El movimiento, que se abre paso a través de convocatorias que encuentran un eco sentido, estrecha las chances de permanecer inertes de quienes sólo se activan para pedir el voto cada dos años. Dado el drama social en curso, el riesgo que corre la dirigencia conocida es nunca más volver a dirigir nada. Es mejor empezar a correr.
Por algo esta vez ni siquiera el PRO lo acompañó en la queja. Irritado por eso, el Gobierno debería entender que, por diversas razones, es más sencillo cebarse contra los jubilados que contra la clase media en pleno, ya sea medida por ingresos o sanamente autopercibida como tal.
El partido amarillo quedó dividido de un modo aún difícil de precisar, con Horario Rodríguez Larreta marchando, Patricia Bullrich delirando con golpes que sólo se producen en su mente y, con Mauricio Macri callando de modo sugestivo.
Lo de la ministra de Seguridad es de lo más pintoresco: hace apenas un año, en plena campaña electoral, se embanderaba con la causa de las universidades y la educación con el mismo celo con el que hoy amenaza con gasear a quienes no cambiaron de idea como ella.
Un veto a las universidades
Tras la manifestación, Milei consumó la provocación de desoír ese reclamo amplio, transversal y razonable, y vetó la ley de financiamiento universitario, algo que expondrá las líneas que desgarran al PRO cuando las papas queman.
Veto Ley Financiamiento Universitario.pdf
Toda una novedad: el resto de la política se paró enfrente, como se supone que corresponde a partidos de oposición.
De hecho, el propio comunicado de la Oficina del Presidente señala que "Cristina (Fernández de) Kirchner, Sergio Massa, Martín Lousteau, Horacio Rodríguez Larreta y Elisa Carrió" se unieron para "destruir el plan económico".
Podría haber mencionado también a otros referentes, como Juan Grabois, Facundo Manes, Pablo Moyano y muchos más, peronistas, radicales, progresistas e izquierdistas, quienes también acompañaron la manifestación.
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En Letra P, Juan Rezzano analiza que el peronismo, que aún trata de sacudirse la culpa por haber dejado el país en manos de la ultraderecha, "intenta (ahora) sacarse el rabo de entre las patas. Aunque se quedó atrás, bien al fondo, sin pisar siquiera la plaza del Congreso, participó de la marcha en defensa de las universidades". Por algo se empieza…
Si el Gobierno realmente creyera en la existencia del "frente de izquierda populista" (sic) al que alude, se ocuparía más de dividirlo que de ayudar a conformarlo. ¿Estará comprometiendo su futuro?
La única verdad…
Según el Gobierno, la marcha fue menor que la de abril, lo que supuestamente legitimaría el veto presidencial. Al contrario, Letra P, Clarín, La Nación, Infobae, Página|12, Ámbito Financiero y otros medios coincidieron en el uso de un adjetivo: "masiva".
Basta para comprobarlo con repasar las imágenes de lo ocurrido en Buenos Aires…
… en Córdoba, en Rosario y en otras ciudades del país, grandes y chicas.…
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Eso condiciona y, al menos por el momento, no habría votos suficientes para blindar el veto presidencial con el concurso de "héroes" convencidos o comprados. Sin embargo, conviene optar por la cautela: la maquinita de emitir incentivos todavía no se puso en ON para seducir a corazones amarillos, radicales, provinciales y hasta peronistas.
Por otro lado, el oficialismo ya ensaya un argumento para facilitarles las cosas a esos borocotós en modo espera: el respaldo al veto con un tercio más uno de los votos en alguna de las dos cámaras del Congreso –particularmente en Diputados– permitiría posponer la discusión sobre el financiamiento de las universidades nacionales hasta el momento en que se debata el Presupuesto 2025. ¿Aceptaría un acuerdo para cortar alguna otra partida a fin de compensar ese gasto? Difícil… De terminar con los regímenes especiales y exenciones tributarias abusivas, nada menos que 3,5% del PBI, por ahora ni hablar.
… es la realidad
La gravedad de la situación quedó plasmada en el comunicado presentado en la marcha por la Federación Universitaria Argentina (FUA). Desfinanciamiento generalizado, severo atraso salarial, éxodo de profesores e investigadores… La situación es preocupante.
Como señaló este medio, la pelea por el financiamiento de la educación superior encubre algo más profundo. Se trata de la "doctrina Federico Sturzenegger", según la cual el modo de desmantelar los grupos de interés consiste en desfinanciarlos. La idea que ese liberal tiene sobre la democracia, un cuerpo sin alma en el que –se supone– se vota, pero no se puede ejercer el derecho de protestar y peticionar, es extremadamente curiosa.
Como sea, marida con el proyecto del jefe de Gabinete blue, el iliberal Santiago Caputo, de transferir las universidades nacionales a las provincias sin los correspondientes recursos, lo que llevaría a su arancelamiento.
Es más, recordemos que el propio Milei afirmó en su última cadena nacional que el Estado sólo debe tener como funciones "asegurar la estabilidad macroeconómica, las relaciones exteriores y el imperio de la ley. Punto". La educación y la salud públicas son cargas presupuestarias de las que debería deshacerse para pasarlas, a la chilena, al lucro de mercado o a los estados subnacionales.
El detalle es que una amplísima mayoría social no quiere lo mismo, incluso en segmentos que convirtieron a Milei en presidente.
La consultora Escenarios muestra a las universidades nacionales como las instituciones con mejor ponderación social, verdaderamente por un campo. Analogías presentó un panorama coincidente:
En tanto, de acuerdo con Opina Argentina, el apoyo a la política oficial para el sector se desplomó del 50 al 35% desde abril.
Ojo: el conflicto por el desfinanciamiento del sistema universitario suspende la grieta conocida de un modo en que ningún otro tema lo hace, lo que amenaza a Gobierno con un desenlace que podría dejarlo magullado.