SAN LUIS (Enviado) La provincia elige gobernador este domingo y la pelea entre el actual mandatario, Alberto Rodríguez Saá, y su hermano Adolfo convirtió en una quimera a la veda electoral, como se conoce al uso y costumbre de no hacer campaña durante la votación.
Los hermanos que dominan la política puntana desde hace 40 años se enviaron mensajes antes de emitir el sufragio, mientras que los candidatos, el oficialista Jorge Fernández y el diputado de Juntos por el Cambio Claudio Poggi no pudieron evitar referirse a ellos.
Con la helada que dejaron las ráfagas del viento chorrillero, que el viernes obligó a suspender los vuelos, 418 mil personas están habilitadas para elegir el nuevo gobernador de la provincia, donde, desde el retorno de la democracia, hablar de política es hablar de Rodríguez Saá. Esta será la primera vez que el apellido no será parte de ninguna boleta, pero los hermanos siguen siendo los principales protagonistas de la contienda.
Alberto y Adolfo están peleados desde 2019, cuando se enfrentaron por la gobernación, con victoria para el más joven. Este domingo se enfrentan a través de terceros: el gobernador promueve a Fernández y el senador ubicó a sus candidatos como sublemas de Cambia San Luis, el frente de Poggi que integran 15 partidos, entre ellos el PRO y la UCR.
Poggi votó a las 9.45 en la escuela Mixta JP Pringles, en pleno centro de la capital, y al salir armó una rueda de prensa nacional y otra local para desmentir una falsa entrevista que circuló en las redes sociales, en la que anuncia que estaba dispuesto a eliminar los planes sociales. Según describió, la maniobra consistió en usar el diseño de un sitio local para aportar confusión.
"Mi equipo lo detectó y vamos a hacer la denuncia", aseguró el diputado, quien luego no tuvo reparos en hablar como si aún estuviera de campaña. "En San Luis pasan cosas que antes no pasaban. Hay inseguridad, cuando éramos una provincia tranquila, y se nos ha alterado la paz social. El 62% de los chicos vive en un hogar pobre. Yo tuve que ponerme a estudiar lo que era la pobreza porque cuando goberné, hace diez años, no existía", señaló.
Fue inevitable la pregunta por el apoyo de Adolfo a su candidatura y no dudó en diferenciarlo de su hermano. "Uno fue gobernador en la primera etapa de la democracia y trajo industria, vivienda y empleo. El otro (por Alberto) reemplazó el trabajo bien remunerado por el plan soical y lo usa como sometimiento electoral".
La victoria de Poggi es esperada por las principales figuras de Juntos por el Cambio, que se preparan para asistir al festejo. Horacio Rodríguez Larreta se comprometió a participar y Patricia Bullrich se quedaría en Mendoza, pero enviaría a Federico Pinedo a aplaudir al palco.
Consultado por Letra P, el candidato a gobernador reconoció que habló con ambos, pero también con el radical Julio Cobos y con Humberto Tumini, de Libres del Sur, uno de los 15 partidos que integran Cambia San Luis. "Esta es una elección local", fue el latiguillo de Poggi para desentenderse de las lecturas nacionales.
Los hermanos desunidos
El Gato Fernández votó a las 10 en la localidad de Tilisarao, donde fue intendente, a 140 kilómetros de la capital y sin prensa nacional que le complicara los planes. Confió en una participación mayor al 80%, clave para que tenga alguna chance de torcer encuestas que lo dan varios puntos abajo. Consultado por Adolfo, fue lapidario: "Su participación incide en un 1%".
Hasta los dientes
La votación de los hermanos concentró tanta expectativa como la de los candidatos, mucho más cuando usaron los micrófonos para seguir sacándose chispas. Alberto votó en la escuela Bernardino Rivadavia, a pocas cuadras de donde lo hizo Poggi. Lo acompañó un celoso grupo de custodios, con trajes negros, chalecos y armas. El comando llegó en camioneta minutos antes y recorrió la escuela por si identificaba algún riesgo.
Con voz más baja que de costumbre, que hacía imposible escucharlo de cerca, Alberto no le sacó el cuerpo a la pelea con su hermano. "Me duele verlo de otra vereda. Es un enorme dirigente y su historia no se merece estar en el lugar en el que está", se lamentó sobre Adolfo, aunque aprovechó para acusarlo de ser ideólogo de la ley de lemas, el sistema que permite mezclar las elecciones internas y las generales. Fue incorporado para esta elección y le permitió al gobernador sumar dirigentes locales que le ayudaron a juntar votos al Gato Fernández. Poggi anunció que, si gana, lo elimina.
Adolfo votó al mediodía en Potrero de los Funes, una localidad ubicada a 30 kilómetros de la capital, a la vera de las sierras y del lago San Roque. Aprovechó la hora y media de espera que tenía para contestarle a su hermano. "Yo dije que se podía volver con la ley de lemas, pero sólo si había un acuerdo con todas las fuerzas", se defendió.
"Las discrepancias que tenemos (con Alberto) son muy graves. Teníamos la mejor provincia, con los mejores indicadores, después de arrancar a la cola en 1983. Ahora estamos en los peores lugares, pero sobre todo en el más significativo, que es la pobreza. Siete de cada diez niños en San Luis viven en una familia pobre y la mitad está mal alimentada. Eso es gravísimo".
Consultado por Letra P, Adolfo no confirmó si estará en el búnker de Poggi, donde no quiere una foto con Larreta. "Primero -dijo- vamos a esperar el resultado. Siempre en una elección hay que esperar que se cuente hasta el último voto. Pero el acuerdo es provincial, los temas nacionales no están en juego. Sé que hay rumores de que vendrían dirigentes nacionales. Veremos".