En medio la falta de certezas generada por la situación social y política, y en el marco de la transición entre Juan Schiaretti y Martín Llaryora, los equipos económicos del peronismo de Córdoba trabajan en la elaboración del Presupuesto 2024 con la intención de tenerlo terminado antes de fin de mes. Abocados a ese fin, funcionarios del gobierno saliente e integrantes del futuro equipo diseñan en tándem la hoja de ruta económica y financiera que marcará el ritmo del primer año del llaryorismo en el Panal.
Las amenazas de una nueva corrida cambiaria y un clima electoral en el que nadie sabe a ciencia cierta qué es lo que puede llegar a suceder atentan contra uno de los principales valores defendidos por el cordobesismo: la previsibilidad. Por esa razón, la dirección que trazará el paquete económico estará signada por su flexibilidad.
“Lo mejor es armar algo lo suficientemente flexible como para que se pueda ir adaptando a la situación general del país”, dicen en el equipo que elabora el proyecto que la Legislatura cordobesa deberá aprobar en doble lectura antes que termine el 2023. Según la Constitución de la Provincia, el texto debe ingresar al Poder Legislativo, como máximo, 45 días antes del final del período ordinario. Es decir, 15 de noviembre, exactamente cuatro días antes de una eventual segunda vuelta presidencial.
Si bien en el cordobesismo se juegan un pleno a una victoria de Javier Milei en la primera vuelta presidencial, reconocen que ni siquiera ese escenario permitirá llegar a elaborar un Presupuesto que pueda correrle el cuerpo a la incertidumbre. El detalle no tiene que ver solamente con la cuestiones relacionadas a las deudas en dólares, uno de los primeros temas para los que Llaryora ya activo su agenda de gobernador (casi) en ejercicio, sino también con la suba de precios y su impacto en la situación social.
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Contención social
Contradiciendo una de las máximas libertarias, que jugará sus posibilidades de ejecución mientras el Presupuesto cordobés termina de tomar forma, se espera una fuerte presencia de partidas destinadas al gasto social, una de las cartas del gobierno provincial para surfear los tiempos de crisis. El impacto se sentirá en la proyección de la obra pública, que si bien ya venía en descenso, fue el principal caballito de batalla a lo largo de los últimos ochos años de Schiaretti.
Del reacomodamiento de precios y salarios también dependerá la proyección del esquema impositivo que regirá en provincia. Con una inflación que, con septiembre incluido, ya suma una suba interanual 137,62% según el IPC mediterráneo, los números pueden empezar a adivinarse.
En ese punto, el horizonte recaudatorio es otro de los rubros a tener en cuenta.
Gira por fondos
Como ya adelantó Letra P, el secretario de Finanzas de la Ciudad de Córdoba, Guillermo Acosta partirá del municipio capitalino al Panal y dejará a cargo de la cartera municipal a Florencia Constantino. Con esa proyección, los equipos de uno de los funcionarios más cercanos al gobernador electo trabajan a la par de los hombres y mujeres bajo el mando de Osvaldo Giordano, el ministro provincial, para proyectar el Presupuesto.
Desde el llaryorismo afirman que el reperfilamiento de la gestión que podría manifestarse en el proyecto que será aprobado por la mayoría oficialista en la Legislatura es seguido de cerca por el sanfrancisqueño que luego de la primera vuelta presidencial, con el mapa político un poco más despejado, partirá rumbo a los Emiratos Árabes para una gira a la que también se sumarán los santafesinos Omar Perotti y Maximiliano Pullaro.
El objetivo central de la misión biprovincial se concentrará en Kuwait, donde se avanzará en la firma del empréstito de la fase 2 para la obra del futuro acueducto interprovincial Santa Fe – Córdoba, que unirá Coronda con San Francisco. Sin embargo, Llaryora se quedará un tiempo más, buscando ampliar los horizontes en la misión de conseguir fondos para robustecer su gestión.
Mientras todo eso sucede, el proyecto del Presupuesto nacional queda rehén de la disputa política y nadie parece tener apuro por conocer las características de la proyección que la cartera de Sergio Massa prevé para el año por venir. Esa situación también condiciona el horizonte del cordobesismo ya que, por la Ley de Responsabilidad Fiscal, el valor del dólar se fija por la proyección del gobierno nacional. Una proyección que nadie sabe si efectivamente se podrá conocer antes de que termine el calendario parlamentario 2023.