El choque interno en el armado de Juntos por el Cambio (JxC) en Salta, motivado por la titular del PRO, Patricia Bullrich, fue la gota que rebalsó el vaso. La maniobra generó el enojo de su rival amarillo, el jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta. El malestar se trasladó al que del expresidente Mauricio Macri y de la diputada María Eugenia Vidal, al punto de que el trío convocó de urgencia a una reunión del Consejo Nacional del partido para la noche del martes, luego de que la exministra de Seguridad echara al interventor en esa provincia, Antonio de Marco, por no firmar el acuerdo con la Unión Cívica Radical (UCR) en esa provincia. En ese encuentro la totalidad de los 26 miembros votaron contra su forma de conducir el partido.
Después del tirón de orejas a la presidencia partidaria, las autoridades nacionales y provinciales del PRO determinaron tres cuestiones.
La polémica promete seguir: el entorno de la titular del PRO sostiene que la convocatoria de emergencia carece de validez porque no respetó los mecanismos que establece el reglamento del partido. Además, reprocha que quienes votaron las tres decisiones están enrolados detrás de la candidatura del jefe de Gobierno. No están en el mismo saco el expresidente y la otra presidenciable del PRO: si bien Macri y Vidal prendieron la señal para la convocatoria de urgencia, ninguno de los dos vota en el Consejo.
Génesis del conflicto
Bullrich negoció durante los últimos dos días directamente con el senador radical Martín Lousteau que el PRO conforme JxC en Salta, luego de la negativa de Larreta a integrar un espacio junto con el Frente Plural que tiene como principal referente a Matías Posadas, un dirigente resistido por el alcalde porteño.
En la previa al encuentro del Consejo Nacional, que fue vía Zoom, De Marco se presentó en la Justicia para solicitar una medida cautelar que deje sin efecto la remoción que le realizó Bullrich.