¿GESTO A MACRI?

La Casa Rosada prefiere a Manuel Adorni antes que a Patricia Bullrich de candidato en la Ciudad

El vocero gana espacio por mérito propio y por una disputa ajena. La estrategia para quedarse con tres bancas. Nueva mesa chica y encuentro Caputo - Ritondo.

En el contexto actual, no parece una mera táctica electoral basada en focus groups: el preanuncio de que la ministra de Seguridad no forme parte de la oferta electoral libertaria hoy puede ser leída como gesto de distención con Mauricio Macri, justo cuando el expresidente acaba de dar su venia para que el PRO avale el veto a la ley de financiamiento universitario.

Funcionario del riñón karinista, a Adorni no le faltan followers en las redes sociales ni alta exposición desde el atril que ocupa en las conferencias de prensa: su nombre destaca para una boleta, según la mesa chica libertaria, por la capacidad de crecimiento que tiene su imagen y por el bajo grado de conflicto que tendría su candidatura con los socios amarillos de LLA en el bastión del PRO.

Pese a esto, quienes suelen dialogar con el vocero aseguran que el funcionario preferiría seguir escoltando a El Jefe dentro de la sede de gobierno.

En la vereda de enfrente de esa lógica se para Bullrich. Para una parte de la mesa chica presidencial, si bien la ministra está mucho mejor instalada entre la población porteña, tiene un alto índice de imagen negativa difícil de tamizar. Además, que su apellido esté en una boleta sería una declaración de guerra hacia el expresidente, un puente que todavía la Casa Rosada no está dispuesta a dinamitar.

El escenario político electoral que maneja la administración libertaria para la Ciudad de Buenos Aires es el de ir con listas separadas con el PRO. Esa jugada, prevén en la mesa chica mileísta, le permitiría desplazar al peronismo a un tercer puesto cómodo para que LLA y el partido amarillo se quedaran con las tres bancas del Senado en disputa (dos para el oficialismo y la tercera de minoría para el macrismo).

Mesa chica en construcción en la Casa Rosada

La relación entre la Casa Rosada y el PRO viene de semanas de desconcierto, con varios cruces discursivos en las redes sociales. Tras una extensa cena entre el Presidente y el exmandatario en Olivos, ambos habían acordado conformar una mesa política de los lunes, con la idea de plantear agendas legislativas comunes y dar las primeras señales de una posible confluencia electoral.

Sin embargo, sus propios protagonistas reconocieron que aquellas amplias reuniones ni siquiera pudieron resolver puntos menores, como el reclamo amarillo por la reglamentación de la ley de acceso a la información.

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Las cúpulas de ambos espacios propusieron entonces suspender estos encuentros -este lunes no hubo reunión con la excusa de la cumbre del PRO- para avanzar en una mesa política blue.

La reunión entre Santiago Caputo y Cristian Ritondo

El nuevo ámbito de intercambio político entre LLA y el PRO se definió este viernes en un encuentro entre Santiago Caputo y Cristian Ritondo, apenas 24 horas después de que el asesor presidencial recibiera a Macri en las oficinas que alguna vez ocupó su padre, el fallecido Claudio Caputo, quien fue presidente del Colegio de Escribanos.

A diferencia de la charla gélida entre Caputo y el expresidente, el diálogo del asesor y el diputado fue mucho más distendido, ponderada por el entorno de ambos. Tocaron temas de ordenamiento político que van desde las obras públicas en las provincias gobernadas por el PRO hasta las tensiones en los bloques de los Concejos Deliberantes a lo largo y ancho de la provincia de Buenos Aires.

En síntesis, el jefe del PRO bonaerense le reclamó al arquitecto del relato libertario que se meta aun más en el barro de la política y en la toma de decisiones, en una crítica por elevación a Guillermo Francos. ¿Con qué objetivo? "Confluir en 2025, pero ordenarnos desde ahora". Eso incluye un compromiso del PRO de continuar apoyando al jefe de Estado en ambas cámaras, tal como lo hizo con el último veto y el que está en discusión, a cambio de que el Gobierno priorice las administraciones de Jorge Macri, Ignacio Torres y Rogelio Frigerio por sobre las justicialistas y, de igual modo, que lo haga con los jefes comunales amarillos, sobre todo en un contexto en el que denuncian que la administración de Axel Kicillof les cortó los fondos para obras.

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Cristian Ritondo, el principal aliado de la Casa Rosada.

Cristian Ritondo, el principal aliado de la Casa Rosada.

No fue el único tema mencionado. En el ida y vuelta, sobrevoló también el malestar de Macri con Bullrich, que operó en persona para romper el bloque amarillo en la Legislatura bonaerense, y pretende trasladar también el mismo quiebre a la órbita nacional.

Si bien todavía no hay definiciones en la mayoría de los puntos, en el Salón Verde de la Casa Rosada que ocupa Caputo aseguran que están dispuestos a resolverlos y hasta abren la puerta a la incorporación de cuadros técnicos del macrismo en el gobierno libertario, sin que eso signifique algún tipo de acuerdo para cogobernar: "Cristian es uno de los mejores de ellos y es bueno que, además, hable castellano", elogian al diputado, una chicana sin revelar su destinatario.

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