El freno a las nuevas universidades puso en alerta al intendente de Río Tercero. La vidriera nacional que le suma, pero golpea su táctica para liderar a la UCR.
Marcos Ferrer, intendente de Río Tercero.
Javier Milei.
Télam Marcos Ferrer junto a Rodrigo de Loredo, el día que logró su reelección en Río Tercero.
La decisión de Javier Milei de suspender el proceso de creación de las universidades nacionales, aprobadas por el Congreso el año pasado, subió al ring del federalismo al intendente de Río Tercero, Marcos Ferrer. El radical de Evolución está obligado a levantar el perfil en un momento incómodo.
La oportunidad de mostrarse en el concierto nacional llega en medio del debate por la renovación de la UCR de Córdoba que se encuentra dividida entre dar gobernabilidad o apuntalar el perfil opositor al poder central.
Por el momento, Ferrer elige la vía diplomática, la que venía cultivando de manera estratégica porque no ignora que el Presidente divide aguas en su partido.
Sin subirse a los modos libertarios, que elevan el tono en cada una de las discusiones que se plantean, ya solicitó una audiencia a la ministra de Capital Humano, Sandra Petovello, que se hará efectiva el próximo miércoles. Además, se comunicó con el gobernador Martín Llaryora, coleccionista de reclamos contra la administración nacional.
La intención principal es evitar que el “proceso de revisión” -que confirmó Manuel Adorni en conferencia de prensa- no impacte en la puesta en marcha de la Universidad Nacional de Río Tercero. Que, por cierto, ya había sido un tema conflictivo en las filas de Juntos por el Cambio, cuando el parlamento aprobó su creación en medio de los debates electorales por el achicamiento del gasto.
El proceso de revisión también augura una discusión de fuerte condimento político, en un escenario en el que Ferrer puede llegar a correr con ventaja a la hora de pensar en la fluidez de un eventual diálogo con la Nación.
De las otras cuatro universidades cuya puesta en marcha se paralizan, tres están ubicadas en distritos bonaerenses gobernador por Unión por la Patria. La otra es la de Madres de Plaza de Mayo.
Siguiendo esa lógica, en el radicalismo cordobés sostienen la postura que se había planteado originalmente y que, incluso, mantuvo su lógica en el posicionamiento respecto a las empresas privatizables propuestas en la ley ómnibus. Esta es, discutir las nuevas universidades de modo particular.
“Siempre entendimos que el debate debía ser una a una, porque hay nuevas universidades que sirven y otras que no. Río tercero está entre las que sí”, describen desde el tinglado boinablanca mediterráneo. Desde allí, entienden que la decisión del Gobierno nacional se inscribe en una lógica “equivocada” que se repite con el paso de las discusiones. "No es todo o nada, ahí está el error”, advierten.
De destacado papel en el armado provincial de Rodrigo de Loredo, Ferrer es el hombre de Evolución con mayor impronta territorial en Córdoba, donde el radicalismo discute el camino hacia la elección que desembocará en la renovación de las autoridades del Comité Provincia.
El espacio del jefe de la bancada en la Cámara de Diputados fue avanzando en la ocupación de espacios claves para la construcción de poder interno y ocupó prácticamente todos los lugares que se pusieron en debate desde la última elección: la cabeza del Foro de Intendentes, y las presidencias de los bloques de la Legislatura y el Concejo Deliberante capitalino, entre los más destacados.
El desafío, ahora, es ocupar la presidencia del Comité, en manos de Marcos Carasso, el exdiputado que acompañó a Luis Juez en la fórmula de Juntos por el Cambio que perdió la elección provincial con Llaryora. La conducción con mandato vigente es producto de un acuerdo inédito entre dos rivales, Mario Negri y Ramón Mestre, precisamente para truncar las aspiraciones partidarias de De Loredo.
En Evolución entienden que es turno de Ferrer.
Empujado por Emiliano Yacobitti, el hombre nacido en Río Tercero ya trabaja en la construcción de ese consenso interno aunque, como contó Letra P, todavía le resta convencer a los popes que lideran los frentes internos con más hambre de poder.
En ese contexto, una virtual batalla con el Milei daría a Ferrer una visibilidad pública que lo posicionaría como referente opositor a la par de De Loredo, pero también a la altura de Juez, que viene recuperando una centralidad que parecía destinada al ostracismo luego de la elección del año pasado. “Vamos a apoyar a Marcos a full”, aseguran desde el sector que quiere dar vuelta la página en la historia del radicalismo provincial.
“A todos nos conviene que Marcos crezca, tanto a nivel provincial como a nivel nacional”, afirman dejando abierta un principio de proyección que también podría empezar a plasmarse desde la batalla por la universidad y la discusión partidaria de Córdoba.
"No quiero hablar por Twitter", asegura Ferrer, que por el momento seguirá apuntando al diálogo y al consenso, y espera a sentarse con las autoridades nacionales para que la revisión no se lleve puesta a la universidad cuya creación considera uno de sus mayores logros como intendente.