Todo tiene que ver con todo, decía Pancho Ibáñez, según recordará la audiencia +50. En el detrás de escena de la contracumbre que armó Javier Milei en Mar del Plata para vaciarle el auditorio a Patricia Bullrich en el Coloquio de IDEA se mezclan biblias y calefones: dos chefs premium locales, un empresario muy política friendly y el compañero Luis Barrionuevo, la pata sindical que el líder anticasta se empeña en negar.
Milei reunió a hombres y mujeres de negocios -un centenar- en Furia Puro Fuego, un restaurante de lo más top inaugurado hace apenas seis meses en Rawson 1457, en el centro de La Feliz. Su particularidad, además de la ironía del nombre teniendo en cuenta la célebre inestabilidad emocional del economista de ultraderecha y la bronca expresada en la montaña de votos que junta en el electorado desencantado con todo, es que está ubicado en el noveno piso de un edificio de oficinas. Un rooftop, que le dicen.
Recomendado al libertario Juan Nápoili por el cacique cafetero local Martín Cabrales, un regio del jet set empresario, el restó irrumpió en abril en la carta gastronómica marplatense con un menú especializado en carnes, pescados y verduras curada por Patricio Negro y Fernanda Sarasa, chefs top de la ciudad. Con un tenedor promedio de 15.000 pesos, comer en Furia no es para cualquier billetera.
El restaurante abre al público sólo de noche, pero se alquila para eventos al mediodía. Como contó Letra P, el menú fue un bandejeo con escabeche de calamar, tartar de carne con crocante de papas, langostinos, crostones de jamón crudo y agua de tomate, tarteletitas de tartar de pescado, crostones de anchoa con manteca fermentada de hongos, papas fritas con molleja y provenzal, baos con pescado frito kimchi y mayonesa de wasabi y baos con jamón asado. Nada del otro mundo.
Negro y Sarasa no son solo dos apellidos ilustres de las hornallas marplatenses -dicen que su prestigio no es cuento-. Combinados, también son un restaurante: Sarasanegro. Patricio y Fernanda tienen su propio boliche en San Martín 3458, a seis cuadras de la plaza donde termina la peatonal. Cuentan en La Feliz que del local, que no dice nada visto deade la calle, era habitué María Eugenia Vidal: había una mesa reservada para ella.
Con todo, detrás de Negro y Sarasa hay otro nombre que "no debe figurar en ningún papel" pero que es conocido en Mar del Plata por las habilidades de quien lo porta para las relaciones públicas y sus vínculos fluídos con farándulas heterodoxas.
Gustavo Greco es un personajón del jet set local. Es el dueño de Helena Beach, un superparador de la zona sur de Mar del Plata, la que concentra los balnearios más exlusivos allá después del Faro. Con más de 80.000 metros cuadrados de superficie, se lo considera el complejo playero más grande de la Argentina, con una novedad: es una suerte de parador hotel. "Greco se animó a construir seis habitaciones estilo container en las que desembolsó una inversión estimada de US$250.000 que se alquilarán a $80.000 más IVA la noche", publicó La Nación en enero de este año.
En su primer verano, Helena Beach fue un hormiguero de celebrities del espectáculo y de la política. Dicen que en el ejército de modelos que pisó esas arenas revistó Sofía Clerici. Entre las huestes de la política habrían divisado a Martín Insaurralde. Habladurías.
Greco es el ceo del Grupo Greco. En esa condición, juega en toda la cancha. Tanto, que el contracoloquio que organizó Milei en el restaurante de altura al que se lo vincula no parece un espasmo. Organizada por el dueño de Helena Bech, hace apenas una semana se realizó Mar del Plata la Cuarta Edición del Coloquio sobre Política, Economía y Real Estate (PEYRE 2023), que reunió a "400 empresarios destacados". La lista incluyó a figuras de la talla de Carlos Melconian, Guillermo Montenegro, Nápoli, Cabrales, Maximiliano Abad y... Luis Barrionuevo, que puso la casa: el evento tuvo lugar en el Sasso, el hotel de los compañeros gastronómicos.
La alianza del candidato presidencial anticasta con Barrionuevo es lo suficientemente desmentida por Milei como para ser una verdad irrefutable. El 22 del mes pasado, el sindicalista le armó una platea gremial al anarcocapitalista en Costa Salguero. Barrionuevo no fue. Plantón fríamente calculado.
Una versión no confirmada indica que el almuerzo en el restaurante Furia no fue el primer tête à tête, en Mardel, del jefe de La Libertad Avanza con el Círculo Rojo violáceo: antes, habría mantenido algunas reuniones más selectas y más secretas con hombres de negocios, justamente, en el Sasso, el resort de Barrionuevo en cuya fiestas de fin de año, recordaba un baqueano memorioso ante Letra P, solía brillar Fátima Florez.
¡Grande, Pancho!