza ahora una historia más desafiante, de esas que no siempre se coronan en América Latina con nuevos logros, como se demostró, entre varios ejemplos, en el Brasil de Luiz Inácio Lula da Silva y Dilma Rousseff.

Sheinbaum, una científica de 62 años y amplia trayectoria, reemplazará a Andrés Manuel López Obrador (AMLO), cuya popularidad le sirvió de respaldo para obtener casi el 60% de los votos en las elecciones de junio. Hoy jurará con una popularidad inicial del 71%, posible techo que deberá administrar con prudencia dado el tamaño de los desafíos que enfrentará.

López Obrador se retira del poder después de seis años con logros visibles en materia de reducción de la pobreza, pero con asignaturas pendientes en lo que hace a desarrollo económico, lucha contra el narcotráfico y convivencia política.

En cada uno de esos ítems hay una lectura argentina posible.

Pobreza y crecimiento: cal y arena

El incremento del salario mínimo en un 110% en términos reales y la ejecución de ambiciosos programas sociales de transferencias de ingresos fueron los puntales de una reducción sensible de la pobreza, que sacó de ese pozo a cinco millones de personas y pasó de abarcar al 41,9% de la población mexicana en 2018 al 37% en la actualidad.

Sin embargo, la pobreza extrema experimentó un leve repunte en el sexenio, lo que pone de manifiesto los límites que encuentran los progresismos regionales para el cumplimiento acabado de su principal misión histórica.

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En su 1.438ª "mañanera" –sus conferencias diarias, que inauguraron un estilo de comunicación directa que puenteó a los medios tradicionales–, el propio AMLO se vanaglorió este lunes, a modo de despedida, de dejar un producto bruto interno (PBI) 4,5% superior al que recibió a fines de 2018. Aunque la pandemia de 2020 supone un atenuante que debe observarse, el número, producto de un subibaja continuo, no impresiona. ¿Será que el desequilibrado libre comercio con Estados Unidos no ha sido, después de tres décadas de vigencia, la panacea imaginada para el desarrollo?

En lo mencionado radica una de las demostraciones de que los progresismos regionales –salvo, tal vez, el de Brasil– no han sabido apalancarse en entornos macro estables –la inflación en México oscila en torno al 5% anual– para dar lugar a una acumulación de riqueza acelerada y sostenida en el tiempo, así como reformas capaces de engendrar sociedades estructuralmente más justas. Ni que hablar de la Argentina de la crisis permanente.

La colega mexicana Cecilia González señala que "con López Obrador, los multimillonarios mexicanos aumentaron su riqueza en más de un 80%. O sea, los más ricos se hicieron todavía muchísimo más ricos. La desigualdad endémica será uno de los grandes desafíos de Sheinbaum".

El asunto toca una cuerda sensible de la Argentina kirchnerista. Entre 2003 y 2015, la pobreza se redujo y la equidad mejoró, pero, ya en el segundo mandato de Cristina Fernández de Kirchner, esos indicadores se amesetaron, mientras el modelo económico se revelaba incapaz de seguir generando crecimiento.

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Fuente: Banco Mundial.

Fuente: Banco Mundial.

Más allá del drama creciente de la inflación nacional –que se duplicó de Néstor Kirchner a Cristina, de CFK a Mauricio Macri y, mucho más que eso, del ingeniero a Alberto Fernández–, muchos de los males económicos, sociales y políticos del presente se explican en la ausencia de un modelo de desarrollo sustentable y socialmente aceptado.

El ejemplo mexicano expone las estrecheces de proyectos que mejoran la distribución, pero que no terminan de realizar reformas de fondo.

Así como en el México de AMLO los ricos son más ricos, la Argentina que escupió al peronismo el año pasado jamás avanzó en una reforma tributaria que mejorara del balance fiscal a expensas de los regímenes especiales y exenciones que benefician a sectores empresariales privilegiados, los que dan cuenta de hasta 3,5% del PBI. Al contrario, por no tocarlos, el gasto público acumulado en concepto de programas de asistencia y subsidios a los servicios públicos terminaron socializando, entre los pobres y la clase media, vía inflación, los costos del déficit fiscal.

Tal vez Kicillof, economista además de dirigente político, encuentre en su visita al DF elementos para componer una canción capaz de renovar la oferta conocida del peronismo.

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La seguridad, deuda eterna

La inseguridad –que en México equivale a hablar de narcotráfico y guerras de carteles– es otra asignatura pendiente del saliente López Obrador y una papa caliente para Sheinbaum.

AMLO no pudo cumplir con su promesa de desmilitarizar la pelea contra el tráfico de drogas y deja el poder con un acumulado de 190.000 muertes violentas en sus seis años de gestión, con una tasa de homicidios pasmosa de 25 cada 100.000 habitantes.

La seguridad y el crecimiento del narco –a una escala todavía mucho más modesta, pero que exige un abordaje urgente que evite males mayores– son ítems que el peronismo K primero y el panperonismo después no terminó de abordar.

La inseguridad es difícil de erradicar en una región desigual como América Latina, cuyas fuerzas de seguridad muchas veces están atravesadas por la connivencia con las bandas y cuyos Estados no terminan de llegar con los servicios de educación, salud y policía a todos los lugares que los necesitan. Sin embargo, hay también cierta dificultad del progresismo en pensar esa cuestión, lo que deja permanentemente en manos de derechas más o menos recalcitrantes la promesa populista de "cárcel o bala".

En ese espejo, de hecho, se mira Milei cuando se muestra, como ayer, con el salvadoreño Nayib Bukele, quien encontró en el encarcelamiento masivo de mareros –cruzado de denuncias de violaciones de los derechos humanos– la base de una acumulación de poder sorprendente.

Un rasgo de AMLO cuestionado por el establishment mexicano es su relación confrontativa –y muchas veces insultante– con numerosos medios de comunicación y periodistas, así como su decisión de imponer formas de comunicación directas con la población. El populismo, en sus muy diversas versiones, parece un rasgo predominante de la política contemporánea en casi todo el mundo y Milei pareciera haber cursado un doctorado en esa materia.

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Javier Milei con Nayib Bukele en el balcón de la Casa Rosada.

Javier Milei con Nayib Bukele en el balcón de la Casa Rosada.

La política agónica

Otro asunto controvertido en México es la aprobación en el Congreso de una reforma destinada a "democratizar el Poder Judicial" mediante la designación, por voto popular, de unos 1.600 jueces de todos los niveles, incluso en la Corte Suprema.

Hoy la izquierda predomina electoralmente en México, pero hay que pensar a futuro y preguntarse qué tendencias de largo plazo acabará por delinear la elección popular de magistrados en un país estragado por la corrupción y la violencia narco.

Una reforma equivalente, cabe recordar, fue el sueño de CFK, pero cualquiera que no se engañe debería preguntarse, con prudencia, qué puede ocurrir cuando el viento del humor popular vira de un modo tan drástico como lo hizo en la Argentina de 2023.

En concreto, si aquella reforma hubiese avanzado, ¿qué tipo de Poder Judicial podría generar una ola de ultraderecha como la que llevó a Milei a la Casa Rosada?

Javier Milei en el Muro de los Lamentos. Télam.
De Andrés Manuel López Obrador a Claudia Sheinbaum: ¿México, una oportunidad perdida para Argentina?

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