Maximiliano Pullaro, el gobernador plasticola del frente federal que pegó un grito rumbo a octubre
El mandatario de Santa Fe dejó el provincialismo y dio un salto nacional. Su rol en el nuevo armado. Se corre para la carrera 2027, pero impone su método.
Maximiliano Pullaro y Martín Llaryora, flamantes artífices de un nuevo frente electoral nacional.
De opositor por temáticas a armador de un frente nacional con sus pares para competir en otubre. Qué pasó en el medio para que Maximiliano Pullaro, el gobernador de Santa Fe, modificara de raíz su plan político electoral. Ahora el mandatario radical dejó de ser un provincialista para ubicarse en otro rol, en un escenario tan ambicioso como complejo.
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“No entiendo la lógica nacional del poder actual, cómo se construye política desde Buenos Aires”, repitió una y otra vez Pullaro desde que asumió, en diciembre de 2023. De esa manera, le puso freno y corte a las reiteradas consultas que recibió sobre su proyección nacional. La marcada baja en la cantidad de homicidios en Rosario lo puso más temprano que tarde en un lugar de relieve nacional. Según su entorno, no buscado.
Hay un grito federal que necesita voces en el Congreso. Como gobernadores, tenemos la enorme responsabilidad de defender los intereses de nuestras provincias y, al mismo tiempo, contribuir a la gobernabilidad de la Argentina.
Ahora, desde este miércoles, Pullaro es otra cosa. El santafesino blanqueó, junto a varios de sus pares, que su plan no es provincialismo y nada más. Aún cuando pueda ser reelegido en la Bota en 2027 a partir de la reforma constitucional santafesina que comenzó el 14 de julio pasado, el radical se calzó otro traje. Le resta definir, tras el anuncio formalizado este miércoles de una alianza junto a Martín Llaryora, Ignacio Torres, Carlos Sadir y Claudio Vidal, cómo baja a la provincia este frente, este armado incipiente. De alguna manera, es lo que sus principales socios santafesinos le demandaban, por lo que no debería tener dificultades.
El socio, padre y aliado de Maximiliano Pullaro
Pullaro, como se vio en fotos, no fue solo a la cumbre que se realizó en la Casa de Chubut. Se llevó a su padre político y fundador de Unidos, el senador y presidente de la Convención constituyente Felipe Michlig. También arrió al exdiputado bonaerense Sebastián García de Luca, que trabaja políticamente para él. Las presencias pullaristas ya daban indicios de que no era solo una reunión de agenda legislativa para el Congreso.
El plan es bien claro, tal como lo reflejó Letra P más de una vez. Los gobernadores valoran el orden fiscal que pregona el presidente Javier Milei, pero difieren en otros ángulos. Reclaman defensa de la producción y un plan de infraestructura que, de mínima, mantenga las rutas nacionales. “El país desarrollado no se consigue sin una atención al interior productivo”, resumió un integrante de la mesa chica del gobernador radical.
Las bases del armado son los cinco gobernadores que se tomaron la foto este miércoles y el correntino Gustavo Valdés. Resta solo una semana para el cierre de alianzas electorales camino a octubre, pero el grupo confía en sumar a otras provincias para darle más volumen al frente. No obstante, hay una máxima: “no juntar a lo pavote”.
¿Martín Llaryora sí, Maximiliano Pullaro no?
Pullaro, según le afirmó a Letra P una fuente de su extrema confianza, tiene una decisión liberadora que lo diferencia de sus pares. “Es el que tiene descartado jugar en 2027. Eso tiene un efecto ordenador”, reveló la fuente. Si Pullaro realmente no aspira a ser presidente en dos años, tendrá otro rol asignado en el armado. Las miradas, entonces, ¿viran hacia Llaryora? ¿Hacia Nacho Torres?
El radical, no obstante, “juega fuerte”, como le reveló a Letra P otro de los participantes de la cumbre. Es uno de los que ordenó y encolumnó al resto de los gobernadores frentistas. Según un ministro santafesino de primera línea, es “la plasticola de este proceso”. Enmienda, acomoda, restaura. Su certeza de no salir de Santa Fe en 2027 le da facilidad para ejercer esa tarea, según su entorno.
El armado intentará colarse en la agenda nacional y romper la grieta definida por la Casa Rosada como “libertad o kirchnerismo”. A diferencia de intentos anteriores, arranca con una lógica distinta. Empieza desde un interior que juzga agotado un esquema ambacéntrico y lo hace desde los gobernadores, desde donde mejor se conoce el territorio.
Esta vez, el puntapié inicial no lo dan legisladores o dirigentes nacionales sin capacidad de gestión o falta de articulación política. “Esto es una discusión de valores. El que entiende eso, se va a encuadrar”, promueve el pullarismo.