En el búnker de Rogelio Frigerio reinó una efusividad moderada. Si bien había alegría por el triunfo “con autoridad” dentro de la interna de Juntos por Entre Ríos, no hubo multitudes ni grandes festejos en el coqueto salón Coliseo del centro de la ciudad de Paraná. Buscando el tono justo que le permita sintonizar con los resultados de unos comicios que desmagnetizaron hasta a las mejores brújulas electorales, el ahora candidato agradeció la victoria “clara y contundente” pero le puso límites: la política “no tiene nada que festejar, tiene que escuchar”.
El frigerismo se dividió desde temprano. El centro de cómputos de la campaña del exministro del Interior se estableció en el Hotel Mayorazgo, lugar elegido también para que la plana dirigencial del espacio espere los resultados y los invitados e invitadas del precandidato se alojen. Por eso, desde temprano se vieron pasar caras conocidas por el lobby del hotel ubicado en la costa paranaense y por eso también costó que el clima se encienda en el Coliseo, donde se convocó a la militancia y al periodismo y donde terminó hablando Frigerio.
La noche se estiró. No solo porque las mesas de votación tardaron en cerrarse producto de la proliferación de candidatos y las boletas con nueve tramos -”hay que cambiar el sistema de votación arcaico, ojalá esta sea la última vez”, diría Frigerio en su discurso-, sino porque en el equipo de campaña del exministro decidieron esperar a que se resuelvan las cuestiones nacionales antes de atender a los medios. También pesó la pelea voto a voto por el cetro de candidato más votado contra el peronista Adán Bahl. Sin embargo, desde temprano fuentes del entorno de Frigerio hablaban de un triunfo.
El movimiento empezó pasadas las 23. Mientras Pedro Galimberti reconocía la aplastante victoria de Frigerio por Twitter -luego hablarían por teléfono prometiéndose trabajar juntos-, el bunker comenzó a llenarse de repente, mientras la música que había sonado toda la tarde dejaba paso al jingle de campaña, a la espera del ganador. Recién ahí el frigerismo habilitó a los primeros voceros on the record: la precandidata a diputada provincial Gabriela Lena y el referente de la Corriente Illia Atilio Benedetti. Pocos minutos después, con los brazos en alto, Frigerio subió al escenario.
“Quiero agradecer a todo el pueblo entrerriano y a los fiscales que siguen trabajando”, comenzó Frigerio su discurso, rodeado de su compañera de fórmula Alicia Aluani, el binomio ganador de las PASO de JxER en Paraná, Martín Gainza y María Alejandra Viola, y otra postulante por esa intendencia, Ayelén Acosta. El candidato calificó de “claro y contundente” a su triunfo y destacó además la performance de sus candidatos en los principales centros urbanos: “Ganamos Paraná, ganamos Gualeguaychú, y estamos peleando palo y palo Concordia y Concepción del Uruguay”.
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En su discurso, Frigerio explicó el clima de alegría pero controlada a su alrededor: “Somos conscientes de que gran parte del voto de nuestra gente estuvo vinculado con la bronca y la decepción que sentimos”, dijo. “En consecuencia, cuando la gente no festeja, la política tampoco tiene que hacerlo, tiene que escuchar”, agregó. En criollo, el horno de la población no está para bollos de la político. El triunfo de Milei es la principal prueba de eso.
Siguiendo en ese tono, el ganador de las elecciones sostuvo que la confianza que le otorgaron los entrerrianos “no es un cheque en blanco, es una responsabilidad para generar confianza en que somos una opción creíble, preparada”. “Hoy empezó una nueva era para nuestra provincia, sin miedo y con libertad, tenemos que seguir juntos cómo estuvimos siempre en estos años que venimos construyendo este proyecto”, agregó.
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Sobre el final de sus palabras, Frigerio contó que había hablado por teléfono con Galimberti y anunció una próxima reunión en los próximos días para ultimar detalles de la campaña de cara a las generales. “Estamos frente a una oportunidad histórica, no la dejemos pasar, es ahora. Soñemos en grande”, pidió emotivamente antes de bajarse del escenario y recibir el abrazo de su esposa y sus hijos, que lo esperaban entre la gente.