Con la llegada de Eduardo Mallea a la Aduana, Javier Milei reafirma el decretazo que desreguló y liberó las operaciones de importación y exportación. Así el Presidente toma el control del organismo y se lo entrega al bufete de abogados del titular de la Unión Industrial Argentina, Daniel Funes de Rioja, que escribió parte del DNU y la ley ómnibus.
La esencia libertaria respecto del comercio exterior está incluida en el DNU 70/23. “El Poder Ejecutivo Nacional no podrá establecer prohibiciones o cupos a las exportaciones ni importaciones por motivos o fundamentos económicos”, subraya en su articulado.
Mallea llega para desburocratizar y desobturar un mercado que considera “extremadamente cerrado debido a las regulaciones”; de allí que Argentina sea uno de los países con menor relación entre las importaciones y el Producto Bruto Interno.
Aduana ágil y economía abierta
Esta semana el ministro de Economía, Toto Caputo eliminó la obligatoriedad de pasar por el “canal rojo” a un listado de productos para que no se queden paralizados en la Aduana, solo podrán ser controlados “aleatoriamente”.
Así Argentina busca cambiar su política de comercio exterior y se autolimita en el control del comercio exterior; todo mientras llegan noticias de Europa y de Estados Unidos donde implementan medidas que privilegian la industrialización local, como la Ley de Reducción de la Inflación de 2022 (IRA) del presidente Joe Biden.
El DNU también eliminó el registro de importadores y exportadores, por lo que las operaciones de comercio exterior no requerirá la intervención de un despachante de Aduana.
Quienes operan en el sector aduanero se preguntan si Mallea dispondrá la inversión para “digitalizar todos los sistemas”. Los proyectos anteriores en ese sentido, como la Ventanilla Única del Comercio Exterior (VUCE), quedaron sin instrumentar en forma definitiva tanto en las gestiones de Mauricio Macri como de Alberto Fernández.
Industriales piden baja de impuestos, no protección
Mallea se dispone a abrir el mercado argentino al mundo, mientras que la industria nacional se queja porque Milei no tomó ninguna medida para devolverles competitividad. Concretamente le reclaman que “baje los impuestos" que constituyen el 50% del precio de los productos locales.
La Aduana también es un punto clave para el control del narcotráfico. Por ese motivo la vicepresidenta Victoria Villarruel intentó que Milei saque a la Aduana del área de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) y el Ministerio de Economía, para integrarla al Ministerio de Seguridad. La idea quedó sepultada cuando el primer mandatario nombró a Patricia Bullrich en esa cartera.
Durante su gestión, el ex titular de la Aduana, el massista Guillermo Michel presentó denuncias por subfacturación de exportaciones por un monto de u$s1.540 millones y por sobrefacturación de importaciones por u$s1.240 millones. Por esas maniobras estaban sospechadas empresas como la petrolera Raizen (Shell) y la compañía Pirelli, entre otras.
Mallea recibe apoyos
El presidente de la Cámara Argentina de la Industria Aceitera y el Centro de Exportadores de Cereales (CIARA-CEC) Gustavo Idigoras, manifestó su apoyo a la llegada de Mallea: “Es un experto en derecho aduanero con mucha experiencia práctica”.
“Con la administración actual de la Aduana venimos trabajando bien en temas de facilitación y simplificación y seguramente Mallea podrá seguir esta línea de trabajo y agilizarla todo lo posible”, dijo Idigoras a Letra P.
Esta cámara, que maneja el complejo agroexportador nacional, se había cruzado con la gestión anterior de la Aduana debido a que el organismo oficial conducido por Michel abrió una investigación sobre cuatro empresas agroindustriales de las más grandes, acusándolas de “sobrefacturar importaciones”.