La sucesión de denuncias por venta de candidaturas en La Libertad Avanza (LLA) y el impacto que el escándalo tuvo en medios de comunicación que hasta hace poco se habían subido a la ola libertaria levantaron las primeras sospechas en algunas carpas de seguidores de Javier Milei. Esta semana, el episodio que tuvo como protagonista a Juan Carlos Blumberg, quien este martes afirmó que "hay gente que pagó 50.000 dólares por un cargo de concejal”, operó como una confirmación para quienes creen en el nido ultra que detrás de todos los movimientos está el largo brazo del expresidente Mauricio Macri. El motivo: beneficiar a su candidata en la interna de Juntos por el Cambio, Patricia Bullrich.
Como contó Letra P, Milei se molestó por las versiones que circularon sobre la comercialización de sus listas y acuerdos con intendentes del oficialismo para conseguir postulantes en el Gran Buenos Aires. De hecho, publicó en ese sentido un descargo en Twitter. En paralelo, corrió del centro de las decisiones a Carlos Kikuchi, quien fungía hasta hace días como armador de LLA y ahora será precandidato.
En medio de ese revuelo, en las segundas líneas libertarias se indignan con las declaraciones del exingeniero Blumberg, de quien recuerdan caminó de la mano de Macri durante mucho tiempo en sus constantes acercamientos a la política.
“Blumberg gestionó una reunión con Milei a través de Kikuchi. Se juntaron y le pidió encabezar la lista de diputados en la provincia de Buenos Aires, cuando ya se sabía que ese lugar estaba definido”, dicen cerca de Milei en alusión a Bertie Benegas Lynch, el economista liberal que trabajó 10 años para el Banco Santander y que fue confirmado al tope de la boleta bonaerense hace un mes.
Testigos del encuentro entre Milei y Blumberg señalan que, ante la negativa del diputado, el empresario montó una escena y se fue. Luego, dijo que le habían pedido dinero. Los libertarios lo niegan y aseguran que fue Macri quien tendió esa celada usando al falso ingeniero que se hizo famoso en 2004 por su campaña para endurecer el Código Penal tras el asesinato de su hijo Axel.
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Además del affaire Blumberg, quienes ven la mano de Macri detrás de lo que Milei denominó “la difamación más grande de la historia” apuntan a la seducción continua del exmandatario y también de Bullrich hacia el diputado minarquista.
“Macri le subió el precio. Instaló la idea de una segunda vuelta entre Bullrich y Milei. Ella nunca lo criticó y retuitea a los nuestros”, repasan y atribuyen a la falta de rodaje del economista en el barro político que aceptara esos juegos que ahora se le vuelven en contra.
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Con las primeras denuncias, figuras que se ubican a la derecha de la pantalla televisiva como Viviana Canosa y Jonatan Viale salieron a demoler a Milei. En el cambio de discurso de periodistas que en las carpas libertarias ven cercanas al expresidente anida otro foco de sospecha.
Con todo, el rol en el equipo de la campaña ultra de Santiago Caputo, sobrino de Nicolás Caputo, el “hermano del alma” de Macri, cierra el círculo de la hipótesis de quienes apuntan contra el exmandatario. Consultor político, Santiago Caputo estaba encargado del manejo de medios. Su llegada coincidió con el discurso de Macri del ballotage entre JxC y LLA y la idea de “dinamitar todo” para cambiar el país. Un enfoque calcado con el vuelo de halcón de Bullrich, quien comparte electorado con el diputado libertario y sería la beneficiaria directa de un declive de la intención de voto de LLA. Cualquier coincidencia entre las penurias de Milei y la ganancia del ala dura de la coalición opositora, sostienen, no es ninguna casualidad.
