19N SEGUNDA VUELTA

Hay ballotage: la prédica del voto en blanco hace crujir la interna de la Iglesia

Un obispo avaló esa opción si se trata de elegir "al menos malo". Un sacerdote le pidió que renuncie. Llamadas telefónicas, pase de facturas y aprietes políticos.

La prédica del voto en blanco que hizo un obispo de cara al ballotage del 19 de noviembre entre Sergio Massa y Javier Milei hizo crujir la interna eclesial. El temblor se produce en momentos en que las autoridades de la Iglesia hacen equilibrio para no caerse para ninguno de los nuevos extremos de la política y en tiempos en los que tampoco -aseguran- quieren influir en la ciudadanía católica que deberá ir a las urnas para elegir entre los dos candidatos que mantienen sus pretensiones de llegar a la Casa Rosada.

El obispo José Conejero Gallego, de Formosa, rompió con ese sigilo electoral al poner sobre la mesa la posibilidad de que hacerlo en blanco se constituya en una variable no descartable al esquema binario Massa o Milei; y en una coyuntura electoral donde se acusa de “tibieza" o "cobardía” tanto a quienes anticipan que van a sufragar de ese modo como a quienes evalúan no cumplir con su deber cívico en la jornada clave del 19N.

En declaraciones al portal La Mañana, el prelado formoseño sostuvo que el voto en blanco “es una opción” si la ciudadanía no se siente representada por ninguno de los candidatos presidenciales; o si la decisión pasa por elegir al “menos malo”.

Automáticamente la dirigencia política salió a responderle, sorprendida de que la sugerencia viniera de un obispo que tuvo una relación buena pero distante con el gobernador Gildo Insfrán, hasta que se rompió en plena pandemia y en los últimos tiempos se exacerbó con el mandatario acusándolo de “antiperonista”. También por el hecho de que el planteo electoral llegara desde una provincia donde la lista de Massa obtuvo 67.231 votos por encima de la tira de Milei, que cosechó 56.494 sufragios; y donde el voto en blanco fue del 1,31%.

El primero en salir a cuestionarlo fue el senador formoseño José Mayans, católico práctico, quien calificó la postura del obispo Conejero Gallego como “irresponsable” y lo acusó de hacer “la gran Poncio Pilatos, se lavó las manos y no corresponde". En igual sentido, se pronunció el ministro de Gobierno, Seguridad, Justicia y Trabajo de la provincia de Formosa, Jorge Abel González.

"Si vos tenés dos opciones y una de las opciones te dice que el argentino que está en la Santa Sede es el representante del maligno. Si una de las opciones te dice que tenés que romper las relaciones con el Vaticano, o si reivindica la dictadura militar, yo no admito la falta de valentía", aseveró el funcionario provincial apelando a la prédica antimileista de los curas villeros.

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Llamados telefónicos y pedido de renuncia

La dirigencia eclesiástica no salió a cruzar en público a Conejero Gallego por su prédica a favor del voto en blanco; pero sí hubo llamados telefónicos a la curia formoseña –confirmaron a Letra P fuentes eclesiásticas- que hicieron que el obispo se llamara a silencio en la quietud de la sacristía. En tanto, un sacerdote del grupo de la Opción por los Pobres le pidió que se retracte de sus dichos o que renuncie al gobierno pastoral de la diócesis de Formosa, a la que llegó hace más de 25 años.

“La verdad, siento vergüenza de que pertenezcamos a la misma Iglesia católica; me da igual que sea obispo o al revés, justamente por eso no puedo entender que para usted sea lo mismo Massa que Milei. O es un infiltrado o el evangelio, la doctrina social de la Iglesia y el magisterio del papa Francisco usted se lo pasa por donde ya se imagina”, escribió el sacerdote Paco Olveira en una carta abierta publicada en el diario Página 12.

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“Nunca es tiempo para tibios; pero mucho menos ahora”, aseveró el sacerdote de la diócesis de Merlo Moreno y quien patea las barriadas populares para convencer a la vecindad de votar al ministro candidato de Unión por la Patria, con un eslogan de campaña particular: “Sí gana Massa, viene el papa. Corramos la voz”.

Reproches y otra interna sorda

Los reproches de sus pares en la Conferencia Episcopal Argentina hacia Conejero Gallego no fueron tan altisonantes y fueron puertas adentro de los claustros eclesiásticos; pero que los hubo los hubo.

Los cuestionamientos al obispo formoseño también se matizaron con otros chisporroteos internos, entre ellos pases de facturas de un sector clerical a otro por el “tono leve” de las críticas a los cuatro años de gestión de Alberto Fernández. “Por mucho menos a (Mauricio) Macri y a (María Eugenia) Vidal le saltaban a la yugular”, le recriminó un obispo a otro, según le contó a Letra P un sacerdote que frecuenta la sede episcopal del barrio porteño de Retiro.

Episcopado asamblea plenaria
Los obispos participan de una asamblea plenaria en La Montonera de Pilar.

Los obispos participan de una asamblea plenaria en La Montonera de Pilar.

La fuente eclesiástica también aseguró que hay malestar con el presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, el jesuita Jorge Lugones, quien siendo obispo de Lomas de Zamora –se quejan- “no dijo ni una palabra del Yategate ” de Martín Insaurralde, exintendente y exfuncionario del gobernador bonaerense Axel Kicillof.

Otras fuentes eclesiásticas atribuyeron la trascendencia de estos roces internos a la ausencia de gran parte de la cúpula episcopal que, durante octubre, participó de la asamblea con aires de reforma convocada por el papa Francisco. Con las máximas autoridades de regreso, un centenar de obispos tendrán la próxima semana su asamblea plenaria en la casa de retiros El Cenáculo La Montonera de Pilar, donde evaluaron si es conveniente o no un pronunciamiento en vísperas del ballotage entre Massa y Milei que definirá quién es el futuro presidente.

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